Volver al inicio del artículo Mujeres en los Juegos Olímpicos, un camino lleno de dificultades
Los de Barcelona de 1992 fueron los Juegos de la XXV Olimpiada y dieron paso al Movimiento Olímpico moderno. Atrás quedaban los problemas políticos que bloquearon la participación de algunos países en ediciones anteriores sucesivas, y de la desmembración de algunos países se generaron otros, lo que dio lugar a un número record de países participantes. Como novedad, se instauró allí la posibilidad de que deportistas de países sancionados internacionalmente pudieran participar bajo bandera olímpica. En España, los cambios de los que tan necesitado estaba el deporte empezaban a hacerse realidad. En 1987 se creó la Asociación de Deportes Olímpicos y el Plan ADO, enfocado a apoyar la alta competición, y en 1990 vio la luz la actual Ley del Deporte.
Estrellas de homenaje a las deportistas María Peláez, Theresa Zabell y M. Carmen Barea (equipo de hockey hierba) junto a Palacio de los Deportes Martín Carpena de Málaga (Fotografías de la autora)
Favorecida por el hecho de ser país anfitrión, la delegación española en Barcelona contó con más de 400 deportistas, entre los que se encontraban 127 mujeres. Las españolas compitieron por primera vez en 10 especialidades, el mismo número que en todas las ediciones anteriores. Con los resultados en la mano, se puede decir que en el deporte español hubo un antes y un después de ‘Barcelona ’92’, tanto en el deporte femenino como en el masculino. Las féminas ya contaban con éxitos en competiciones europeas y mundiales y los resultados en estos Juegos confirmaron que estos avances habían venido para quedarse. El resultado de ocho preseas, cuatro oros, tres platas y un bronce, más 12 diplomas olímpicos no dejó lugar a dudas. A Miriam Blasco en judo (56 kg) le correspondió el honor de ser la primera española ganadora de una medalla de oro en unos JJOO; la segunda también se debió a la judoka Almudena Muñoz (52 kg). A ellas les siguieron Theresa Zabel y Patricia Guerra en vela (clase 470) y la selección femenina de hockey sobre hierba. Arantxa Sánchez Vicario fue bronce en individual y plata en dobles de tenis junto a Conchita Martínez. Por primera vez, una mujer conseguía dos medallas en los mismos Juegos. Las otras platas correspondieron a Carolina Pascual en gimnasia rítmica y a Natalia Via-Duresne en vela (clase Europa). La incorporación de las españolas a los deportes de equipo fue otra de las grandes novedades de estos Juegos; además del hockey sobre hierba debutaron en baloncesto, balonmano y voleibol.
Los JJOO festejaron en Atlanta 1996 su centenario. Las españolas participaron en nuevas competiciones como hípica, remo o ciclismo en pista, aunque dejaron de asistir a otras por no alcanzar las condiciones exigidas. Por primera vez en la historia una deportista repitió oro y fue Theresa Zabell en vela (clase 470), esta vez con Begoña Via-Duresne. El equipo de gimnasia rítmica consiguió el segundo oro. Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez alteraron el orden de medallas de los Juegos anteriores, la primera fue plata en individual y bronce en dobles de tenis. Yolanda Soler (40 kg) e Isabel Fernández (57 kg), entrenadas por la campeona olímpica Miriam Blasco, se hicieron con el bronce en judo. En esta ocasión fueron 10 los diplomas conseguidos.
En Sidney 2000 siguió aumentando el número de disciplinas que incorporaban competición femenina. Esta vez fueron las mujeres quienes abrieron el medallero español gracias al oro de Isabel Fernández en judo (57 kg) y el bronce de Nina Zhivanevskaya en natación (100 m espalda). Los otros dos bronces se los colgaron María Vasco en atletismo (20 km marcha) y Margarita Fullana en mountain bike. A destacar los nada desdeñables 20 diplomas olímpicos que se trajeron.
La vuelta de los Juegos Olímpicos a Atenas estuvo marcada por el desastre económico que supuso para el país heleno, agudizando los problemas que ya soportaba. Isabel Fernández encabezó como abanderada la delegación española en la ceremonia de inauguración. Las españolas participaron en 23 disciplinas, dos más que en Barcelona y Sidney, y representaron el 44 % de la delegación, el porcentaje más alto hasta esa fecha. Beatriz Ferrer-Salat, siguiendo los pasos de Arantxa Sánchez Vicario, repitió con dos medallas en los mismos Juegos en equitación (doma: plata en equipos y bronce en individual). Conchita Martínez y Virginia Ruano se llevaron la plata en dobles de tenis y Natalia Vía-Duresne y Sandra Azón en vela. María Quintanal inauguró con una plata el medallero español en tiro olímpico. Patricia Moreno sorprendió con una medalla de bronce, la primera en gimnasia artística. El número de preseas bajó en Atenas respecto a los dos JJOO anteriores, no así el de diplomas. Los 25 obtenidos era el número más alto hasta esa fecha y, además y muy importante, correspondían a una diversidad de deportes, lo que daba idea de la extensión de la alta competición entre las deportistas españolas.
En Pekín 2008, con una representación española algo reducida, tanto en hombres como en mujeres, éstas compitieron en 25 disciplinas, el número máximo hasta ese momento. Como novedad, entraron en lucha libre por primera vez y recuperaron bádminton y tenis de mesa, deportes a los que habían accedido en Barcelona como anfitrión. En estos Juegos las recompensas fueron cuatro platas, un bronce y 14 diplomas. Destacó la actuación en natación sincronizada, que ya apuntaba a medalla en los Juegos de Atenas, con dos platas de Gemma Mengual y Andrea Fuentes (dúo y equipos); Virginia Ruano y Anabel Medina se la llevaron también en dobles de tenis; y Lidia Valentín obtuvo la cuarta plata en halterofilia. Leire Olaberria el bronce en ciclismo en pista. A destacar los cinco diplomas en atletismo con María Vasco y Beatriz Pascual (20 km marcha), Natalia Rodríguez e Iris Fuentes-Pila (1.500 m) y Ruth Beitia (salto de altura). Por su parte, Almudena Cid, aunque sin medallas, se convirtió en la primera gimnasta del mundo en estar en cuatro finales olímpicas en el concurso individual, toda una certificación de su calidad y constancia. En estos Juegos hizo su debut olímpico con 17 años Mireia Belmonte, una de las más grandes deportistas españolas.
En Londres 2012, a pesar de haber disminuido la participación, los resultados de las españolas fueron los mejores de la historia del deporte femenino. De las 20 medallas conseguidas por los representantes españoles, 13 fueron de las mujeres (65%): tres oros, cinco platas y cinco bronces, más nueve diplomas. Toda una constatación del nivel que hacía años se evidenciaba ya en otras competiciones de ámbito internacional. Dos oros fueron para la vela con Marina Alabau (RS:X) y Tamara Echegoyen, Sofía Toro y Ángela Pumariega (clase Elliot 6 metros); el otro para Lidia Valentín en halterofilia (75 Kg). El nombre español por excelencia de estos Juegos fue Mireia Belmonte con dos platas en natación (200 mariposa y 800 libres), la mejor clasificación de una nadadora española en unos Juegos. La natación sincronizada, con Andrea Fuentes de nuevo y Ona Carbonell se llevó una plata y un bronce (dúo y equipos respectivamente). Las otras platas vinieron del equipo de waterpolo y el taekwondo (49 Kg) gracias a Brigitte Yagüe. Con el resto de los bronces se hicieron Maider Unda en lucha libre, Maialen Chourraut en piragüismo (slalom), Ruth Beitia en atletismo (salto de altura) y el equipo de balonmano. Hizo su debut Carolina Marín en bádminton, toda una referencia del deporte español.
Los Juegos de 2016 saltaban de nuevo de continente para irse a Río de Janeiro. En la historia olímpica española las 143 mujeres de la delegación alcanzaron el doble record de ser el número más alto y constituir el 46,9% de los participantes. De las buenas actuaciones de estas deportistas resultaron nueve medallas: cuatro oros, tres platas y dos bronces, más 16 diplomas. Mireia Belmonte en natación se llevó un oro (200 m mariposa) y un bronce (400 m estilos). Alcanzaron los otros tres oros Maialen Chourraut en piragüismo (eslalon K1), Carolina Marín en bádminton y Ruth Beitia en atletismo (salto de altura). Los equipos de baloncesto, gimnasia rítmica y Eva Calvo en taekwondo merecieron la plata. Lidia Valentín se hizo con el bronce en halterofilia.
Los JJOO de Tokio 2020 pasarán a la historia como la edición marcada por la pandemia de COVID19. En realidad se disputaron en 2021 y con los inconvenientes y las restricciones impuestas para evitar contagios tanto en la preparación como en el desarrollo de las competiciones. Saúl Craviotto y Mireia Belmonte ejercieron de abanderados en la ceremonia de apertura. De los 314 españoles, 131 eran mujeres, que se hicieron con siete medallas: dos oros, cuatro platas y un bronce, más 13 diplomas. Fátima Gálvez en tiro (foso mixto) y Sandra Sánchez en kárate se hicieron con los oros; Adriana Cerezo en taekwondo, Maialen Chourraut (eslalon K1) y María Teresa Portela (K1 200 m) en piragüismo, y el equipo de waterpolo ganaron las de plata; y el bronce fue de Ana Peleteiro en atletismo (triple salto). A las puertas de las medallas, en 4º posición, quedaron otras 3 representaciones españolas.
Las grandes figuras femeninas del deporte olímpico
Las deportistas más laureadas en los JJOO lo son también en las grandes citas continentales y mundiales. A día de hoy, tenemos la suerte de que algunas de ellas estén todavía en activo y también de contar con un abundantísimo material gráfico que nos permite acercarnos a su modélico hacer deportivo. Sus nombres son mundialmente conocidos y sus méritos ‘provisionales’, a la espera de las siguientes citas olímpicas.
Lideran a nivel mundial (expresado con dígitos para acentuar el significado): Katie Ledecky (Estados Unidos, natación): 7 oros y 3 plata, en 3 participaciones; Katlee Mckeown (Australia, natación): 3 oros y 1 plata, en 1 participación; Simone Biles (Estados Unidos, gimnasia): 4 oros, 1 plata y 2 bronces, en 2 participaciones; Serena Wiliams (Estados Unidos, tenis): 4 oros, en 4 participaciones; y Shelly-Ann Fraser-Pryce (Jamaica, atletismo): 3 oros, 4 plata y 1 bronce, en 4 participaciones.
En nuestro país, Andrea Fuentes (natación sincronizada): 3 platas y 1 bronce, en 3 participaciones; Arantxa Sánchez-Vicario (tenis): 2 platas y 2 bronces, en 5 participaciones; Mireia Belmonte (natación): 1 oro, 2 platas y 1 bronce, en 4 participaciones; Lydia Valentín (halterofilia): 1 oro, 1 plata y 1 bronce, en 4 participaciones; Conchita Martínez (tenis): 2 platas y 1 bronce, en 4 participaciones; y Maialen Chourraut (piragüismo): 1 oro, 1 plata y 1 bronce, 4 participaciones. La piragüista Teresa Portela es la española que ha participado en más Juegos; si compite en París será su séptima participación seguida desde Sidney 2000.
Llegando para quedarse
Al término de los JJOO de Barcelona muchos tenían la duda de si esos resultados serían solo un espejismo. El paso de los años ha confirmado que no. Los datos (Encuesta de hábitos deportivos y Estadística de deportes federados) indican que han cambiado mucho las cosas en el deporte femenino en los últimos 50 años. En estos cambios influyen factores como el nivel de formación, la situación laboral o la personal, y hay claras diferencias por sexos. Entre otras características, la práctica deportiva continúa siendo superior en los hombres que en las mujeres, 63,1% frente a 51,8%, pero la brecha ha disminuido en un punto desde 2015; entre las mujeres continúa siendo más frecuente que entre los hombres la práctica de una sola modalidad, un 32,5%, y 22% respectivamente; el 66,9% de las mujeres prefieren el deporte individual, frente al 55,7% registrado en los hombres; y el 73,5% de los hombres comenzaron a hacer deporte antes de los 15 años frente al 55,3% de las mujeres.
Los cambios de la propia sociedad respecto del deporte van poco a poco reflejándose también en el deporte de competición. En 2023, el número total de licencias federadas deportivas fue de 4,28 millones. Por sexo, se observaban notables diferencias: el 75,2% de las licencias federadas correspondían a hombres (3,2 millones; incremento de 20% desde 2013) y el 24,8% a mujeres (1,06 millones; incremento del 49% desde 2013). El baloncesto, el deporte colectivo más practicado por mujeres desde hace décadas, sigue siendo el primero en número de licencias femeninas: 138.267.
Hay muchos factores influyendo en el avance del deporte femenino. En este artículo quiero mencionar en especial el papel de los medios de comunicación porque importa y mucho la repercusión en ellos de los resultados deportivos de las mujeres y sus principales figuras. Con la excusa de que “es lo que quieren las audiencias”, los medios dan preferentemente los espacios prime time a las competiciones o a las noticias de las figuras masculinas, los resultados de las mujeres o los equipos femeninos suelen quedar relegados a los últimos lugares en la escaleta y les dedican menos tiempo que a las de los hombres. La repercusión de estas discriminaciones es inmensa. Sin ir más lejos, menos público en las actividades, menor valor de los premios, mayor dificultad para conseguir patrocinadores y, sobre todo, menos visibilidad de esos modelos deportivos para las niñas, el futuro del deporte femenino.
Estamos muy cerca del arranque de los XXXIII Juegos Olímpicos en París (y los Paraolímpicos a continuación). Todas las competiciones son auténticos campeonatos del mundo de cada especialidad, una excelente oportunidad para disfrutar de los valores personales y de equipo que hacen admirable el deporte y que lo convierten en el mejor embajador de la Paz.
Mª Ángeles Jiménez
Farmacéutica y socia numeraria de la SEMA
epistemai.es – Revista digital de la Sociedad Erasmiana de Málaga – ISSN: 2697-2468
Jiménez, MA. Mujeres en los Juegos Olímpicos, un camino lleno de dificultades. epistemai.es [revista en Internet] 2024 junio (23). Disponible en: http://epistemai.es/archivos/7501