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Tras unos de días de revisiones y nuevos preparativos la tercera etapa se inicia el día 31 de enero, a las seis y diez minutos de la mañana, tras remolcar al hidroavión desde la bahía de Porto Praia a un lugar más idóneo para el despegue, llamado Barrera do Inferno. El vuelo desde la isla de Santiago a Pernambuco tuvo que dividirse en dos etapas, tras doce horas y media de vuelo Franco se ve obligado a amerizar cerca (a 45 kilómetros) de la isla brasileña de Fernando Noronha, al haberse puesto el sol antes de llegar a ella; tras dos horas y media de navegación con el hidro llegan a la bahía de San Antonio, en aquella isla, viéndose obligados a pernoctar a bordo del avión por las difíciles condiciones del mar que impedían el desembarco en el muelle.
El día 1 de febrero, tras repostar 600 litros de combustible para compensar el gasto extra hecho en las dos horas y media de navegación, se embarca nuevamente en el Plus Ultra el teniente de Navío Durán. A las 12 horas y 10 minutos (hora local) despega Ramón Franco para continuar el raid; aunque el trayecto entre Fernando Noronha y Pernambuco era corto, apenas tres horas de vuelo para 540 km de distancia, cuando habían transcurrido dos horas y el Plus Ultra se encontraba a 112 km (60 millas) de su destino, sufre la rotura de la hélice del motor trasero y pierde parte de ella; Franco ordena arrojar al mar todo lo no imprescindible y decide continuar hasta Pernambuco, cambiando el rumbo para aproximarse a la costa en previsión de tener que hacer un amerizaje forzoso, a pesar de que esto aumente la distancia a recorrer en otras 10 millas. Finalmente, después de tres horas y treinta y ocho minutos de vuelo desde su salida de Fernando Noronha, el hidro español ameriza en el puerto de Pernambuco.
Pasados tres días, dedicados a reparaciones, aprovisionamiento y recepciones y agasajos, el Plus Ultra, con sus cuatro tripulantes a bordo, reemprende su viaje. El día 4, a las cinco y diez de la mañana, despega rumbo a Río de Janeiro; a partir de entonces dejarían de utilizar la radiogoniometría que tan buenos resultados les había dado en su travesía del Atlántico. A las cinco horas y veinticinco minutos de la tarde llega el hidro español a la bahía de Río de Janeiro, donde es recibido por aviones de la Aeronáutica Naval de Brasil; pocos minutos más tarde, después de evolucionar sobre la ciudad, el Plus Ultra se posa en el agua, a las 17:35 horas, cerca de la Isla d’as Enxadas; completando así 12 horas y 15 minutos de vuelo.
El recibimiento en Río de Janeiro fue tal que hasta el día 9 no pudieron retomar el raid. La preparación del aparato, con la reparación de diversos daños y un pequeño incendio que no tuvo mayores consecuencias gracias a la brava intervención de Rada, que resultó con quemaduras en el vientre, contribuyeron también al retraso. A las 7:12 horas de la mañana de ese día, después de dos horas de vanos intentos para despegar, se alzaba el Plus Ultra sobre las aguas de la bahía de Río y después de realizar varias evoluciones sobre ella ponía rumbo a Montevideo, a las 7:25 horas, escoltado por hidroaviones de la Armada brasileña.
Esta etapa transcurrió sin mayores incidentes, siendo recibido el hidro español por varios aviones de la Aviación uruguaya en las proximidades de la laguna del Potrero, cerca ya de Montevideo, capital que sobrevolaron a las 7:25 horas de la tarde, para “acuatizar” diez minutos más tarde en su puerto.
La última etapa del viaje, Montevideo – Buenos Aires, se realizó al día siguiente, 10 de febrero. Desde Argentina se comunicó a Ramón Franco que la mejor hora de llegada eran las cuatro de la tarde hora local. Teniendo en cuenta la diferencia horaria entre Argentina y Uruguay, una hora, eso suponía salir de Montevideo a las 16 horas uruguayas; pero el jefe de la expedición decidió no atender esa petición por tres razones:
“El ministro de España en Montevideo sentía un gran apresuramiento por nuestra salida, y al mismo tiempo porque al ir la hora de aquí avanzada cuatro sobre la de España, si salimos a las cuatro de la tarde para Buenos Aires, la noticia de nuestra llegada se recibiría allá después de las nueve de la noche. Por esta razón decidimos salir a mediodía, con objeto de que se recibiera la noticia en España alrededor de las seis de la tarde.”
Así pues, los tres pilotos españoles se reunieron a las 11:55 horas con Pablo Rada que ya les esperaba en el Plus Ultra; dos minutos después despegaban para cubrir la última etapa de su viaje de ida, al menos eso creían Franco y sus compañeros. A los pocos minutos, una rotura en uno de los conductos de gasolina hace que el piloto decida amerizar para reparar la avería; tras breves momentos y una vez reparada la avería por Rada, vuelven a despegar hacia Buenos Aires. A las doce y cuarto, hora argentina, sobrevuelan ya aquella capital. A las 12:27 horas del 10 de febrero Ramón Franco posa el Plus Ultra en las aguas del antepuerto y, sin detener motores, dirige al hidroavión a la boya marcada para su anclaje. El vuelo había durado una hora once minutos, con una distancia de 220 km.
El sueño de un infante, el comandante Ramón Franco, de un ingeniero, el capitán Mariano Barberán, de un artillero, Julio Ruiz de Alda, unidos al marino Juan Manuel Durán y al mecánico Pablo Rada, se había cumplido. De la importancia del vuelo dan idea las palabras de Franco y Ruiz de Alda en su libro:
“En el Plus Ultra todas las naciones quieren tener una representación efectiva. Una reclama la paternidad de sus motores; otra, la patente secreta de su construcción; otra, la realización de ésta; pero ninguna puede reclamar lo que pertenece a esta vieja raza que dominó el mar y arrancó tierras vírgenes a sus ondas para abrir ahora sendas del progreso en la inmensidad del espacio. Lo que ha sido esencial fué la idea y su realización, idea española, voluntad y corazones españoles, para realizarla a través de todos los peligros y de todas las dificultades. Es por ello que la raza entera siente la satisfacción de la victoria, y se muestra orgullosa de presenciar el fin de este vuelo maravilloso.”
Comenzaba la leyenda. Por lo pronto, el raid se resume en siete etapas que totalizaron una distancia total de 10.270 kilómetros, recorridos en 59 horas y 39 minutos de vuelo, a una velocidad media de 172 km/h:
Palos-Las Palmas, 1.300 km, 8 h.
Las Palmas-Porto Praia, 1.745 km, 9 h. 50 m.
Porto Praia-Noronha, 2.305 km, 12 h. 40 m.
Noronha-Pernambuco, 540 km, 3 h. 38 m.
Pernambuco-Río Janeiro, 2.100 km, 12 h. 15 m.
Río Janeiro-Montevideo, 2.060 km, 12 h. 5 m.
Montevideo-Buenos Aires, 220 km, 1 h. 11 m.
Aunque Franco prepara el vuelo de regreso, mientras la tripulación recibe agasajo tras agasajo, muy pronto se inicia un movimiento en Argentina para que el Plus Ultra se quede allí. La campaña tiene éxito, a pesar de la oposición de sus tripulantes. El 21 de febrero reciben la orden del Gobierno español de dar por terminado el raid y entregar el avión a la Argentina.
Pedro Luis Pérez Frías
Doctor en Historia y miembro del Grupo de Investigación HUM333 “Crisol Malaguide”
Universidad de Málaga
(*) Biblioteca Virtual de la Defensa
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epistemai.es - Revista digital de la Sociedad Erasmiana de Málaga - ISSN: 2697-2468
Pérez Frías PL. El sueño de un infante: El vuelo del Plus Ultra. epistemai.es [revista en Internet] 2023 octubre (21). Disponible en: http://epistemai.es/archivos/6428