Ángeles Molina y Angoloti, viuda de Lersundi (por dos veces)

 

El 13 de febrero de 1929 la Gaceta de Madrid publicó un Real Decreto, firmado por Alfonso XIII el día 9 de ese mes, por el que se otorgaba la Gran Cruz de la Orden civil de Beneficencia a Ángeles Molina, viuda de Lersundi, por haber fundado dos hospitales en Málaga. El decreto decía así:

“Vengo en conceder la Gran Cruz de la Orden civil de Beneficencia, con distintivo blanco, a doña Ángeles Molina, viuda de Lersundi, por su muy meritoria labor altruista, caritativa y humanitaria en pro de los heridos y enfermos del Ejército de África, habiendo fundado en Málaga los Hospitales de sangre Reina Victoria y Bergamín.”

Ángeles Molina en la inauguración del hospital Reina Victoria (‘Málaga católica’)

La recién condecorada era Ángeles Molina y Angoloti, una dama muy conocida en Madrid, cercana a los 60 años y con una larga historia familiar a sus espaldas que la relacionaba con la nobleza, por parte materna con la duquesa de la Victoria y por la familia política con la condesa de Lersundi.

Con una vida familiar un tanto trágica, ya que había enviudado por dos veces. La primera en 1897, cuando fallece su esposo Ignacio Lersundi y Araquistaín; tres años después, contrajo matrimonio con su hasta entonces cuñado, Francisco de Sales, que fallecería en 1917 dejando de nuevo viuda a Ángeles, sin haber tenido descendencia de ninguno de los dos.

Ángeles Molina llegó a Málaga a mediados de octubre de 1921, con el encargo de la reina Victoria Eugenia de montar un nuevo hospital de la Cruz Roja. Por aquel entonces era una completa desconocida para los habitantes de esa capital; la prensa local la cambió el nombre, llamándola “la señora viuda de Torres Ciudin”, o la ignoró. Hasta el día 20 de ese mes no relaciona La Unión Mercantil a Ángeles Molina con el nuevo hospital que se estaba acondicionando en el Perchel para la Cruz Roja, del que venía informando desde dos días antes:

“En la tarde de ayer estuvieron de compras para el nuevo Hospital de la Cruz Roja que ha de instalarse en los almacenes del señor Baena, la Excma. Sra. Doña Isabel Roca de Martos, presidenta de la Junta de Damas de dicha Institución y la Excelentísima Sra. de Lersundi.

En la presente semana precisamente ha de quedar terminada la instalación del referido Hospital.”

Ángeles había comenzado su formación en el recién creado cuerpo de Damas Enfermeras de la Cruz Roja Española en 1917, junto con sus primas Carmen (duquesa de la Victoria) y María Ángeles (señora de Torres) Angoloti Mesa, pero no la terminó hasta el 30 de junio de 1919, fecha en la que recibió los distintivos y diploma que acreditaban su condición de dama enfermera, junto a otras 71 compañeras. El retraso se debió, muy probablemente, al fallecimiento de su esposo.

La reina Victoria Eugenia visitando los hospitales de Málaga (‘Mundo gráfico’)

El desastre de Annual, en julio de 1921, cambiaría todo el planteamiento de las Damas de la Cruz Roja, tanto a nivel nacional como local. La reina Victoria Eugenia decide enviar a Melilla un grupo de damas enfermeras, a cargo de la duquesa de la Victoria. Casi al mismo tiempo, la Junta de Damas de la Cruz de Roja de Málaga comenzó a organizar la asistencia a las tropas que embarcaban para Melilla y, muy pronto, empezó a preocuparse por la atención de los heridos que comenzaron a llegar a Málaga. El 4 de septiembre las damas de la Cruz Roja malagueñas comenzaron a atender el hospital de sangre instalado en el Grupo Escolar Bergamín, en colaboración con la empresa Ferrocarriles Andaluces y el Comité ejecutivo de auxilio al soldado.

La aspiración de la Cruz Roja era gestionar independientemente su propio hospital, por lo que muy pronto la Junta de Damas de Málaga propuso al alcalde de la ciudad hacerse cargo, en exclusiva, del Grupo Escolar Bergamín; pero éste se negó a ello. A partir de entonces, comenzarán las gestiones para instalar un nuevo hospital de la Cruz Roja en Málaga. Es de suponer que Isabel Roca y su junta tenían conocimiento, a través del presidente de la Cruz Roja de Málaga, Antonio Gómez de la Bárcena, y del delegado regio de Primera Enseñanza, Narciso Díaz de Escovar, de dos ofrecimiento que se habían hecho el día 9 de agosto en una reunión patriótica de las llamadas “fuerza vivas” de la ciudad. Por un lado, Antonio Baena Gómez, en nombre de la Agrupación de Cofradías, ofertó 40 camas en un local cercano al cuartel de la Aurora; y por otro el ex ministro Francisco Bergamín hizo lo propio con una casa de su propiedad situada en el Limonar.

Las negociaciones de la Cruz Roja con la Agrupación de Cofradías, autoridades militares y municipales, y con Francisco Bergamín se llevaron a efecto en Málaga y el 14 de octubre salía de Madrid una expedición encabezada por el marqués de la Rivera y Ángeles Molina Angoloti.

La duquesa de la Victoria con uniforme de dama enfermera (‘La Esfera’)

Tres días después, el día 17, llegaba a Málaga (desde Melilla) la duquesa de la Victoria. Además de visitar los hospitales ya en funcionamiento, como el del Grupo Escolar Bergamín, los delegados de la reina Victoria Eugenia (marqués de la Rivera y duquesa de la Victoria) visitaron los locales ofrecidos por la Agrupación de Cofradías y Francisco Bergamín para instalar nuevos hospitales. Ambas instalaciones fueron aceptadas por la duquesa de la Victoria, en nombre de la Cruz Roja, en ese mismo día. Esa noche partían para Melilla ambos comisionados.

Es de suponer que Ángeles acompañase en la visita a su prima y al resto de la delegación de la Cruz Roja, y que inmediatamente pusiera manos a la obra para poner en marcha el nuevo hospital del Perchel. A pesar de todo, la prensa malagueña no acababa de tener claro quién era la responsable del nuevo hospital de la Cruz Roja. Así, a finales de octubre, La Unión Mercantil todavía la citaba como “condesa de Lersundi” al reseñar la estancia de la infanta doña Luisa en Málaga, de paso para Melilla.

El día 6 de noviembre Ángeles Molina acompañaba a la infanta doña Luisa, junto a Antonio Baena, en el acto inaugural del hospital ya con el nombre de la soberana: ‘Reina Victoria’. A partir de entonces se dedicará a la gestión del centro, en colaboración con el director médico, el doctor Bastos. El 18 de enero de 1922, el periódico madrileño La Época dedicaba un amplio artículo al hospital malagueño, destacando tanto la labor de Antonio Baena como la de Ángeles Molina y el doctor Bastos.

Casi un mes después, el 4 de febrero, el mismo periódico señalaba que en el hospital Reina Victoria estaba instalada también la Escuela de Damas Enfermeras de la Cruz Roja en la que, señalaba “Cursaban hace poco tales enseñanzas en el mismo, 30 alumnas”, tarea de formación en la que seguramente participó Ángeles Molina; además, al describir el hospital para oficiales instalado en el Limonar, gracias a Francisco Bergamín, destacaba que su organización había estado también a cargo de ella, señalando: “La organización de este nuevo Hospital ha sido labor de la misma inteligencia que organizó el del Perchel, o sea la señora viuda de Lersundi”.  Pero su labor no se limitó a la organización, y continuó con la dirección, también, de este centro. Así lo demuestra el que fuese ella la que guiase al periodista, que firmaba ‘Mascarilla’, en la visita al hospital.

Representantes de la Agrupación de Cofradías en la inauguración del hospital Reina Victoria de Málaga (‘Málaga católica’)

El 10 de marzo de ese año se entregaron las insignias y el título a 26 de las 28 alumnas del primer curso de damas enfermeras realizado en el hospital Reina Victoria de Málaga; las crónicas señalan la presencia de la marquesa de Urquijo, Rafaela Grana y otras damas en el acto. Es de suponer que una de ellas fuese la directora del centro hospitalario. Muy probablemente, Ángeles Molina dejaría ese cargo en los meses siguientes, una vez formadas las damas de la junta de Málaga que podían ponerse al frente de los hospitales de la Cruz Roja dependientes de aquella.

Lo cierto es que el 8 de julio Ángeles viajaba desde Madrid a San Sebastián. Ya no volvería a Málaga. En los años siguientes viajó a Londres, París y San Sebastián, alternando sus desplazamientos con estancias en la capital de España. La muerte la sorprendió en su residencia de San Sebastián, en el paseo de Salamanca, número 5, a las nueve de la noche del 17 de noviembre de 1929, siendo enterrado su cadáver en el panteón familiar de los Lersundi, en Azcoitia.

Visita del ministro de la Guerra a los heridos en la Cruz Roja de Málaga (‘La Unión Ilustrada’)

Los servicios de Ángela en Málaga habían sido reconocidos por la Cruz Roja el año 1923, cuando la Asamblea Central de Señoras de la Cruz Roja Española publicó la memoria de sus actividades desde julio de 1921. En ella, al tratar la actuación en los hospitales de Málaga, se decía:

“Así pudieron abrirse los hospitales de Málaga, sólo para heridos, bajo la dirección de la señora viuda de Lersundi, elegida por Su Majestad la Reina para tan importante misión, y que supo desarrollar de un modo acertadísimo y en brevísimo tiempo, a pesar de las obras que hubo de realizar. = Estos hospitales de heridos eran dos, uno de 80 camas en un edificio cedido por don Antonio Baena, y otro en el “Limonar” para 20 oficiales, establecido en el hotel que puso generosamente a disposición de la Cruz Roja D. Francisco Bergamín, y como anexo la finca llamada el “Crucet”, propiedad de la señora duquesa viuda de Nájera, en la que esta señora caritativa dispuso por su cuenta el alojamiento para veinte soldados convalecientes. Empezaron éstos a funcionar en noviembre último, auxiliando su labor algunas damas enfermeras de la Cruz Roja de los hospitales de esta corte, de Ceuta y de San Sebastián, que no vacilaron tampoco en prestar allí su ayuda, llenas del mejor espíritu y entusiasmo. = A estos hospitales quedaron luego afectos, por disposición de Su Majestad, los sostenidos por los señores marqueses de Urquijo con su patriotismo, ya que el régimen, servicios y director médico era el mismo en todos, y constituyendo así un núcleo importantísimo hospitalario en aquella capital.”

Málaga dedicó una de las calles próximas al hospital Reina Victoria de la Cruz Roja a su primera directora, llamándola ‘Calle Ángeles Molina de Lersundi’. Esta denominación se mantendría en nuestro callejero, al menos, entre 1935 y 1985, si bien con distintos trazados, en función de la evolución urbanística de la zona. Así, en 1935 tenía entrada por la calle Profesor Domínguez Sánchez (denominación que había sustituido a la tradicional de ‘Callejones’), pero no tenía salida; en 1939 mantenía la entrada por la misma calle (de nuevo Callejones) y ya tenía salida a las huertas; y en 1985, la entrada era por ‘callejones del Perchel’ y llegaba hasta la avenida de la Aurora. Las modificaciones urbanísticas de aquella zona, antiguo vestigio de la Málaga industrial, terminaron con la calle y los restos de lo que fue el primer hospital de la Cruz Roja en Málaga: el Reina Victoria. Con ello llegó el olvido para su primera directora: Ángeles Molina Angoloti, viuda de Lersundi.

 

 

Pedro Luis Pérez Frías
Doctor en Historia y miembro del Grupo de Investigación HUM333 “Crisol Malaguide”
Universidad de Málaga


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