Volver al inicio de Xauen 1924. Centenario del Annual (que pudo ser) de Primo de Rivera


 
Antes de tratar específicamente la retirada de Xauen, realizada entre el 15 de noviembre y el 10 de diciembre de 1924, conviene destacar algunos preliminares.

A finales de mayo de ese año el contraalmirante Magaz declaraba en París: “Es nuestro firme propósito subordinar la acción militar a la política. No queremos avanzar ni extender la ocupación, sino, antes bien, reducirla, llevando las líneas a un terreno más fácil y menos abrupto. Estamos restableciendo en Marruecos la coordinación de la acción civil con la militar, desquiciada por los anteriores Gobiernos, cuyos desaciertos trajeron sensibles reveses. Hay que reducir el problema de Marruecos a términos proporcionados a la capacidad nacional. África no debe absorber nuestra atención ni nuestras energías, habiendo tantas cosas que hacer en España, tantos problemas económicos apremiantes y tanta riqueza que desarrollar”.

Un mes después, a finales de junio, se dan las primeras incursiones de rifeños y gomaris en el valle del Lau. El Directorio reconocía el agravamiento de la situación y el envío de fuerzas desde Melilla y la preparación de las reservas creadas el año anterior en la Península: “Estos hechos han motivado un movimiento de fuerzas de la zona oriental a la occidental y la preparación de otras de las dispuestas en previsión para estos casos”

La situación era algo más grave; con gran número de posiciones, como la de Cobba Darsa, Hoj y Tazza, asediadas. El 2 de julio es nombrado el general Bermúdez de Castro para sustituir a Manuel Montero Navarro al frente de la comandancia general de Ceuta. Para liberar las posiciones cercadas se formaron dos columnas al mando de los generales Serrano y Grund, con la misión de abrir las comunicaciones del desfiladero del Lau y mantenerlas expeditas. El Directorio insistía en sus propósitos: “Cualquiera que sea el criterio del Gobierno y sus propósitos, mientras las tropas tengan enfrente enemigo y sean atacadas, la defensa y la ofensiva derivada son preceptos militares obligados e invariables, cuesten lo que cuesten”

El 5 de julio llegan nuevos refuerzos desde Melilla a Ceuta, entre los que está la 5ª bandera del Tercio (la Legión). El 6 se libera Cobba Darsa, después de siete días de intensos combates, y la de Hoj al día siguiente. Los combates continúan y la situación hace que Primo de Rivera realice un viaje a Marruecos, entre el 10 y el 22 de julio, para conocerla de primera mano y asegurar la presencia de España en el territorio.

En el curso de esta visita, el 19 de julio llega a Melilla y se reúne en Ben Tieb con los oficiales del Tercio: “En el campamento de Ben-Tieb, donde se hallaba el Tercio, se celebró un banquete, ofreciendo el homenaje el teniente coronel Franco, quien pronunció un patriótico discurso, al cual contestó con otros de elevados tonos el general Primo de Rivera” (citada por Fernando Soldevilla, El Año Político 1924, Madrid, 1925, p. 274. Recogido más ampliamente en La Legión Española (cincuenta años de historia), Madrid 1970, v. I, p. 213), donde aseguró que España no se retiraría del Protectorado.

Visita de Primo de Rivera a Xauen en Marruecos. Nuevo Mundo, 25 de julio de 1924

Tres figuras de la época: José Álvarez Arranz, abogado, y los generales Riquelme y Berenguer. Nuevo Mundo, 19 de septiembre de 1924

A finales de julio se reclamaba desde la prensa y la opinión pública conocer los planes de Primo de Rivera sobre Marruecos: “El jefe del Gobierno ha prometido hablar pronto desde La Gaceta, y entonces sabremos el fruto recogido por aquél en su visita a nuestras posesiones africanas. Sólo nos resta pedir que el Cielo le ilumine para encontrar una solución acertada que armonice los intereses de la nación con los deberes internacionales que ésta tiene que cumplir al otro lado del Estrecho”.

La tranquilidad parecía haber vuelto a la zona occidental del Protectorado a principios de agosto. Pero muy pronto volvió la insurrección. El 12 de agosto se daba la noticia del bloqueo de la posición de Ifartan, en el Lau, y el levantamiento general de las cabilas, por lo que se había ordenado el envío de refuerzos desde la península a aquella zona:

“La prudencia aconseja reforzar directamente la zona occidental con una de las brigadas preparadas, sin debilitar la oriental, tanto más cuanto que el estado de agitación se extiende a otros puntos de ambas zonas. = Al mismo tiempo que se ordena el embarco de una brigada (batallones de Saboya, Asturias, Reina y Granada, al mando del general Castro Girona), se dispone la preparación de otras, pues el Gobierno no quiere omitir previsión alguna que facilite resolver la situación del momento”.

Esta situación hizo aplazar todos los planes al Gobierno: “Tanto en nuestra zona como en la francesa se observa un levantamiento general de las cabilas, y hay que acudir a sofocarlo, aplazando toda otra orientación, ya que en tales circunstancias sería absurdo e ineficaz intentarla, pues todas han de fundarse en la evidente supremacía del poder español sobre el rifeño, no sólo por dignidad nacional, sino por política elemental de toda clase de guerras”, según la nota de prensa del Directorio, publicada el 12 de agosto de 1924. Citada por Fernando Soldevilla, El Año Político 1924, Madrid, 1925, p. 272. 

Entre otras medidas, se reforzó la censura de la prensa: “Sin dudar del patriotismo de la Prensa, no se puede garantizar siempre su discreción y desapasionamiento, y como las circunstancias aconsejan, en evitación de mayores daños, activar las operaciones de Marruecos, respondiendo así al recrudecimiento de la rebeldía, tal estado de cosas, en España y en todas partes, requiere mucha prudencia en las noticias y comentarios” (nota oficiosa del Directorio, publicada el 16 de agosto de 1924. Citada por Fernando Soldevilla, El Año Político 1924, Madrid, 1925, p. 276). 

El bilaureado capitán Pablo Arredondo Acuña, muerto el 19 de noviembre del 1924

Jefes militares españoles víctimas de la campaña de Marruecos. Mundo Gráfico, 26 de noviembre de 1924

Portada de Nuevo Mundo, 28 de noviembre de 2024

Desde mediados de agosto los combates de las columnas son constantes, bien en reconocimientos ofensivos, bien en intentos de abastecer o liberar a las posiciones cercadas. Los comunicados del Gobierno apuntaban a la intervención extranjera en la insurrección, pero sin concretar quién. La situación, complicada, hace que a finales de agosto se comience a evacuar a los enfermos y heridos a la Península, para disponer de camas en Marruecos. El 26 de ese mes, en una nota del Directorio, se afirmaba la intención de continuar las operaciones: “Por ahora han de continuar las operaciones, pues una interrupción injustificada malograría el esfuerzo hecho, y no conduciría a la situación de superioridad moral indispensable para actuar con libertad en el problema”.

Notas gráficas de la actividad en Marruecos. Mundo Gráfico, 7 de enero de 1925

El 31 de agosto embarcan nuevos refuerzos en Melilla con destino a Ceuta, entre los que están las tres últimas banderas del Tercio que quedaban en la zona oriental: 2ª, 3ª y 4ª; así, el Tercio al completo operará en la Zona occidental a partir de septiembre; al igual que la mayoría de los Regulares. No eran las únicas fuerzas que se mandaban, una nota del Directorio decía el día 1 de septiembre: “La necesidad de batir al enemigo en cuantas ocasiones se ofrezca, sin desatender las comunicaciones, seriamente amenazadas, exige numerosas fuerzas, y un elemental deber de previsión ha obligado al Gobierno al envío de ocho batallones de los preparados”.

El 3 de septiembre es nombrado jefe de la zona de Ceuta el general de brigada Gonzalo Queipo de Llano y Sierra. Y se destina en comisión, a las órdenes del Alto Comisario de España en Marruecos, al general de brigada Alberto Castro Girona. Ese mismo día el Gobierno se reafirmaba en su postura:

“No se trata en este momento de estudiar el problema de Marruecos, ni del Protectorado, ni el plan de posiciones y líneas a establecer o retirar. Trátase sólo de que, una vez más en pocos años, un alzamiento general de moros pone en riesgo, por ataque directo o por incomunicaciones, un número de posiciones que guarnecen nuestros soldados, y que a esto, que es guerra, no puede contestarse sino con la guerra, no sólo por decoro, sino por espíritu de solidaridad y aun por instinto de conservación, pues las audacias del moro no se pueden atajar más que dándoles frente y atacándolos cada vez que la ocasión se ofrece, hasta rebajar su moral y acometividad.”

Algo se estaba preparando, al día siguiente se comunicaba el aplazamiento de los viajes previstos para el Rey y Primo de Rivera y las celebraciones del 13 de septiembre, por el establecimiento de la Dictadura. Ese mismo día, el 4 de septiembre por la mañana, se celebra un consejo extraordinario presidido por el Rey; por la tarde, el marqués de Estella declaró: “El Gobierno adoptará todas las resoluciones necesarias para llevar allí cuanto antes el máximum de energías, de dirección y de recursos. Así afrontaremos la situación”.

Al día siguiente, Primo de Rivera viaja a Tetuán para dirigir las operaciones, acompañado de otros tres vocales del Directorio, los generales Gómez-Jordana Souza, Muslera Planes y Rodríguez Pédres. En Madrid quedaba como presidente interino el contraalmirante Magaz.

Comenzaba así la puesta en marcha del plan de repliegue de Primo de Rivera, que sucintamente se puede resumir: en una primera fase, consolidación de las comunicaciones y repliegue de las posiciones más excéntricas; en la segunda, asegurar la posesión del macizo de Gorgues, para permitir el repliegue seguro hacia Tetuán y evitar ataques a esa plaza; en la tercera, retirada de las fuerzas concentradas en Xauen hasta Tetuán; y en la cuarta, consolidación de la nueva línea.

 

 

Pedro Luis Pérez Frías
Doctor en Historia y miembro del Grupo de Investigación HUM333 “Crisol Malaguide”
Universidad de Málaga

Ver información de la conferencia pronunciada el 24 de septiembre de 2024


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Pérez Frías PL. Xauen 1924. Centenario del Annual (que pudo ser) de Primo de Rivera. epistemai.es [revista en Internet] 2024 octubre (24). Disponible en: http://epistemai.es/archivos/7875

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