Volver al inicio de: Agustín Luque y Coca, militar, periodista y ministro


 

Agustín estaba muy vinculado con el Cuerpo de Inválidos desde que su hijo primogénito, Agustín Luque Maraver, ingresó en él después de haber resultado gravemente herido en Cuba en 1898 y haber perdido una pierna a consecuencia de ello. Permanecerá al frente de Inválidos hasta su siguiente nombramiento ministerial, a finales de 1909. Cargo que compaginó con el de senador que venía detentando desde diciembre de 1905, primero como electo por la provincia de Palencia (legislatura 1905-1907) y por la de Lugo (legislatura 1907-1908) y, a partir del 2 de enero de 1909, como senador vitalicio.

Diez meses después de esta última designación, el 21 de octubre de 1909, Maura dimitía como presidente del Consejo de ministros y era nombrado para el cargo Moret; el cual nombró ministro de la Guerra a su antiguo colaborador y amigo, Agustín Luque. En esta ocasión el Real Decreto destacaba, no sólo su empleo de teniente general del Ejército, sino que también citaba su condición de senador del Reino. Seis días más tarde, el 26 de octubre, se suspendían las Cortes.

El general Luque cuando era ministro de la Guerra

 

Retrato del general Agustín Luque

El conde Romanones con varios ministros, entre ellos, en primer término, el general Luque y Santiago Alba

Moret y Luque tuvieron que enfrentarse a las secuelas de los graves sucesos de Melilla, ocurridos unos meses antes, en los que destacaron acciones como la del Barranco del Lobo, el 27 de julio, Taxdir, el 20 de septiembre, y la del Zoco el Jemis de Beni bu Ifrur, diez días más tarde.

Las tensiones políticas y sociales en España provocaron la caída de Moret y su gobierno pocos meses después. El 9 de febrero de 1910 Alfonso XIII aceptaba su dimisión y nombraba a José Canalejas y Méndez nuevo presidente del Consejo. Agustín Luque dejaba ese mismo día la cartera de Guerra y volvía al Senado, siendo sustituido por el también teniente general Ángel Aznar y Butigieg en el ministerio; dos días después Aznar firmaba la orden por la que se autorizaba a su antecesor a fijar su residencia en Madrid en situación de cuartel.

La suspensión de las Cortes se mantuvo hasta el 15 de junio de ese año, cuando tuvo lugar la sesión de apertura en el Congreso de los Diputados. Previamente, Alfonso XIII había nombrado presidente del Senado, el 9 de junio, a Eugenio Montero Ríos y vicepresidentes de aquella cámara, el día 13 del mismo mes, a Amós Salvador y Rodríguez, Agustín Luque y Coca, Amalio Jimeno y Cabañas y Antonio López Muñoz.

El 25 de agosto de 1910, Agustín es nombrado nuevamente comandante general del Cuerpo de Inválidos. Seis meses después, Canalejas da por terminadas las sesiones de las Cortes en la legislatura, el 17 de febrero de 1911, fijando la apertura del nuevo período legislativo para el 6 de marzo siguiente. Los cambios en las Cortes habían venido precedidos de una nueva crisis de gobierno que se resolvió con la dimisión, y nuevo nombramiento como presidente, de José Canalejas, el 2 de enero de ese año, y con él siguió su ministro de la Guerra Ángel Aznar. Para Agustín no significó ningún cambio, ya que el 4 de marzo había sido nombrado, nuevamente, vicepresidente del Senado (en esta ocasión 1º), el cual volvía a presidir Montero Ríos.

El general Luque en Alemania

Sin embargo, su permanencia en aquel cargo fue muy breve. Al mes siguiente, el 3 de abril, Canalejas presentaba otra vez su dimisión y el Rey le nombraba nuevamente al frente del gobierno. Pero en esta ocasión, al contrario de lo sucedido en marzo, Aznar fue sustituido en Guerra por otro teniente general: Agustín Luque y Coca.

El 12 de noviembre de 1912 era asesinado el presidente Canalejas en la Puerta del Sol. En un principio, el gabinete no sufre cambios salvo la asunción de la presidencia del Consejo, de forma interina, por el ministro de Estado Manuel García Prieto; dos días después Alfonso XIII nombraba al conde de Romanones, hasta entonces presidente del Congreso de los Diputados, presidente del Consejo de ministros. Éste no hizo ningún cambio en los ministerios, asumiendo así a Luque y al resto de sus compañeros en su gobierno, sin que mediase nuevo nombramiento. Éste era el séptimo gabinete ministerial del que formaba parte Agustín, aunque ésta fue una medida provisional. El 31 de diciembre Romanones presentaba su dimisión al Rey, que la aceptaba para volverle a nombrar presidente del Consejo. Luque presentó su dimisión como ministro, pero fue nuevamente nombrado y ratificado en el cargo por Álvaro de Figueroa.

El nuevo gobierno permaneció hasta el 27 de octubre de 1913, cuando el Monarca aceptó la dimisión de Romanones y nombró a Eduardo Dato Iradier presidente del Consejo de Ministros. Agustín Luque, a quién se le había aceptado la dimisión el mismo día que a Romanones, fue nombrado director general de la Guardia Civil, casi inmediatamente, el 30 de octubre. En ese cargo permanecería algo más de dos años, hasta el 9 de diciembre de 1915, cuando Romanones es nombrado nuevamente presidente del Consejo, tras la dimisión de Dato. En esta ocasión Álvaro Figueroa nombra para las dos carteras militares a dos malagueños: Augusto Miranda y Godoy, que repetía al frente de Marina, y Agustín Luque y Coca para Guerra. Este era el séptimo nombramiento del general, publicado en la Gaceta de Madrid, y el noveno gabinete ministerial en el que se integraba, pero sería el último.

En efecto, el 19 de abril de 1917 es el conde de Romanones quien dimite y es sustituido por Manuel García Prieto al frente del Gobierno; Luque y el resto de sus compañeros siguieron los pasos de su jefe y presentaron su dimisión, que fue aceptada. Al día siguiente, Agustín era nombrado de nuevo director general de la Guardia Civil. Ya no volvería a asumir responsabilidades ministeriales. Además, este segundo paso al frente de la Benemérita sería muy breve; el 26 de junio siguiente el general Luque dejaba el cargo para volver a asumir la comandancia general de Inválidos.

Al año siguiente es nombrado consejero de Estado, para el bienio 1918 -1920, sin dejar su cargo al frente del Cuerpo de Inválidos, en el que continuará hasta su pase a la situación de primera reserva, el 6 de octubre de 1920. Dos años más tarde, pasa a la de segunda reserva lo que no le impide seguir siendo nombrado para otros cargos, como el de presidente de la Junta Calificadora de Aspirantes a destinos públicos, el 12 de noviembre de 1930, entre otros.

Cuartel General Luque en Inca

Calle Luque en la ciudad de Málaga

Unos meses antes de este último nombramiento, en abril de 1930, Agustín había visitado Mallorca, como presidente honorario del Tiro Nacional de España, y había recibido un multitudinario y caluroso homenaje en Inca, ciudad de la que era hijo adoptivo e ilustre desde 1914. Los discursos pronunciados en aquella ocasión dejaron constancia de la faceta periodística y de escritor de Agustín Luque que, por otro lado, venía desarrollando desde los años 80 del siglo XIX. Así, el abogado Miguel Amengual recordaba al que calificaba de “militar de brillante historial y atildado escritor” cuando llegó a la isla en 1886, siendo coronel; también lo consideraba: “Una despejada inteligencia, que, en consorcio con un corazón grande y bueno, sentía nobles anhelos de servir a la patria al combatir de obra y con la pluma corruptelas y estancamientos que obstruían el desenvolvimiento más conveniente al brillo y al positivo rendir del Ejército español”. Amengual recordó, además, su defensa en la prensa de las reformas de Cassola en la que: “el comentarista Luque, se reveló un peritísimo innovador y maestro en los temas del ramo militar que abordó y con su pseudónimo A de Ele afianzó la fama de una no superada autoridad”.

 

Calle de dedicada al general Luque en Inca

 
 

Calle Luque en la ciudad de Málaga

El resto de los oradores intervino en los mismos términos en cuanto a las cualidades periodísticas de Agustín Luque, como Federico Bergamo que minutos más tarde destacaba su condición de periodista:

“Pero de periodista excelso que supo popularizar el seudónimo de A. de L. Se caracterizó como ameno periodista por el hecho, no de ensalzar sin ton ni son a unidades ni pobres hombres, sino porque utilizó su pluma en favor de las buenas causas, y sobre todo en defensa de los derechos del pobre y del desvalido. Fué un periodista de fibra, de buena cepa; un periodista de cuerpo entero. Eso fué el General Luque”.

Sería el mismo Luque el que diese explicación al papel de Mallorca en su vocación de escritor, en las palabras con las que cerró el acto:

“Quién había de pensar entonces que aquel modesto coronel había de escalar altos puestos en la milicia y en la gobernación del Estado Surgió y pude llegar donde llegué porque respiré aires de Mallorca que resultaron para mí de sabiduría y sedante para el espíritu. Me dediqué al estudio y a escribir y pude hacer mucho en favor de mi persona. Los días se deslizaron tranquilos, y vuestra sensibilidad exquisita conquistaron mis afectos, los de mi mujer y de mis hijos”.

Siete años después, con la Guerra Civil ya desatada en nuestro país, moría Agustín Luque en Hendaya, el 14 de octubre de 1937; olvidado de todos (o casi todos), de tal forma que la fecha de su fallecimiento es, todavía hoy, objeto de debate entre los historiadores. En la prensa de Málaga, al igual que en el resto de España, el acontecimiento pasó totalmente desapercibido. Ni una palabra, ni una mención, ni un recuerdo a ese malagueño que durante casi doce años participó en el gobierno de la nación y supo plasmar sobre el papel sus conocimientos y opiniones.

En nuestra ciudad hay una calle llamada ‘Luque’, cerca del cementerio de San Miguel, pero nada indica que esté dedicada al ilustre militar. Mientras que otras ciudades, como Almería, Cádiz e Inca honran su memoria manteniendo su nombre en una de sus calles. Además, el Ejército de Tierra da su nombre a uno de sus acuartelamientos en Zaragoza y, en tiempos pasados, al cuartel que se construyó, y que él fomentó, en su ciudad adoptiva Inca, hoy dedicado a usos no castrenses.

¿Para cuándo un reconocimiento en su ciudad natal?

 

 

 

Pedro Luis Pérez Frías
Doctor en Historia y miembro del Grupo de Investigación HUM333 “Crisol Malaguide”
Universidad de Málaga

 

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Pérez Frías PL. Agustín Luque y Coca, militar, periodista y ministro. epistemai.es [revista en Internet] 2024 febrero (22). Disponible en: http://epistemai.es/archivos/7248

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