Luis de Santiago y Aguirrevengoa. Un ministro malagueño casi ignorado

 

En la mañana del 16 de abril de 1919, Miércoles Santo, juraba como ministro de la Guerra el general de División Luis de Santiago y Aguirrevengoa. El juramento tuvo lugar en el Palacio Real ante el Rey Alfonso XIII y Antonio Maura, que había jurado como presidente del Consejo de Ministros el día anterior. El acto tuvo la particularidad de que fue una jura en solitario, ya que el resto de los integrantes del nuevo gabinete lo había hecho ya junto con Maura. La razón de este retraso era que, en el momento de su elección para dicha cartera, estaba en Cartagena, como gobernador militar de aquella plaza y de la provincia de Murcia, por lo que tuvo que viajar hasta Madrid para jurar y tomar posesión del Ministerio.

La formación del nuevo gobierno, que venía a resolver una crisis que había durado casi una semana, fue objeto de gran atención en la prensa nacional y, también, en la de Málaga, donde había nacido el nuevo ministro. El nombramiento de Maura fue bien acogido por los medios conservadores, pero tuvo severas críticas desde el principio en los periódicos de corte republicano o de izquierdas.

Antonio Maura

Quizás por eso, el periódico malagueño El Popular, declarado en su cabecera “Diario republicano”, dedicaba ese mismo día 16 duras críticas al nuevo gobierno diciendo: “El nuevo Gobierno de Maura nace muerto, no tiene ambiente, ni opinión, ni simpatías”; y llegaba a vaticinar: “Presagiamos que durará poco y que este Gobierno, nacido de una inconcebible insensatez, agravará más la crítica y peligrosa situación de España”. Sin embargo, no dedicaba ni una sola línea al paisano, el general Santiago, que juraba ese día su cargo de ministro; destacando en cambio la retirada del socialista Pedro Gómez Chaix de la política, por motivos de salud, que ya había adelantado el día anterior.

Tampoco se refería a Luis de Santiago al día siguiente; pero mantenía su campaña contra el nuevo gobierno y recogía palabras dedicadas a Pedro Gómez Chaix, en este caso por La Unión Mercantil. En cuanto a Maura y su gabinete terminaba con estas palabras proféticas:

“Nosotros hemos venido siempre diciendo que si la crisis no se resolvía en sentido liberal y democrático, que si, por el contrario, se llamaba al poder a los elementos de la derecha, hasta las piedras se levantarían en España, y se perturbaría por completo la vida de la nación. = Y en eso estamos ya con Maura y Cierva”.

El otro gran periódico republicano de Málaga, El Regional, se mostraba también escéptico con el gobierno Maura y dedicaba grandes titulares a la crisis en los días previos y en los siguientes. El día 15, abría así: “El Gobierno de Romanones ha sido derribado por los elementos militares. = El Ejército no quiere ser víctima de habilidades, ni intervenir en las luchas entre el capital y el trabajo. = El Rey ha encargado de formar Gobierno al señor Maura”. Cuatro días después, con una huelga en Telégrafos declarada a nivel nacional, titula su primera página: “Romanones y Maura a través de la crítica de Lerroux: La destrucción de los partidos de gobierno y los cimientos de la Monarquía”; tras lo que subtitulaba: “El Gobierno de Maura se dispone a hacer frente a la situación”. El titular hacía referencia a una carta del citado Alejandro Lerroux, firmada el día 16, que el periódico reproducía, parcialmente, en primera página; en ella se señalaba entre otras cosas: “Los republicanos nos hubiéramos contentado con derrocar la Monarquía. Los monárquicos cuando no les sirve, la deshonran, y luego pretenden convertir en Jordán el Guadalquivir de Alcolea”.

Maura sale del palacio con los nuevos ministros, tras haber jurado el cargo ante el Rey en 1919

Pero este periódico sí que recogía, el día 16, el nombramiento de Luis de Santiago como ministro de la Guerra: “Ha sido designado ministro de la Guerra el general Santiago, próximo pariente del capitán general de Cataluña cuando los sucesos del 1909”. Además, incluía en portada breves síntesis biográficas de cuatro nuevos ministros: Antonio Goicochea, ministro de Gobernación; Augusto Miranda, ministro de Marina; Cesar Silio y Cortés, ministro de Instrucción; y el propio Luis de Santiago cuyos apellidos cita como “Santiago Aguirre Bengoa”. En los tres primeros, señalaba su lugar de nacimiento, pero con relación al ministro de la Guerra omitía este dato y únicamente decía:

“Cuenta este ilustre soldado 63 años, y es general de División. Procede del Arma de Artillería, habiendo desempeñado contados mandos en el Cuerpo, pues desde hace muchos años estuvo incorporado al Ministerio de la Guerra. = La mayoría de las fortificaciones con que cuenta la plaza de Cádiz, se deben a su peritísima dirección técnica. = Siendo Coronel, mandó, durante su corta efectividad en este cargo, un Regimiento destinado a Algeciras. Al ingresar en el Generalato, pasó como Jefe de la Sección de Armamentos al Ministerio de la Guerra, cargo que desempeñó con gran acierto durante ocho años. = Cuando le faltaban quince días para ser jubilado, ocurrió una vacante, y ascendió entonces a General de División, siéndole confiado el cargo de Comandante General de Cartagena. = El nuevo Ministro de la Guerra, tiene publicadas varias obras sobre armamentos, y no ha militado jamás en ningún partido político”.

El origen malagueño del nuevo ministro queda acreditado por su partida de bautismo, inscrita en el ‘Libro de Bautismo y matrimonios (1819 – 1845) de la parroquia del Sagrario’, que recoge los relacionados con militares realizados en esta parroquia malagueña, con el carácter de parroquia castrense:

“En la ciudad de Málaga, Provincia y Obispado de la misma, en doce de junio de mil ochocientos cincuenta y cuatro. Yo D. Cristóbal Tillon, presbítero teniente Arcipreste de la Parroquial del Sagrario de esta Santa Iglesia, bauticé solemnemente a un niño que nació en este día a las siete de la mañana, hijo legítimo de D. Federico de Santiago, Capitán de Fragata y Jefe de Guardacostas, y de Dª María del Carmen Aguirrevengoa, su Esposa, naturales él de San Juan de Puerto Rico y ella de Burdeos. Abuelos Paternos D. Luis y Dª Rosa Hoope, naturales él de Cádiz y ella de ésta; Maternos D. José María Aguirrevengoa y Dª Maria Ana Uribecabar, naturales él de Méjico y ella de Elorrio, provincia de Vizcaya. Al cual puse por nombres Luis, José, María, Federico, Eduardo, Emilio, Ramón, Juan Sahagún, Onofre. No han tenido otro hijo de este nombre. Fueron sus Padrinos D. Eduardo Aguirrevengoa y Dª María Tomasa de Santiago, solteros, a quienes advertí su obligación y parentesco y testigos D. Fernando Hermosa y Santiago, clérigo Diácono, y D. Carlos León, de esta vecindad, de que doy fe.”

Iglesia del Sagrario de Málaga

Un año más tarde, el 2 de julio de 1855, nacía su hermana Josefa, bautizada en la misma iglesia cinco días después, a la cual se le impusieron los nombres de Josefa, María de la Visitación, Ángela, Emilia, Ramona, Fermina del Corazón de Jesús. En su partida de bautismo se inscribe a su abuela materna como ‘Maria Ana de Urive Zalazar’. Además de ellos, el matrimonio Santiago – Aguirrevengoa tuvo otros tres hijos: Ana, nacida en Cádiz en 1852; Fernando, nacido el 13 de diciembre de 1857; y Federico, nacido el 15 de octubre de 1857. Las fechas de nacimiento de estos dos últimos son las reflejadas en los escalafones de Caballería y de la Armada, por lo que una de ellas debe estar equivocada.

Aunque en estas partidas se citaba a la abuela paterna como ‘Rosa Hoope’, la mayoría de las fuentes consultadas citan el primer apellido como Hoppe, forma que utilizaremos al relatar las relaciones familiares.

La familia de Luis tenía honda raigambre militar. El padre, Federico de Santiago y Hoppe, capitán de Fragata en 1854 y brigadier honorario cuando se retiró en 1865, había nacido en Puerto Rico en 1817, era hijo de Luis de Santiago García del Viso, nacido en Cádiz en 1787, y de Rosa Hoppe y Plunquett, nacida en Málaga. Nieto por línea paterna de José de Santiago y Rotalde, natural de Lima, y de María Josefa García del Viso y Moreno, natural de Segura de la Sierra. Bisnieto por la misma línea de Luis de Santiago y María Nicolasa Rotalde. Dos tíos suyos, hermanos de su padre, Javier y José de Santiago y Hoppe fueron también militares, llegando el segundo a alcanzar el generalato, con el empleo de Mariscal de Campo.

Su abuela, Rosa Hoope y Plunquet, era hija de Federico Hoppe Pérez, nacido en Málaga y tesorero de la Real Hacienda en aquella ciudad, y de María Brígida Plunquet, nacida igualmente en Málaga; su tío paterno José Hoppe Pérez era cónsul de Dinamarca en Málaga y estaba casado con María Río del Campo. Su hermano Federico Hoppe y Plunquet era también militar, del arma de Caballería.

Aunque Luis tenía relación con Málaga, por parte de la familia de su abuela Rosa, su estancia en la ciudad natal se limitó a los pocos años en que su padre permaneció en la capital como comandante de la 2ª División de guardacostas, de 1852 a 1856; en este último año Federico pasó a Cádiz, como subdirector del Colegio Naval Militar, y con él se fue toda la familia.

Los tres hermanos Santiago y Aguirrevengoa siguieron la tradición familiar y escogieron la carrera militar. Así, a Luis le siguieron Fernando, que murió en Córdoba en 1887, cuando era teniente de Caballería, y Federico que ingresó en la Armada como guardiamarina en 1872 y falleció en Madrid en 1897, siendo teniente de navío de 1ª clase. Además, Ana contrajo matrimonio con su primo Luis de Santiago y Manescau, hijo del citado José de Santiago y Hoppe, que llegaría a ser teniente general. Mientras que Josefa falleció en Pau (Francia) a los 17 años.

Real orden circular con el nombramiento de Luis de Santiago a general de División en julio de 1918. Gaceta de Madrid

En 1885, el 11 de enero, Luis contrae matrimonio con María Lacave y Arriguinaga de cuyo matrimonio nació una hija, Luisa, nacida en Cádiz el 12 de noviembre de ese año, que contraería matrimonio el 10 de mayo de 1905, en Madrid, con Francisco de Paula Drake y Fernández-Durán, II Marqués de Cañada – Honda, de cuya unión nacerían ocho hijos: María de la Asunción (19-02-1906), Luisa (31-10-1908), Francisco de Paula (28-10-1909), María de la Fuencisla (09-03-1911), Federico (28-02-1913), Manuel (26-01-1914), Josefa (12-11-1915) y Rafael (09-03-1919), todos en Madrid. El 30 de septiembre de 1913, fallece en Madrid la esposa de Luis, María, víctima de una rápida enfermedad.

Su carrera militar queda resumida en la biografía que se publicó en la Gaceta de Madrid y en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra del 10 de julio de 1918, en cumplimiento de una Real Orden Circular, del día 9, que disponía la publicación de las biografías de cinco generales de brigada: Wenceslao Bellod y Palao, César Aguado y Guerra, Manuel Fernández y Silvestre, Dámaso Berenguer y Fusté y Luis de Santiago y Aguirrevengoa; tras su ascenso a general de división por Real Decreto del día 5 de ese mes.

En realidad, dicha disposición había ascendido en bloque a nueve generales de brigada, los cinco citados más: Manuel Prieto y Valero, Ricardo Burguete y Lana, Francisco Salavera y Salvador y Rafael Peralta y Maroto. Además, en otros dos reales decretos de la misma fecha, publicados al mismo tiempo en ambos periódicos oficiales el 6 de julio, se ascendió al empleo de teniente general a 4 generales de división y al de general de brigada a 22 coroneles de distintas Armas y Cuerpos. Esta avalancha de ascensos fue provocada por la aplicación de la llamada “Ley de Bases de organización del Ejército” firmada unos días antes, el 29 de junio. Por esta razón, se fueron publicando paulatinamente las respectivas biografías de los ascendidos, en lugar de acompañar a las disposiciones en las que se les ascendía, como era habitual hasta entonces.

En el caso de Luis y sus compañeros ascendidos al empleo de general de división, el Real Decreto justificaba así su promoción al empleo superior, la antigüedad asignada y el orden en el escalafón:

“Para cubrir las nueve vacantes de General de división que se asignan al ascenso de las diez y siete producidas por los cuatro ascendidos a Teniente general y los trece a quienes ha correspondido pasar a la situación de primera reserva por virtud de la ley de veintinueve de junio último, y teniendo en consideración los servicios y circunstancias de los Generales de brigada D. Wenceslao Bellod y Palao, D. César Aguado y Guerra, D. Manuel Fernández y Silvestre, D. Dámaso Berenguer y Fusté, D. Luis de Santiago y Aguiruvengoa, D. Manuel Prieto y Valero, D. Ricardo Burguete y Lana, D. Francisco Salavera y Salvador y D. Rafael Peralta y Maroto, = Vengo en promoverles, a propuesta del Ministro de la Guerra y de acuerdo con el Consejo de Ministros, al empleo de General de división, con la antigüedad de la fecha de la promulgación de la expresada ley; debiendo ocupar en su nueva escala el puesto que les corresponda por el orden en que se han mencionado.”

Refrendaba estas disposiciones, firmadas por el rey Alfonso XIII, el teniente general José Marina Vega, como ministro de la Guerra del gobierno presidido por Antonio Maura. Poco podía imaginar el vencedor de la campaña de Melilla de 1909 y responsable de la instauración del Protectorado de España en Marruecos que pocos meses después daría el relevo a uno de esos generales cuyo ascenso él había firmado. En efecto, el 9 de noviembre de ese mismo año era nombrado responsable de aquella cartera Dámaso Berenguer, después de haber cesado Maura al frente del gobierno y ser elevado Manuel García Prieto, marqués de Alhucemas, a la presidencia del Consejo de Ministros.

 

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