Torre de El Cantal o de los Cantales

 

Esta torre atalaya se eleva entre el término municipal malagueño de la Cala del Moral y el del Rincón de la Victoria, sobre un acantilado, o plataforma rocosa, a unos 30 metros sobre el mar. Desde una situación estratégica privilegiada, la torre vigía controla una amplia línea costera, así como las ensenadas en las que podían fondear las naves corsarias o enemigas, dispuesta a transmitir la alarma ante la presencia de enemigos en el horizonte marino. Las playas malagueñas eran las más vulnerables para los ataques de los corsarios berberiscos y turcos, sobre todo en el reinado del emperador Carlos V y en el de su hijo, Felipe II.

Según Gil Albarracín, recién tomada la ciudad de Málaga por los Reyes Católicos, estos pusieron un especial empeño en solucionar la inseguridad de sus costas. Isabel y Fernando enviaron a diversos visitadores, como Juan del Castillo, Pedro de Vera y Diego de Soto, a reconocer las estancias de la costa, bajo la supervisión del Bachiller Juan Alonso Serrano. En el año 1490, el cabildo de Málaga añade a la propuesta presentada por Fernando de Uncibay, encargado de distribuir las guardas en la costa malagueña, dos peones en el Cantal. No será hasta 1571 cuando Antonio y Luis Vargas Machuca visitan la estancia de la Punta del Cantal y aconsejan construir una torre en este paraje para poder otear las calas del Moral y del Rincón de la Victoria, junto con las demás torres que se debían construir a poniente, en la punta de la cueva de las Palomas, y a levante, en la Punta de Benagalbón. A mediados del siglo XVIII la torre del Cantal precisaba diversas intervenciones para reparar la sobrebóveda, la puerta, la ventana y la azotea, reformar el lugar común, así como pequeñas reparaciones. Su dotación variaba entre dos y tres guardas que disponían de seis fanegas de tierra de secano para su cultivo.

Torre vigía del Cantal. En la parte superior izquierda: vista hacia el este –levante-; en la parte superior derecha: vista hacia el oeste –poniente. En la segunda fila: tomas desde diferentes lados y emplazamiento de la torre sobre el acantilado

Sobre la base de planta circular, se levanta la torre de forma troncocónica, con una circunferencia de 23 metros de diámetro y un alzado de 8 metros. La construcción presenta una base de mampostería, con un vano de acceso, protegido por un matacán, al que se accede por una escala, con una estancia abovedada con chimenea, así como una escalera para subir a la terraza, siguiendo el modelo fijo que los maestros, al mando de las obras, debían seguir. En el siglo XVII no se contemplan modificaciones importantes en la estructura de estas torres, si bien se inspeccionan con regularidad y se reparan para conservar su efectividad.

Juan Temboury confirma que los piratas no desperdiciaban el tiempo en asaltar estas torres atalayas, pues el retén era de tres hombres y, por lo tanto, el botín era mínimo. Los vigías se defendían de los atacantes que intentaban acceder a la puerta de entrada, lanzando desde la terraza piedras de gran tamaño, tizones e incluso otro tipo de proyectiles a través de los huecos que se encontraban entre las ménsulas. La dotación de cada torre atalaya se componía de tres hombres, denominados guardas o escuchas; mientras uno de ellos permanecía en constante vigilancia, los otros dos peones -o atajadores- se desplazaban diariamente a las torres inmediatas -a oriente y occidente- estableciendo contacto con la guarnición de éstas. Y, en caso de que divisasen alguna embarcación enemiga, reclutaban gente para apresar por sorpresa a los que pretendían acceder a las playas.

La mayoría de las atalayas estuvieron en uso hasta el siglo XIX. Actualmente la torre del Cantal se encuentra rodeada de casas y en 1993 fue declarada Bien de Interés Cultural.

 

Marion Reder Gadow
Catedrática de Historia Moderna de la Universidad de Málaga (UMA) y miembro del Grupo de Investigación HUM333 “Crisol Malaguide

Bibliografía:
Gil Albarracín, Antonio. Documentos sobre la defensa de la costa del Reino de Granada (1497-1897), Griselda Bonet Girabet, Almería-Barcelona, 2004, pp. 230-232.

Reportaje fotográfico de la torre: Mª Ángeles Jiménez, miembro de la SEMA

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epistemai.es – Revista digital de la Sociedad Erasmiana de Málaga – ISSN: 2697-2468
Reder Gadow M. Torre de El Cantal o de los Cantales. epistemai.es [revista en Internet] 2022 febrero (16). Disponible en: http://epistemai.es/archivos/4654

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