Un trío de héroes y un lugar de Marruecos: Igueriben

 

Mapa de la región donde se desarrollaron los combates. En el círculo el Alto Comisario de España en Marruecos, general Berenguer (‘Nuevo Mundo’).

1921 quedó en la memoria de muchos españoles como el año del desastre de Annual, un hecho del que, en julio de 2021, conmemoramos su centenario. Este episodio militar significó la práctica desaparición de la conocida, entonces, como comandancia general de Melilla que quedó reducida a la ciudad de ese nombre. Además, a la pérdida de cientos de posiciones diseminadas por el territorio ocupado, hasta entonces, en la parte oriental del Protectorado español de Marruecos, se sumó la muerte de miles de soldados españoles.

En ese panorama desolador brillaron con luz propia muchos hombres que supieron cumplir con su deber; a algunos de ellos, muy pocos, se les reconoció años más tarde su actuación con la más alta condecoración, en España, en tiempo de guerra: la Cruz Laureada de San Fernando. De la importancia de esta recompensa da idea el número de los premiados con ella por acciones realizadas en el año 1921: 18. Aún se reduce más la lista si consideramos solamente los hechos relacionados con Annual y Melilla: 15. A ellos se suma una laureada colectiva concedida al Regimiento de Caballería Alcántara.

La tragedia de Monte-Arruit que recogieron los fotógrafos de guerra (‘La Esfera’)

Tres de estos héroes tienen un punto en común: Igueriben. Una de las posiciones más avanzadas que el general Fernández Silvestre había establecido en su intención de alcanzar la bahía de Alhucemas. Su defensa, entre el 17 y el 21 de julio, sería reconocida tiempo después como ejemplar y heroica y su caída en manos de los rifeños en esta última fecha fue el preludio de la de Annual, al día siguiente, la pérdida sucesiva del resto de las posiciones y una desastrosa retirada que tuvo su punto culminante en Monte Arruit.

Igueriben es el único lugar donde se consiguen tres laureadas, en 1921. Dos de los tres héroes están hoy presentes en Málaga, compartiendo un monumento en el Parque; se trata de Julio Benítez y Benítez, nacido en el pueblo malagueño de El Burgo, y Federico de la Paz Orduña. El tercero es Joaquín Cebollino von Lindeman. Como homenaje a ellos reseñamos las respectivas órdenes de concesión de la cruz laureada. Curiosamente, la acción que primero tiene lugar es la protagonizada por Joaquín Cebollino, el 17 de julio; a partir de esa fecha comienza el asedio a la posición en cuya defensa destacaron su jefe, Julio Benítez, y Federico de la Paz hasta el citado 21 de julio. Sin embargo, el orden de concesión será inverso y la primera laureada concedida es la de Benítez, en enero de 1925, tres meses más tarde se publica la De la Paz, marzo del mismo año, y ya en 1927 la de Cebollino. Por este orden reflejamos los textos respectivos.

 

Julio Benítez y Benítez

Orden de concesión de la Cruz Laureada de San Fernando publicada en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra nº 3, del domingo 4 de enero de 1925. Las órdenes de esta fecha no aparecen firmadas en el periódico oficial, aunque las de fecha del 2 que se publican en el mismo número los están por “El general encargado del despacho Duque de Tetuán”.

El comandante Julio Benítez y Benítez

Visto el expediente de juicio contradictorio instruido en Melilla para depurar si el comandante de Infantería (fallecido) D. Julio Benítez y Benítez se hizo acreedor a ingresar en la Real y Militar Orden de San Fernando, por sus méritos en la defensa de la posición de Igueriben, desde el 17 al 21 de julio de 1921, en que se le ordenó por el Comandante general del territorio el abandono de aquella posición:

Resultando que durante los días de la defensa el comandante Benítez, jefe de la guarnición, no dejó un momento de alentar a aquélla, recorriendo los distintos frentes del recinto, elevando el espíritu de su tropa y dándole tan alto ejemplo de virtudes militares, que todos los declarantes reconocen que él era el alma de la defensa, siendo su figura, al decir del único oficial superviviente, admirada, por su bizarría, de todos los defensores, que desde el primer momento depositaron fe ciega en su jefe.

Resultando asimismo que los ataques del enemigo a la posición de Igueriben, no sufrieron ya interrupción un solo momento, y que, además; desde el día 18 fue hostilizada, con dos piezas de artillería, que produjeron bajas en las tropas; que el día 19 se intentó llevar un convoy, sin llegar a conseguirse por la superioridad numérica del enemigo, no obstante haber intervenido casi todas las fuerzas disponibles de la circunscripción de Annual.

Monumento al comandante Benítez en la ciudad de Málaga

Resultando también que en dicho día 19 la guarnición de Igueriben había sufrido ya 40 bajas, producidas por el fuego enemigo, que entre los defensores había bastantes enfermos de síncope por falta de agua, y principalmente por tener que sufrir los efectos de un sol abrasador, ya que toda la guarnición se hallaba en el parapeto para rechazar los continuos ataques del enemigo; que a pesar de que las penalidades producidas por la sed y los efectos del sol fueron en aumento, la guarnición supo soportarla con gran disciplina por la confianza que la infundió su jefe; que agotados todos los recursos de la defensa y ordenado por el Comandante general que se evacuara la posición de Igueriben, previa la destrucción de cuanto pudiera aprovechar al enemigo, dicha evacuación se llevó a cabo ordenadamente por grupos mandados por oficiales, y que el comandante Benítez la abandonó con el último grupo, siendo muerto entre la alambrada y el parapeto, así como la mayor parte de los que lucharon tan bravamente contra el numeroso enemigo que los envolvía, que de la guarnición, que se elevaba a 300 hombres, únicamente se salvaron un oficial y cuatro soldados que cayeron prisioneros y otros varios, hasta el número de 11, que lograron llegar a Annual, falleciendo de agotamiento físico algunos de ellos en esta última posición, por resolución fecha 31 de diciembre próximo pasado, de acuerdo con lo informado por el Consejo Supremo de Guerra y Marina, se concede al comandante de Infantería, fallecido, D. Julio Benítez y Benítez, la cruz laureada de San Fernando por la heroica defensa de la posición de Igueriben, de la que era jefe, y en la que dio tales ejemplos de valor, entusiasmo y tan alto puso el honor de las armas, que rememora hazañas notables de otros tiempos, y por considerar el caso comprendido en el espíritu del artículo 49, caso segundo, del vigente Reglamento de dicha Orden. 3 de enero de 1925.

 

Federico de la Paz Orduña

Orden de concesión de la Cruz Laureada de San Fernando publicada en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra nº 53, de 14 de marzo de 1925. Firmada por el general encargado del despacho Duque de Tetuán,

Visto el expediente de juicio contradictorio instruido en la Comandancia general de Melilla para depurar si el que fue capitán de Artillería D. Federico de la Paz Orduña se hizo acreedor a ingresar en la Real y Militar Orden de San Fernando por los méritos que contrajo en la defensa de la posición de Igueriben (Melilla).

Lado sur del monumento al comandante Benítez con la estatua yacente del capitán Federico de la Paz.

Resultando que dicho capitán, perteneciendo al regimiento mixto de Artillería de Melilla; y al mando de una batería ligera, tomó parte activa en la defensa de Igueriben, en unión de dos compañías del regimiento de Infantería Ceriñola número 42, y de algunos otros núcleos; en total unos 300 hombres, que guarnecían aquella posición, que durante todo el asedio, por su valor sereno y elevado espíritu militar, mantuvo a gran altura el honor de las armas y sostuvo el fuego de su batería con decisión y acierto para tener a raya al enemigo y causarle numerosas bajas; que escaseando las municiones casi desde el principio de su defensa, y ya sin esperanza de reponerlas, por hallarse la posición aislada del resto del Ejército y haber fracasado cuantos intentos se habían hecho para lograrlo, cuidó también de economizarlas desde aquel momento con notable previsión, sin dejar por ello de hacer fuego cuando era absolutamente indispensable, que al intentar el enemigo el asalto y llegar hasta la boca de las piezas, debido a aquella previsión pudo hacer vomitar a éstas; que se hallaban sin apoyo por tropas de sostén, la metralla reservada para tan críticos momentos, rechazando el asalto y alejando a los atacantes lo suficiente para permitir a la guarnición recoger cuanto armamento y material pudo transportarse y para inutilizar el resto.

Resultando asimismo que secundó con el mayor valor, entusiasmo y eficacia las órdenes del jefe de la posición, y que situándose siempre en los sitios de mayor peligro; consiguió con su bizarro ejemplo elevar el espíritu de los defensores e infundirle confianza en la victoria, teniendo, por fin, en cuenta que al evacuarse Igueriben por orden superior, el capitán De la Paz fue de los últimos en hacerlo, a fin de inutilizar los cañones y sus cierres, que salió de la posición al mando de la retaguardia y continuó en su puesto; defendiéndose valerosamente, pistola en mano, hasta llegar al cuerpo a cuerpo y caer muerto cuando ya no tenía ningún soldado a su alrededor, en su vista, de conformidad con lo informado por el Consejo Supremo de Guerra y Marina, como Asamblea de la Orden, y por resolución fecha 11 del corriente mes: se otorga al capitán de Artillería D. Federico de la Paz Orduña, la cruz laureada de San Fernando, por considerar los hechos que ha realizado comprendidos en el caso sexto del artículo 56 y en el undécimo del 51 del vigente Reglamento de dicha Orden. 13 de marzo de 1925.

 

Joaquín Cebollino von Lindeman

Orden de concesión de la Cruz Laureada de San Fernando publicada en el Diario oficial del Ministerio de la Guerra nº 168, de 2 de agosto de 1927. Firmada por el Duque de Tetuán.

Visto el expediente de juicio contradictorio instruido en la Comandancia general de Melilla, para depurar si el capitán de Caballería, hoy comandante, D. Joaquín Cebollino von Lindeman, se hizo acreedor a ingresar en la Real y Militar Orden de San Fernando, por los méritos que haya podido contraer el día 17 de julio de 1921, perteneciendo al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla número 2, al introducir un convoy de cincuenta y seis cargas en la posición de Igueriben, posición sitiada por un enemigo que no bajaría de 1.500 hombres:

Vista aérea de la posición de Monte Arruit (‘Mundo gráfico’)

Resultando que el citado día se organizó un convoy para socorrer la mencionada posición, y que la fuerza protectora de aquél tuvo que sostener empeñado combate con el enemigo para conseguir el avance del convoy; que de dicha fuerza formaba parte el mencionado capitán; que éste se destacó con su escuadrón, compuesto de sesenta plazas, para escoltar el convoy en los últimos tres kilómetros que tenía que recorrer para arribar a la posición; y que a pesar de que el enemigo trataba de impedirlo, a toda costa consiguió llegar a ella el capitán Cebollino tras empeñada lucha, siendo el primero en verificarlo, abrir, ayudado de algunos soldados, la puerta de la alambrada y quitar los sacos terreros que obstruían la entrada para el paso de las cargas.

Resultando, asimismo, que realizado tal cometido, y después de dejar en Igueriben las acémilas y sus conductores, regresó el interesado con su escuadrón a incorporarse al grueso de la fuerza protectora del convoy, y que para efectuarlo tuvo que romper nuevamente el cerco del enemigo; que recogió todas las bajas habidas en el combate (cinco muertos, nueve heridos y dos contusos), y que con la fuerza a sus órdenes se incorporó al grueso de la columna para seguir a Annual, el Rey (q. D. g.), de acuerdo con lo informado por el Consejo Supremo de Guerra y Marina, y por resolución fecha 30 del mes próximo pasado, ha tenido a bien conceder al capitán de caballería D. Joaquín Cebollino von Lindeman, la cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando, por su heroico comportamiento el día 17 de julio de 1921, al introducir un convoy en la posición de Igueriben (Melilla), y por considerar que los hechos que ese día realizó el interesado, se hallan comprendidos en el caso cuarto del artículo 42  del vigente reglamento de la Real y Militar Orden antes mencionada.

De real orden lo digo a V. E. para su conocimiento y demás efectos. Dios guarde a V. E. muchos años. Madrid 1 de agosto de 1927.

 

 

Pedro Luis Pérez Frías
Doctor en Historia y miembro del Grupo de Investigación HUM333 “Crisol Malaguide”
Universidad de Málaga

 

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epistemai.es – Revista digital de la Sociedad Erasmiana de Málaga – ISSN: 2697-2468.
Pérez Frías, PL. Un trío de héroes y un lugar de Marruecos: Igueriben. epistemai.es [revista en Internet] 2021 junio (14). Disponible en: http://epistemai.es/archivos/4076

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