Málaga y Millán-Astray, un siglo de relaciones con la Legión (Volver a página anterior)

 

Dibujo del teniente coronel Millán Astray (‘Nuevo Mundo’)

Durante ese tiempo Málaga había tenido tiempo de conocer a la Legión, a los legionarios y a su jefe gracias a la prensa. Especialmente a partir de su decisiva intervención en Melilla a partir de julio de 1921.

Millán-Astray pasó por la capital malagueña, en agosto de ese año, tanto a su ida a Madrid, como a su regreso de la Corte para incorporarse a Melilla. Su estancia dio ocasión a una breve entrevista en la estación de ferrocarril malagueña, realizada por Juan Cortés el día 11 y publicada en La Unión Mercantil al día siguiente; y a un banquete en los Baños del Carmen, celebrado en su honor la noche del 15. Tanto la entrevista como la reseña del banquete, publicado en el mismo periódico el día 17, permiten constatar las relaciones que por aquel entonces ya tenía el jefe de la Legión con la sociedad malagueña.

Así, fueron a despedirle a la estación “amigos” como Diego Durán y su hijo Francisco, Amaro Duarte, Fernando Jiménez Tello y Manuel Romero Raggio. Mucho más numerosa fue la asistencia a lo que el periódico denominaba “banquete íntimo”, entre los que la reseña destacaba:

El gobernador militar, señor Montero; el diputado a Cortes por Ronda, don José Estrada y Estrada; el senador del Reino, don José Sabater; el conde de las Navas del Tajo; el marqués de Valdecañas; don Fernando Mora; don Luis Valcarcer; don Eduardo Bayo; don Fernando Jiménez; don José Carlos Luna; don Pedro Briales; don Fernando Guerrero Eguilaz; don Salvador Hinojosa; don Francisco Cames; don Enrique Petersen; don Gonzalo Bentabol; don Amaro Duarte; don Luis Briales; el capitán de Farnesio, señor Gavilán; y el capitán del vapor “Vicente la Roda”, señor Regalado.

 

Legionarios saliendo de Melilla para intervenir en operaciones (‘Mundo Gráfico’)

Al terminar el banquete el diputado Estrada dedicó algunas palabras a los asistentes elogiando a los legionarios y a su jefe, a los cuales había tenido ocasión de ver algunos días antes en la carretera de Melilla a Monte Arruit, cerca de la “segunda caseta”, cuando: “el polvo del camino envolvía en densa nube, a una falange guerrera, que al aproximarse vimos ser de los tercios legionarios”. Respecto a los primeros, de los “soldados legionarios”, dijo que eran: “bohemios de la guerra, ninguno parecido al otro, ni en el rostro ni en el traje; pero todos llevando dentro de sí una cosa idéntica, gemela, el corazón de futuros héroes”. En cuanto al jefe de la Legión, destacó José Estrada sus cualidades militares:

Al comienzo de toda guerra, suele siempre dibujarse una figura, que por sus iniciativas y valor, llega a los linderos del heroísmo, y en esta campaña a que la deslealtad mora nos ha llevado, refulge con tales caracteres, la del Teniente coronel de los Tercios, señor Millán Terreros; y no es que yo crea que en valor supera a todos nuestros militares, sino que a esta condición ya estimable, y en alto grado por él poseída, una la de ser un artista; de ese arte supremo que por el camino escabroso de la guerra nos lleve a la victoria.

 

Caricatura de Millán Astray (‘Nuevo Mundo’)

El propio Millán, al contestar a las palabras del primer orador, se encargó de resaltar su agradecimiento a la ciudad y a sus habitantes:

Málaga, la bella y simpática Málaga, viene teniendo rasgos con las tropas, que por ella embarcan, que la enaltecen más, si es posible, en esa aureola de pueblo hospitalario y noble, a que por otros actos se hizo acreedora. En nombre de todo el Ejército, para ella yo consigno mi gratitud; para vosotros los que me ofrecéis este agasajo, mi reconocimiento también, y afecto eterno.

 

Dos días después, el día 19, el semanario Nuevo Mundo (Madrid), dirigido por el malagueño Francisco Verdugo Landi, publicaba a doble página una entrevista al jefe del Tercio bajo un premonitorio título: ‘Soldados de España: Millán Astray manda a los novios de la muerte’. En ella, a preguntas del “Capitán Fantasía”, el jefe del Tercio señalaba que la primera idea de crear la unidad la tuvo cuando era capitán:

Siendo yo capitán, y ministro de la Guerra el general Luque, pensé por primera vez en formar un Tercio de voluntarios para Marruecos. Me inspiró esta idea el estudio de la guerra carlista. Durante ella, en 1830 (sic), vino a España una Legión francesa de cinco mil hombres. Se batieron como leones; hasta que los carlistas organizaron otra Legión, y en campos de Barbastro se encontraron las dos banderas. El choque fué horroroso. Las dos partes lucharon hasta lo insuperable y ni uno solo de los cinco mil legionarios franceses se libró de la batalla. Era gente que no sabía lo que era rendirse sino dando la vida…

 

Un grupo de jefes y legionarios junto a hermanos de la Cofradía de Mena en el puerto en 1931 (‘La Unión Mercantil’)

Aunque es difícil concretar cuando surge esa idea, es probable que el desempeño de José Millán como profesor de Historia Militar en la Academia de Infantería, en Toledo, durante el curso 1911-1912, época en la que Agustín Luque y Coca ocupaba la cartera de Guerra, fuese el que propiciase el pensamiento. Una segunda posibilidad es su incorporación a Marruecos, tras dejar el citado centro, en donde tuvo oportunidad de conocer las tropas indígenas y prestar servicio de campaña hasta su ascenso a comandante en julio de 1914. Pero en este caso, la coincidencia con el ministro Luque se limita hasta el cese de éste el 27 de octubre de 1913. Es decir, es muy probable que la concepción inicial de un tercio de voluntarios tenga lugar entre septiembre de 1911 y octubre de 1913.

Sobre el proceso inmediato de creación de la Legión, Millán-Astray da en esa misma entrevista una versión muy interesante sobre el papel que tuvieron en él los distintos ministros de la Guerra:

El primero que me alentó fue el general Berenguer. El general Tovar me concedió ir a Argelia a estudiar la Legión francesa. Cuando volví, y ya estaba a punto de lograr mi intento, el general Villalba, entonces ministro de la Guerra, se molestó personalmente conmigo, y la Legión quedó en proyecto. Luego vino el vizconde de Eza, me oyó una conferencia sobre el tema en el Círculo Militar, y, al felicitarme, me dijo sencillamente: «Yo le haré a usted la Legión.» Y la Legión se hizo, a pesar de las dificultades que puso el Negociado de Asuntos de Marruecos, cuyos jefes —ninguno de los cuales ha estado en África— se oponían tenazmente a que el Tercio se organizara…

 

Millán Astray saliendo de Palacio tras conferenciar con el Rey en 1921 (‘La Semana Gráfica’)

A finales de agosto de ese año el Ayuntamiento de Málaga acordó mandar un telegrama a Millán-Astray agradeciéndole las palabras dedicadas a la ciudad, pero no en el banquete citado sino en un acto que había tenido lugar en Melilla. En efecto en el acta de la sesión de cabildo del día 26 de ese mes se anotaba:

A propuesta del Sr. León Donaire, se acordó dirigir un expresivo telegrama al Sr. Millán de los Terreros (sic), Teniente Coronel Jefe de la Legión Extranjera, significándole el reconocimiento de la Corporación por las frases que ha dedicado a Málaga, con motivo de un acto celebrado en Melilla.

Pocos días después, el 3 de septiembre, el alcalde de Málaga (Francisco García Almendro) tomó parte en una reunión del Comité ejecutivo del Auxilio al Soldado combatiente en África en aquella provincia, en la que estuvieron presentes el gobernador civil Eusebio Salas y los diputados Luis Encina Candebat, Francisco López López y Ricardo Albert Pomata, entre otros asistentes. En ella, García Almendro dio cuenta de una carta remitida por el teniente coronel Millán Terreros al propio alcalde en la que, según La Unión Mercantil, le pedía: “trasmita al Excelentísimo Ayuntamiento y al pueblo de Málaga, la inmensa gratitud de los legionarios” y añadía después: “que como prueba de su reconocimiento por las frases que el Alcalde en nombre de Málaga hubo de dirigir a la Legión Extranjera, ésta sabrá corresponder a los anhelos de Málaga”. Terminó García Almendro destacando que “el distinguido militar” tenía frases de “gran cariño y admiración” hacia la ciudad.

Legionarios descansando (‘Mundo Gráfico’)

En los días siguientes La Unión Mercantil no deja de publicar noticias relacionadas con la guerra en Marruecos y con la Legión, gracias a su enviado especial en Melilla, Trinitario Frías Frita, que desde finales de julio venía mandando sus crónicas, insertadas bajo el epígrafe “La acción de España en Marruecos”. Por esta labor sería recompensado, en 1924, con la Cruz al Mérito Militar con distintivo blanco. A ella se unió durante unos días el citado Juan Cortés que viajó a la plaza norteafricana acompañando a una comisión malagueña que permaneció allí entre el 5 y el 7 de septiembre.

Será este último el que relate una visita al campamento de la Legión, acompañando al resto de la comisión malagueña, y dé noticias de algunos malagueños alistados en el Tercio, como Fernando Contreras, del que dice:

Llega hasta nosotros un legionario que nos llama por nuestros nombres y nos abraza cariñosamente.

    Es Fernando Contreras, el conocido malagueño, que hace poco fue obsequiado por sus amigos con un banquete de despedida el día antes

de marchar a inscribirse en el Tercio. Se halla desconocido, luce una barba de dos semanas lo menos y en el pecho tiene como una cicatriz.

                                              -¿Qué es eso?, le pregunto, ¿Estás herido?

                                              -No, es el cambio del pellejo, me contesta. El sol africano se come el que traemos.

                                              -¿Y estás satisfecho de tu decisión?

                                             -Cada día más. Aquí se ven cosas curiosísimas. Y los jefes nos tratan como a hijos. Las reprensiones, más que esto, son

                                                   consejos de padres, de hermanos mayores.

                                            -¿Has tomado ya parte en alguna acción?

                                            -¡Bah! Unos tiritos sin importancia. He tenido la desgracia de que se me pongan los pies malos…

                                            -Pero a pesar de eso, dice otro legionario interviniendo, la otra noche estuvo en la defensa del blokaus.

                                            -Cuando vimos los enfermos salir a los legionarios, decidimos ir también con ellos, contesta Fernando modestamente.

 

Banda de la Legión

En esa visita, el alcalde García Almendro pidió, en nombre de Málaga, el perdón para los arrestados por faltas leves; pero el responsable del campamento en esos momentos por ausencia de Millán-Astray, el comandante Carlos Rodríguez Fontanés, le respondió así: “yo lo haría con mucho gusto, pero en la Legión las faltas leves no se castigan”.

El día 9 de septiembre informaba el alcalde a los concejales asistentes a la sesión de cabildo sobre el citado viaje, indicando que habían sido objeto de toda clase de atenciones por lo que propuso que se diesen las gracias al Alto Comisario de España en Marruecos, al comandante General de Melilla y al Gobernador Militar de aquella plaza, así como al Vicario Eclesiástico, al notario Roberto Cano y al representante en Málaga de la Compañía Transmediterránea; y, además, que la ciudad felicitase al batallón del regimiento Borbón nº 17 destacado allí, por medio de un mensaje dirigido a su teniente coronel jefe. Todo lo cual fue aprobado por unanimidad.

Al día siguiente, La Unión Mercantil publicó una carta de “un legionario malagueño” firmada por Matías Ortega Ruiz. En ella, entre otras cosas decía:

¡Siempre avanzar para luchar y morir! Soy legionario, que jamás me gustó otra cosa en la vida, que combatir y defender a mi Patria. Por esa hermosa Bandera, que ahora se ha visto ultrajada, daré mi vida, puesto que nací para ser militar y como tal he de morir en el cumplimiento de mi más sagrado deber. ¡Viva España victoriosa y vivan los españoles! ¡Viva el Ejército español y todos sus defensores! ¡Mueran los que antes que morir como héroes se desertan de las filas…! Todo militar, para el combate y cuando no haya corazón para combatir, que nunca vistan el honroso uniforme.

 

El teniente coronel Millán Astray, herido, con la duquesa de la Victoria y el doctor Herranz en el hospital de la Cruz Roja de Melilla (‘Mundo gráfico’)

Ocho días más tarde, el 17 de septiembre, caía herido Millán-Astray cuando al frente de dos de sus banderas (la 1ª y la 2ª) participaba en la toma del poblado de Nador. Su hoja de servicios recoge así la acción:

El 17 y al mando de sus Banderas y formando la extrema vanguardia de la columna de vanguardia del General Sanjurjo para el asalto a las Tetas de Nador y cuando en la segunda fase del combate dirigía personalmente el asalto, fue herido gravemente en el pecho.

 

Evacuado al hospital de la Cruz Roja de Melilla, fue atendido y operado para extraerle la bala; allí permaneció hasta el día 27 de ese mes, fecha en la que embarcó en el vapor Vicente la Roda para viajar a Málaga. Su herida suscitó la atención de la prensa, que en los días siguientes publicó diversas fotografías del jefe de la Legión en el hospital de Melilla, la mayoría de ellas con la duquesa de la Victoria, que prestaba servicio como enfermera en aquel centro, así como con el periodista y escritor Carlos Micó, también legionario, que había sido herido en la misma jornada. Así, La Unión Mercantil publicaba el día 21 un suelto, titulado “El estado de Millán Astray”, en el que decía:

El bizarro teniente coronel del Tercio Sr. Millán Astray, sigue mejorando de la herida sufrida en la toma de Nador.

Los médicos confían en su pronta curación, asegurando que antes del término de las operaciones iniciadas, volverá el Sr. Millán a ponerse al frente de los valientes legionarios.

Se ha procedido a la extracción de la bala.

 

Al día siguiente el mismo periódico ampliaba la noticia con otro suelto: “Millán Astray operado” en el que se decía: “Ayer tarde fue operado con gran acierto por el doctor Pagés, el teniente coronel del Tercio de Extranjeros señor Millán Astray”; y añadía: “Según nuestros informes, la herida no tiene la importancia que se creyó en un principio”.

La repercusión de la herida fue más allá del eco en la prensa, ya que el Alfonso XIII al tener conocimiento de ello envió un telegrama al herido, que queda recogido en su hoja de servicios así:

El Rey al Teniente Coronel Millán Terreros. Enhorabuena gloriosa herida al frente Tercio. Te deseo rápido restablecimiento y envío fuerte abrazo =

Alfonso = Rey.

 

Además, al siguiente día de haber sido herido, el Rey le nombró Gentilhombre de Cámara con ejercicio, como muestra de su “real aprecio”.

 

Sigue


Marcar como favorito enlace permanente.

Comentarios cerrados.