Málaga y Millán-Astray, un siglo de relaciones con la Legión (Volver a página anterior)
Millán-Astray permanecería en Málaga hasta el día 4 de octubre, junto con su esposa, alojado en la casa de los marqueses de Urquijo. La herida afectó a los nervios del brazo izquierdo, por lo que la recuperación fue más lenta de lo esperado. Mientras está en la capital malagueña, el jefe del Tercio visita a los heridos en los hospitales y concede entrevistas, como la ya citada, publicada en El Debate y en La Unión Mercantil, el 7 y el 10 de octubre respectivamente, y realizada por Ángel Pérez Lugin. Para entonces Millán-Astray y su esposa ya estaban en Madrid, a donde habían llegado en la mañana del día 5 de octubre; iban acompañados de varios legionarios heridos, como Carlos Micó y “el cabo Sáenz”.
Según La Unión Mercantil del día 6 de octubre, el teniente coronel había necesitado de varias inyecciones de morfina para mitigar los agudos dolores que sufría en el brazo izquierdo; a pesar de lo cual, y en contra de la prohibición por parte del médico de recibir visitas, fue visitado en su domicilio por varios oficiales del Tercio que se encontraban en Madrid recuperándose de las heridas que habían sufrido.
La entrevista de Pérez Lugin tuvo lugar en el palacete de “los señores de Alexandre”, en la Caleta de Málaga, en los primeros días de octubre. De ella destaca el deseo del fundador de que se llame a la unidad Legión, y no Tercio, según deja de manifiesto en un párrafo encabezado con el título “LEGIÓN’, ‘LEGIÓN’, ¡QUE NO VAMOS A FLANDES!”, en el que como introducción a las palabras del entrevistado se afirma: “a Millán Astray le enfada que se llame Tercio a la Legión” y que sigue así:
-Señor, si no vamos a Flandes, ni a Italia, ni usamos pica, ni valona, ni tenemos de Tercio nada. Es una Legión extranjera, al modo de su modelo la Legión extranjera francesa, en la cual conviví, me aleccioné y estudié.
A la observación del periodista de que: “El nombre no hace a la cosa”, responde:
-¡Caramba! ¿Pero por qué el padre no ha de poder dar al hijo nombre a su gusto? Si yo tuviera influencia, si mi ruego valiera algo con la gente, yo pediría, suplicaría a todos que nos llamasen como queremos llamarnos. Somos legión, legión, no tercio; legionarios. Peleamos, creemos y nos entierran gritando: “¡Viva la Legión!”
Ante lo que Ángel Pérez pregunta: “¿La Legión Española?”
-¡Esa es otra! ¡La Legión extranjera! ¿Por qué desnaturalizar las cosas y empeñarse en violentarlas? ¿Por qué desdeñar a los extranjeros, que en tan gran número vienen a ella y tan admirablemente se portan? Se baten como se bata el más valiente. Y son los que más se distinguen. Los buenos son los mejores… y los malos los peores.
En la larga entrevista, Millán-Astray no deja de alabar y recordar la actuación en la guerra de otras unidades de Infantería y de otras Armas y Cuerpos, Caballería, Artillería, Ingenieros, Intendencia y Sanidad Militar. Así decía:
La Legión es tropa de vanguardia, de primera línea, como los Regulares; pero esto no quiere decir que los demás Cuerpos no combatan en primera línea tan valerosamente como el que más. A mí me ha producido enorme extrañeza no ver citados en los relatos de la guerra a tantos y tantos batallones que se han comportado heroicamente. Y quiero hablar de los que han peleado cerca de la Legión, dándome el placer de admirar su valor grande y su gran compañerismo.
Respecto al credo legionario, señalaba:
La Legión tiene sus mandamientos, su código, ya conocido por las divulgaciones periodísticas.
Y sus vivas, que son tres:
Viva España.
Viva el Rey, y
Viva la Legión.
Con ellos va al combate, con ellos pelea y con ellos muere el legionario.
¡El credo de la Legión!: España, el Rey, la disciplina y el orden.
Después de esta entrevista, la relación con Málaga se va estrechando. El 24 de febrero de 1922 llega a la ciudad la banda de música del Tercio, enviada por Millán-Astray para dar varios conciertos. En octubre de ese año, el día 20, el jefe de los legionarios se encuentra en Málaga de paso para Melilla y es cumplimentado por una comisión de concejales. Un mes después, el 13 de noviembre, Millán-Astray deja el mando de la Legión como muestra de desacuerdo con la actuación de las Juntas de Defensa, de las que exige su disolución; el ayuntamiento de Málaga le muestra su apoyo en un acuerdo del 17 de ese mes.
El año 1930 volverá a esa ciudad, para asistir a la primera salida de la Legión con la cofradía del Cristo de la Buena Muerte. Entonces se sella de forma definitiva la unión de Málaga y la Legión.
Pedro Luis Pérez Frías
Doctor en Historia y miembro del Grupo de Investigación HUM333 “Crisol Malaguide”
Universidad de Málaga
Referencia de las imágenes:
a.José Millán Astray (1879-1954). Dominio público. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Millan.jpeg
b.José Villalba y Riquelme en 1920. Attribution: Nicomedes2009, CC BY-SA 4.0 <https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0>, via Wikimedia Commons. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Jos%C3%A9_Villalba_y_Riquelme_en_1920.jpg