Nace en Bilbao el 1 de marzo de 1902, hijo de José de Haya Querejeta y de María Dolores González de Ubieta, casados en Bilbao en 1900. De este matrimonio nacerían once hijos, siendo Carlos el mayor de los varones. Cursa sus primeros estudios en el colegio de los Escolapios de Bilbao, donde también estudiará profesor mercantil.
Ingresa en la Academia de Intendencia de Ávila el 11 de julio de 1918, donde jura bandera el 14 de octubre siguiente. Al terminar sus estudios, el 12 de julio de 1921, asciende al empleo de alférez, con antigüedad del día 7; es el décimo de su promoción compuesta por 16 oficiales. Su primer destino será la 6ª Comandancia de tropas de Intendencia en Burgos. Allí ocupará diferentes destinos hasta febrero de 1924, salvo un breve intervalo de mes y medio en el que entre el 12 de abril y el 27 de mayo de 1922 presta servicio en la compañía expedicionaria que marcha a Marruecos. Su ascenso a teniente, el 21 de agosto de 1923 pero con antigüedad del 7 de julio, no implicó cambio de destino. En febrero de 1924 pasa destinado a la Comandancia de tropas de Intendencia de Melilla, el 14 de marzo hace su presentación en la 5ª compañía de montaña en Tafersit.
Permanece en Marruecos poco más de un año ya que el 30 de marzo de 1925 es nombrado alumno para realizar el curso de piloto. Después de pasar por las Escuelas de vuelo de Albacete y la de Cuatro Vientos, es destinado al Servicio de Aviación, el 23 de octubre de ese año, con un primer periodo de prácticas en Getafe. Ya no dejará la aviación militar.
A principios de 1926 vuelve a Melilla, primero en comisión de servicio al grupo Bristol de África y en agosto destinado a la Escuadra de Marruecos, al Grupo de Melilla. Además, realiza el curso de hidros en la base del Atalayón, entre julio y septiembre. Durante casi dos años vuela en Marruecos, con diversas misiones de guerra. El 18 de enero de 1927 tiene su primer incidente con un avión, mientras vuela en dirección a Larache se ve obligado a realizar un aterrizaje de emergencia en Sidi Amar Muxa, cerca de Afrau, al averiarse su aparato. Del 8 al 11 de mayo participa con su escuadrilla apoyando las operaciones sobre la cabila de Beni Urriagel.
El día 7 de junio, la columna Capaz avanza para ocupar el zoco de el Had de Beni Ber kul. Haya, pilotando el Napier nº 66, vuela en una de las tres escuadrillas que apoyan la operación; al atacar audazmente un núcleo de resistencia es herido en la espalda, a pesar de ello sigue atacando al enemigo hasta ver resuelta la situación y agotar todas las bombas, regresando al aeródromo. Carlos, tras ser evacuado a la Península, pasará dos meses de convalecencia en Bilbao con su familia, tardando 72 días en recuperarse. Una vez reincorporado a Melilla, realiza la vuelta a España a bordo de un De Havilland, junto con Pedro Tauler Pastor, entre el 9 y el 11 de septiembre en siete etapas, parte de la cuales fueron vuelos nocturnos, con una duración de 72 horas y durante la cual tuvieron ocasión de comprobar el funcionamiento del radiogoniómetro y su utilidad para vuelos sin visibilidad. Sus servicios en el Protectorado fueron premiados con la Medalla Militar de Marruecos, con el pasador Melilla, dos cruces de María Cristina y la Medalla de Sufrimientos por la Patria.
Profesor y piloto de pruebas
Al iniciarse 1928 está destinado en el Grupo nº 23, en Getafe, pero en enero es agregado como profesor a la Escuela de Mecánicos. A mediados de ese mes participa en el primer curso de paracaídas que realiza el Servicio de Aviación en el aeródromo de Cuatro Vientos, dirigido por el capitán Méndez Parada. El 5 de mayo se le reconoce el título de Radiotelegrafista Primero. El 12 de julio es autorizado para llevar a cabo un viaje aéreo por Francia, Italia, Grecia, Turquía, Bulgaria, Yugoslavia, Hungría, Austria, Checoslovaquia, Alemania, Dinamarca, Holanda y Bélgica, durante el mes de agosto. Se trata de la vuelta a Europa que realizará pilotando la avioneta Avro-Avión Cirrus de su amigo Álvaro García Ogara, que le acompaña en el viaje y aprende a pilotar durante el mes y medio que tardan en recorrer los más de 9.000 kilómetros volados.
A finales de mayo de 1929 realiza diversos vuelos nocturnos, en los que se prueba un nuevo sistema de alumbrado en los aeródromos, así como un sistema de iluminación mediante bengalas lanzadas desde el avión que eliminaba la necesidad de que el campo estuviese balizado previamente. El 24 de ese mes comienza a correr la voz de que Haya acompañará a Mariano Barberán en un vuelo trasatlántico, para el que se estaba preparando un Breguet XIX “gran raid”. En efecto, en septiembre, el teniente Haya comienza a probar el aparato preparado en Getafe, realizando distintos vuelos a partir del 25 de ese mes. La preparación se realiza también con otros aviones, como la avioneta CASA, construida en Getafe, con la que despega Carlos Haya el 19 de octubre para realizar una vuelta a España en 24 horas. Al día siguiente aterriza en Ocaña, tras haber tomado tierra en León, Barcelona y Los Alcázares y volar 2.500 kilómetros.
Records de aviación
Al iniciarse 1930, Haya está destinado en la Escuadra de Instrucción, dentro de los Grupos en cuadro, pero sigue prestando servicio efectivo como profesor en la Escuela de Mecánicos. Con su amigo Cipriano Rodríguez Díaz bate en octubre de ese año tres records mundiales de velocidad en circuito cerrado. El primero sobre un recorrido de 5.000 kilómetros, establecido en 208,152 km/h, volando un total de 24 horas, 2 minutos y 30 segundos, los día 7 y 8. El segundo, con carga útil de 500 kilos, en un recorrido de 2.000 kilómetros el día 11, dejando establecida la velocidad en 220,428 km/h. El mismo vuelo les permitió batir el record de velocidad en la misma distancia sin carga. Después de estos vuelos realiza el curso de Observador de aeroplano.
En febrero de 1931 la prensa da a conocer la concesión del trofeo nacional otorgado por la Liga internacional de Aviadores a Carlos Haya y Cipriano Rodríguez por los records conseguidos el año anterior. El 25 de septiembre de ese año es nombrado Carlos de Haya profesor de vuelos del curso de Navegantes Aéreos de la Escuela Superior Aerotécnica, a propuesta de la Dirección General de Aeronáutica Civil. Pocos días después, participa en el concurso nacional de turismo aéreo, iniciado el 19 de octubre con la asistencia de 27 avionetas. En esta primera Copa de España, que recorrió todo el territorio en cuatro etapas, y se prolongó hasta el 30 de octubre, Haya ganó la primera y tercera etapas y quedó segundo en las otras dos, a pesar de lo cual obtuvo sólo el segundo puesto absoluto.
Durante las navidades de 1931 realizará el esperado vuelo de larga distancia que había comenzado a preparar un año antes. Acompañado de su amigo Cipriano Rodríguez despega la mañana del 24 de diciembre del aeródromo de Tablada, a bordo del Breguet XIX “gran raid”, con el indicativo 12 – 71, que ya habían probado en otros vuelos; se trataba de recorrer los 4.800 kilómetros que separaban Sevilla de Bata, en la Guinea Española, sin escalas. Tras más de cuarenta horas de vuelo aterrizaron en el aeródromo guineano en la tarde del 25.
Al margen de sus éxitos profesionales, Carlos de Haya conoce en 1931 a Josefina Gálvez Moll, hija del prestigioso médico malagueño José Gálvez Ginachero, antiguo alcalde de Málaga durante la Dictadura de Miguel Primo de Rivera; el encuentro tuvo lugar en la casa de su compañero Joaquín García Morato, casado con la otra hija del doctor Gálvez, María del Carmen. Después de un breve noviazgo contraen matrimonio al año siguiente, el 16 de julio de 1932.
Integral Haya
El 10 de septiembre de 1932, Haya asciende a capitán del cuerpo de Intendencia con la antigüedad del 5 de agosto de ese año. En octubre es destinado al Grupo 22, basado en Tablada (Sevilla), como jefe de escuadrilla, tomando el mando de la tercera.
A pesar de ello, a principios de 1933, Carlos de Haya continuaba como profesor de la Escuela Superior Aerotécnica, teniendo a su cargo la asignatura de “vuelo sin visibilidad” dentro del plan de estudios correspondiente al curso de Navegantes aéreos. Además, patenta el “Integral Haya”, un aparato basado en la combinación de dos giroscopios, uno con tres ejes de libertad y otro con dos, capaz de integrar las funciones que hasta entonces realizaban independientemente otros seis instrumentos para ayudar al piloto en los vuelos sin visibilidad; era el precursor del horizonte artificial que hoy se utiliza en todos los aviones. Pocos años después patentará un calculador de vuelo que completaba las ayudas a la navegación.
El 17 de enero de 1935 nace en Sevilla su hija María de los Dolores, que es bautizada días después en la iglesia sevillana de Santa Catalina.
Del 27 al 29 de junio de 1935 participa en la cuarta vuelta a España de escuadrillas de aviones militares, organizada por la Revista de Aeronáutica; la prueba reunía 90 aparatos, 60 de bombardeo y reconocimiento y 30 de caza; Haya es uno de los jefes de escuadrilla del grupo 22, con base en Sevilla, que compite con su unidad de bombardeo y reconocimiento en las distintas pruebas.
Del 23 de noviembre de 1935 al 24 de enero de 1936 es agregado a la Dirección general de Aeronáutica para desempeñar el cargo de Secretario Técnico. Al terminar regresa a su destino en Tablada. Pocos días antes del cese, el 1 de enero, el Ministerio de la Guerra había autorizado a la Jefatura de Aviación Naval para adquirir 21 aparatos integrales giroscópicos “Haya”. Esto demuestra la aceptación que el invento de Carlos Haya iba consiguiendo en su propio país.
En junio de 1936 nacen en Málaga sus dos hijos mellizos, Héctor y Aquiles; el comienzo de la Guerra Civil le sorprende en aquella capital cuando estaba de permiso por dicha circunstancia. Se une en principio a las fuerzas del Gobernador Militar, el general Patxot, que proclaman el estado de guerra. Tras el fracaso del alzamiento en aquella ciudad, decide dejar la plaza e incorporarse a su unidad en Tablada, tras un accidentado viaje se presenta en dicha base aérea a media mañana del 21 de julio. La noche del 22 de julio realiza su primera misión de combate: bombardear los aeródromos de Madrid y Getafe pilotando un Fokker F-VII.
Desde entonces volará en múltiples misiones, completando 670 horas de vuelo durante 14 meses de operaciones. Destacan entre ellas las misiones de aprovisionamiento al Santuario de Santa María de la Cabeza, que inicia el 9 de octubre de 1936 y se prolongarán hasta la rendición de sus defensores, el 1 de mayo del año siguiente; en ese tiempo Haya realiza o intenta 84 misiones de avituallamiento volando distintos tipos de aviones, Douglas DC-2, Savoia S-81 y Junkers JU-52, la mayoría de ellas nocturnas. Antes había participado en el puente aéreo que trasladó tropas desde África a la península en los primeros momentos de la guerra, así como en diferentes bombardeos como los realizados el 28 de julio y el 4 de agosto sobre Málaga.
Su esposa y sus dos hijos se quedaron en Málaga con su suegro, como represalia de estos bombardeos Josefina será detenida y separada de los recién nacidos a principios de agosto. A pesar de las intensas gestiones no conseguirá su liberación hasta el 17 de mayo de 1937, cuando fue canjeada en Gibraltar por el periodista Arthur Koëstler, comunista húngaro, hecho prisionero en Málaga en febrero de ese año, al que el propio Haya traslada desde la Línea. Antes, cuando entran las tropas de Franco en Málaga, Carlos de Haya había conocido la amarga noticia de la muerte de su hijo Aquiles, ocurrida en diciembre de 1936.
A partir de febrero de 1937, Carlos de Haya se siente postergado en la aviación de Franco, por lo que solicita el pase a la Legión, petición que le es denegada. Tras permanecer algunos meses apartado se le destina al grupo de caza “As de Bastos” de la aviación legionaria italiana, al que se incorpora en diciembre de ese año.
Dos meses después, en circunstancias no completamente aclaradas, su avión Fiat CR-32 “Chirri” chocaba en el aire con un caza enemigo y caía a tierra cerca del Puerto de Escandón, en el frente de Teruel, el 21 de febrero de 1938. Se cerraba así la carrera de un piloto ejemplar, comenzaba la leyenda de un héroe.
Cuatro años después de su muerte, el boletín oficial del Ministerio del Aire del 1 de septiembre de 1942, publicaba la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando individual, al Capitán del Servicio de Aviación don Carlos de Haya y González por su actuación en el frente de Córdoba en agosto de 1936. Como se detallaba en el texto de la orden, estos servicios habían estado directamente relacionados con el apoyo a los sitiados en el Santuario.
En Málaga contamos con una calle dedicada a este piloto, inventor y héroe, que prolonga la calle Martínez Maldonado desde el arroyo del Cuarto hasta la avenida Lope de Vega, siguiendo el trazado de la antigua carretera de Antequera, y que pasa al lado del hospital que casi todos los malagueños siguen llamando con su nombre: “Carlos Haya”.
Pedro Luis Pérez Frías