Segalerva en Málaga: más que un apellido

 

Pedro Luis Pérez Frías
Doctor en Historia. Academia Andaluza de la Historia

 

En la toponimia de las ciudades frecuentemente se repiten nombres y apellidos. Esta circunstancia se da, igualmente, en la capital de la costa del Sol; en ocasiones, para denominar distintos elementos, como las vías urbanas (con distinta tipología), los parques y jardines, o los barrios.

Este es el caso del apellido Segalerva que, a lo largo del siglo XX, va tomando fuerza en la toponimia de Málaga, perviviendo en el callejero hasta la actualidad.

El futuro barrio de Segalerva que se estaba conformando en 1892. Fuente: Plano Emilio de la Cerda

Así, presente en Málaga desde el siglo XVIII, da nombre a uno de los barrios de nuestra ciudad, perteneciente al distrito 1 o Centro: el de ‘Segalerva’. El barrio está situado al norte de dicho distrito, con forma de trapecio y limitado por las calles Martínez Barrionuevo y Pérez de Castro, al sur; Actriz Rosario Pino y Emilio Díaz al oeste; San Ciriaco, al norte; y San Juan Bosco, al este. Estas denominaciones de las vías urbanas no siempre han sido las mismas.

El nombre del barrio se debe a su crecimiento y conformación alrededor de los ‘almacenes de Segalerva’, utilizados como cuartel desde el primer tercio del siglo XX hasta finales del mismo.

Hospital Segalerva en 1909. Fuente: Nuevo Mundo

En el proceso de transformación estuvo implicado el Ayuntamiento de Málaga. Así, el 30 de noviembre de 1917 el concejal Rein proponía la adquisición de los almacenes de Segalerva para alojar en ellos el parque de municiones; de esta forma se dejarían libres los almacenes de Campos para alojar a un grupo de Artillería que podría venir a la ciudad, ante la posibilidad de un aumento de los regimientos de dicha Arma. Aunque la propuesta fue aprobada por unanimidad no parece que llegase a cuajar.

Un año más tarde, el 13 de diciembre de 1918, en el curso de un debate por el posible arrendamiento de la fábrica de la Aurora por el ayuntamiento malagueño para cederlo como cuartel del regimiento de infantería Álava, otro concejal, el republicano Mapelli, afirmaba que sería mucho mejor instalar a dicho cuerpo en los almacenes de Campos y en los de Segalerva; la propuesta fue asumida, en parte, por el primer teniente de alcalde García Almendro que ofreció:

“que se ponga en conocimiento del Excmo. Sr. Ministro de la Guerra, tan amante de esta ciudad, lo que ocurre, ofreciéndole los almacenes de Campos y los de Segalerva, para alojamiento del Regimiento de Álava, a base de efectuar en los mismos, por cuenta del Municipio, las obras que sean necesarias para ponerlos en las debidas condiciones, y que si esto no puede llevarse a la práctica después de hacer cuantas gestiones sean convenientes se acepte integra la proposición del Sr. Carcer”.

Barrio de Segalerva en 1914

Carcer había iniciado el debate proponiendo el alquiler de la fábrica de la Aurora. El debate continuó en la misma sesión y, finalmente, la proposición de ofrecer los almacenes a Guerra fue aprobada por unanimidad; mientras que la segunda parte de la propuesta de García Almendro lo fue por mayoría, con los votos en contra de ocho concejales, encabezados por Mapelli.

Dos semanas después, el 27 de diciembre, se ponía en conocimiento de los concejales presentes en el cabildo municipal que el ministro de la Guerra había comunicado que haría cuanto pudiese para que: “el Regimiento de Álava se aloje en los Almacenes de Campos y Segalerva”. Tres meses después, la deseada llegada no se había producido y por ello el concejal Carcer propuso, en el cabildo del 23 de marzo de 1919, que se volviese a reiterar el ofrecimiento de ambos almacenes y la segunda opción de la Aurora, lo cual recibió la aprobación unánime de los asistentes.

El 11 de abril de ese año se comunicó a los miembros del cabildo municipal la negativa del Ministerio de la Guerra a utilizar los almacenes de Campos y Segalerva como alojamiento del regimiento Álava. Sin embargo, mientras se discutía este uso de los almacenes de Segalerva, las instalaciones ya estaban ocupadas, mediante alquiler del ayuntamiento malagueño a su propietario, por la Guardia Civil. Así lo ponía un informe de la comisión de Hacienda sobre varios oficios remitidos por Manuel Segalerva Mercado, como apoderado de Concepción Mercado, en relación al alquiler de estos almacenes, presentado en el cabildo del 8 de agosto siguiente:

“Informe de la Comisión de Hacienda recaída en oficios de D. Manuel Segalerva, como apoderado de Dª. Concepción Mercado, relativo al alquiler de los Almacenes situados en la calle Martínez Barrionuevo, llamados de Segalerva, ocupados con fuerzas de la Guardia Civil; en cuyo informe se propone que se autorice al Alcalde y Sindico para celebrar el contrato de arriendo de dichos almacenes en las condiciones al uso y costumbre de esta localidad, así como los que fija el Sr. Segalerva en su primer oficio excepto la referente a garantía especial, debiendo retraerse los efectos al día en que para albergar las fuerzas indicadas fue preciso ocupar dicho local”.

Cuartel de Segalerva en agosto de 1923. Mundo Gráfico

A pesar de la preferencia del ministerio de la Guerra por la Aurora, la minoría republicana continuó defendiendo la utilidad de los almacenes de Segalerva y Campos como alojamiento del regimiento Álava. Así lo manifestó el concejal Mapelli el 9 de enero de 1920, en la sesión de cabildo: “el edificio ‘Aurora’ que no se encuentra en muy buen estado, exige un gasto de treinta mil duros para ponerlo en condiciones de alojar el Regimiento de Álava, que muy bien podría alojarse en los almacenes de Segalerva y Campos”.

La insistencia en ofrecer ambos almacenes fue premiada con la aceptación por el departamento de Guerra de esta solución. En cabildo del 4 de febrero de ese año se daba cuenta de una comunicación del gobernador militar de Málaga, trasladando aquella:

“participando que el Excmo Sr. Ministro de la Guerra le ha comunicado por telégrafo que acepte los almacenes de Segalerva y Campos, ofrecidos por esta corporación para alojamiento de fuerzas y por tanto que ha dado orden al comandante de Ingenieros para que se ponga de acuerdo con el Arquitecto Municipal a fin de que con toda urgencia se practiquen las obras necesarias”.

La reunión del arquitecto y el jefe de los Ingenieros debió producirse rápidamente y dos semanas después, en cabildo del 20 del mismo mes, se daba cuenta de un oficio del primero en el que comunicaba que estaba confeccionando con el segundo el proyecto de obras para acondicionar “los Almacenes de Segalerva y de Campos para alojar fuerzas del Ejército” y avanzaba un presupuesto aproximado, cuatro mil pesetas, para las más urgentes. El proyecto no fue presentado al cabildo hasta el 18 de marzo: “Proyecto formulado por el Arquitecto Municipal de obras de ampliación y reformas que deben efectuarse en los Almacenes de Campos y Segalerva para alojar dos Batallones de los Regimientos de Borbón y Alava”, con un importe de 130.249,66 pesetas.

Las obras se iniciaron casi de inmediato, pero no avanzaron tal y como esperaba el ayuntamiento; por lo que el 4 de junio de ese año se trató en cabildo la forma de realizarlas y la conducta del arquitecto municipal, que fue apercibido por su falta de diligencia y separado de la dirección, decidiendo sacar a concurso la terminación de las mismas. El 25 de ese mes se daba cuenta del informe de la comisión de Obras Públicas sobre dicho concurso, para proceder a la adjudicación. Resultaría ganador Francisco García Salas, quien muy pronto pidió la ampliación del plazo de ejecución y entrega; el 20 de agosto el ayuntamiento acordó ampliarlo hasta el 8 de septiembre, pero con una penalización de 150 pesetas por cada día de retraso, clausula incluida a instancias del concejal Baeza.

Barrio de Segalerva en 1935

Las obras superarían el plazo previsto, a pesar de las noticias publicadas en prensa. El 23 de septiembre de ese año eran entregados los almacenes de Segalerva al ramo de Guerra, a falta de la instalación de la luz y de un motor. García Salas solicitó al ayuntamiento que le eximiese de la multa comprometida por el retraso, en cabildo del 24 de ese mismo mes se aceptó su petición, con la condición de que se comprometiese a terminar “lo antes posible” las obras. Un mes después, el 29 de octubre, se daba cuenta a los ediles presentes en la sesión de cabildo de un escrito de la comisión jurídica municipal, con relación a una solicitud de Concepción Mercado, presentada como propietaria de los almacenes de Segalerva, en la que proponía nuevas condiciones para la firma de un nuevo contrato de arrendamiento del citado local.

Para entonces ya había llegado a Málaga el regimiento de Infantería Álava nº 56, tras dejar Jerez el día 4 de octubre, y se había alojado en el cuartel de Segalerva. Tres años después, este acuartelamiento saltó a las páginas de los periódicos nacionales. El 24 de agosto de 1923 un grupo de soldados alojados en él, como paso previo a su embarque para Melilla, se amotinó, asesinaron al sargento de ingenieros José Artoz que pretendió detenerlos y salieron a la calle causando graves disturbios cerca del cuartel de Capuchinos y en otras zonas de la ciudad. La revuelta fue sofocada rápidamente y sus cabecillas juzgados en consejo de guerra sumarísimo.

El alquiler se mantendría en los siguientes años, con reclamaciones ocasionales de los propietarios. A finales de abril de 1925, era Manuel Segalerva Mercado el que presentaba una petición al ayuntamiento para que se reparasen los retretes del cuartel de Segalerva.

Casa de José Segalerva. Fuente: Diario Sur

A finales de 1929, vuelve a discutirse el uso militar de los almacenes de Segalerva. En la sesión de la comisión permanente municipal del 21 de noviembre se dio cuenta de un oficio del gobernador militar accidental de Málaga, en el que comunicaba que había llegado a su conocimiento la noticia de que el Ayuntamiento de Málaga estaba efectuando investigaciones para “determinar si en la actualidad se considera preciso para las necesidades militares de la plaza, el Cuartel denominado de ‘Segalerva’”; en vista de lo cual ponía en conocimiento de la Corporación que éste era: “de absoluta precisión para el alojamiento de fuerzas transeúntes y otras perentorias necesidades”.

Además de este barrio existen en Málaga varias vías con nombres relacionados con la familia Segalerva: calle Alcalde Segalerva Sierra, calle Escritor Alejandro Barba Segalerva, calle Mari Pepa Estrada Segalerva y calle Teniente Segalerva Ruiz. También está relacionada con la familia la calle Alcalde José Luis Estrada, dedicada a José Luis Estrada Segalerva.

El barrio de Segalerva en la actualidad

El círculo se amplía si consideramos a familiares políticos, como el padre de los hermanos Estrada Segalerva, el ministro José Estrada y Estrada, casado con María Luisa Segalerva Mercado; dos nietos de éstos, José Manuel y Rafael Pérez Estrada, hijos de la citada Mari Pepa Estrada Segalerva y del médico Manuel Pérez Bryan; y el propio Pérez Bryan, también alcalde de Málaga. Todos ellos con presencia en el callejero malagueño, calles: Pepe Estrada, José Manuel Pérez Estrada, Rafael Pérez Estrada y Doctor Manuel Pérez Bryan.

Además de los ya reseñados, la familia Segalerva tuvo gran presencia en la política municipal, económica y social malagueña durante los siglos XIX y XX. Un ejemplo de ello son Francisco Segalerva Linares, nombrado concejal del Ayuntamiento de Málaga en marzo de 1881, formando parte de la corporación que sustituyó a la presidida por Alarcón Luján y que en 1888 era segundo teniente con Liborio García Bartolomé; el citado Manuel Segalerva Mercado, concejal en 1914; y Luis Segalerva Spotorno, edil entre 1906 y 1909, que repetiría en el ayuntamiento de 1919 a 1922. Estos dos últimos fallecerían durante la desgraciada y cruenta Guerra Civil (1936 -1939), Manuel asesinado por milicianos republicanos en la primera ‘saca’ de la prisión provincial de Málaga, el 22 de agosto de 1936, corriendo la misma suerte que otros 44 detenidos con los que fue fusilado; y Luis un año después, en la tarde del 25 de agosto, de muerte natural.

Sirvan estas líneas para recordar a todos ellos.

 

 

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epistemai.es – Revista digital de la Sociedad Erasmiana de Málaga – ISSN: 2697-2468
Pérez Frías PL. Segalerva en Málaga: más que un apellido. epistemai.es [revista en Internet] 2025 octubre (27). Disponible en: http://epistemai.es/archivos/9086

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