Francisco Segalerva Ruiz, el héroe de Tizzi Aza y Kudia Tahar

 

Pedro Luis Pérez Frías
Doctor en Historia. Academia Andaluza de la Historia
 

En la sesión de la Comisión permanente del Ayuntamiento de Málaga, celebrada el 16 de septiembre de 1926, se trató una solicitud presentada por Jesús Jiménez Gómez en la que pedía: “se dé a la calle de Camas el nombre del Teniente de Regulares Don Francisco Segalerva Ruiz, muerto gloriosamente en los campos de África”. La permanente acordó que informase la comisión de Cultura y que la petición pasase al pleno del Ayuntamiento para que decidiese sobre el asunto.

Francisco Segalerva Ruíz

Parece que nunca se trató la solicitud de Jiménez Gómez en pleno. La cuestión quedó en el olvido, como demuestra la permanencia de la calle Camas en los callejeros y guías de Málaga, al menos hasta 1935, y la ausencia de referencia al teniente Segalerva Ruiz.

Algo debió cambiar durante la Guerra Civil ya que en el callejero publicado por el Ayuntamiento de Málaga en 1939, ya consta una calle con la denominación ‘Teniente Segalerva Ruiz’, de la que el autor señala que antiguamente era la ‘Huerta de la Pastora’, con entrada por ‘alameda de Barceló’ y salida por ‘Madrid’. También recoge esta denominación la Guía de Málaga y de la provincia 1939 -1940, de Valero Enfedaque Blasco.

El nombre se mantiene en la actualidad, con la variación de que la salida, hoy, es a la calle Miguel de Unamuno. La web municipal del callejero malagueño no da datos sobre el origen de la calle y se limita a señalar sobre el personaje: “Francisco Segalerva Ruiz. Malagueño. Halló gloriosa muerte en la liberación de los soldados que guarnecían la posición de Kudia Tahar en Marruecos, el 11 de septiembre de 1925. Sus restos mortales llegaron a Málaga el 4 de octubre en el vapor Cabo Paez"; además, añade algunos datos sobre el cuartel de Segalerva.

Lo cierto es que Francisco Segalerva Ruiz nació en Málaga el 10 de abril de 1901, hijo de Francisco Segalerva Mercado, natural de Málaga, y de Antonia Ruiz Molina. Nieto de Francisco Segalerva Linares y de Josefa Mercado Aguirre y bisnieto de Antonio Segalerva Sierra y de María Josefa Linares Llosa, así como de José Mercado Muñoz y Josefa Aguirre Coronado. Era sobrino de Dolores, Antonia, José, Concepción, Manuel, María Luisa, Carlos, María Purificación, María y Trinidad Segalerva Mercado.

En cuanto a su carrera militar, ingresó en la Academia de Infantería el año 1919, según real orden circular del 15 de julio de ese año, publicada al día siguiente. Integrado en una numerosa promoción que contaba con más de 350 componentes, inició sus estudios en la academia toledana el 7 de septiembre de ese año. Allí coincide con un familiar suyo, Fernando Ruiz Segalerva, que se encontraba cursando el tercer año de estudios. Ambos habían sido precedidos en la carrera de las armas por Adolfo Segalerva Linares que había ingresado en la Armada.

Calle teniente Segalerva Ruiz. Guía de Málaga 1939-1940

 

Guía de Málaga y de la provincia. 1939-1940

El primer curso Francisco está en la 10ª sección del primer año; inicia su segundo curso en septiembre de 1920, integrado en la 6ª sección del segundo año. Al año siguiente Francisco y sus compañeros vivieron desde sus casas la tragedia del Desastre de Annual, por encontrarse de vacaciones. Las consecuencias serán inmediatas para los cadetes que se disponían a iniciar su tercer año de estudios. A poco de haber comenzado el curso, una real orden circular del 29 de octubre de 1921 disponía el adelanto de la salida de sus respectivas academias de los alumnos de tercer año de Infantería, Caballería e Intendencia:

“Las actuales circunstancias producen una considerable falta de oficiales subalternos, precisamente en los momentos en que sus servicios son más urgentes y necesarios. En su consecuencia, el Rey (q. D. g.) se ha servido disponer que los alumnos que cursan el tercer año en las Academias de Infantería, Caballería e Intendencia, verifiquen los exámenes de las materias estudiadas hasta fin del corriente mes, en la primera decena de noviembre próximo y aquellos que demuestren su aptitud, sean promovidos seguidamente a alféreces.”

En cumplimiento de esta disposición, apenas quince días después, eran ascendidos al empleo de alférez 363 alumnos de Infantería, 4 de Caballería y 33 de Intendencia, según sendas órdenes del 14 de noviembre de 1921, publicadas el 15 y 16 de ese mes. La antigüedad en el empleo era la de la orden de ascenso.

Uno de los nuevos oficiales de Infantería era Francisco Segalerva Ruiz. Pocos días después se asignaba destino a los nuevos alféreces, por real orden circular del 26 de noviembre, publicada el 27, en la que se indicaba que los oficiales debían verificar su incorporación “con toda urgencia”. Francisco fue destinado al regimiento de Infantería Borbón nº 17, de guarnición en Málaga, junto con cinco compañeros de promoción. Todos debieron incorporarse al regimiento a primeros de diciembre. Este cuerpo, al igual que muchos otros, tenía destacado un batallón expedicionario en la zona oriental del Protectorado. No sabemos si el alférez Segalerva llegó a prestar servicio en él.

Su permanencia en ese regimiento duró poco más de un año. A finales de febrero de 1923, por real orden del día 22, Francisco Segalerva y otros tres oficiales eran destinados al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla nº 2. Este sería su destino definitivo hasta su fallecimiento; a pesar de que el 7 de junio de 1923 fue destinado a la Mehala-la Jalifiana de Tafersit nº 5, unidad a la que no se incorporó al anularse dicha disposición trece días después, a petición del Alto Comisario de España en Marruecos, enviada el 16 de ese mes.

Dar Drius 1923. Fuente: Familia Olmedo

Regulares en Tafersit, 1923. Fuente: Familia Olmedo

Esta modificación quizás estuviese relacionada con la actuación del alférez Segalerva en los combates de los últimos días del mes de mayo de ese año y, sobre todo en el del 5 de junio en Tizzi Aza. Hechos que motivaron la concesión de la Medalla Militar individual para Francisco y otros siete oficiales, por disposición del comandante general de Melilla, de fecha 11 de julio, confirmada por real orden del 4 del mes siguiente. La orden se limitaba a señalar como méritos “sus excepcionales méritos, comportamiento en distintos servicios y operaciones de campaña realizados en dicho territorio”. La misma fórmula empleada para ratificar otra disposición similar publicada en el mismo diario, por la que se concedía la misma recompensa a 20 suboficiales, clases y tropa.

La posición de Tizzi Aza y las inmediatas de Tizzi Alma, Benítez y Viernes, habían comenzado a ser hostilizadas por las fuerzas de Abd el Krim el 11 de abril de 1923 y las agresiones se habían recrudecido durante el mes de mayo, en especial el día 7. El 28 de ese mes salía Francisco Segalerva de Tafersit, con su tabor de regulares de Melilla, formando parte de una columna mandada por el teniente coronel Llano de la Encomienda. Su misión era desalojar a las fuerzas rifeñas que se habían concentrado frente a la posición Benítez, en el llano de Bu-Hafora y márgenes del río Jel-li. El combate fue reñidísimo, duró hasta media tarde y se registraron numerosas bajas en las fuerzas propias: 42 muertos y 88 heridos. Uno de los heridos fue Francisco, a pesar de lo cual insistió en seguir en su unidad.

Al día siguiente volvió a concentrarse el enemigo en el frente de Tizzi Aza para atacar el convoy que debía aprovisionar a las posiciones del sector. El combate volvió a registrar gran violencia, con intervención nuevamente de los Regulares de Melilla. Después de un día de tranquilidad, el 31 volvieron a producirse fuertes combates al intentar los rifeños impedir la llegada de los aprovisionamientos a las posiciones de Tizzi Aza; intervinieron un buen número de unidades, entre las que estaban dos tabores de infantería de Regulares de Melilla nº 2, y carros de asalto; las bajas fueron 22 muertos, 146 heridos y 2 desaparecidos.

Legionarios ante Valenzuela el 9 de junio 1923. Fuente: Familia Olmedo

La línea de Tizzi Aza. Fuente: Familia Olmedo

El día 1 de junio se decidió un plan para asegurar el aprovisionamiento de las posiciones del frente de Tizzi Aza. Durante tres días se hacen los preparativos de la operación, que se puso en práctica el 5, con la intervención de seis columnas bajo la dirección del general Echagüe. En un momento del combate las columnas ven detenida su progresión; para despejar la situación, los Regulares de Melilla se lanzaron al asalto de las lomas que cubrían el camino de Tauarda, siguiendo después sobre el barranco de Iguemiren. En la Historia de las Campañas de Marruecos, se describe esta acción y se señala:

“El arrojo con que estas Fuerzas iniciaron el ataque, hacía presumir un pronto triunfo, pero lo abrupto de aquellas alturas dominantes del barranco mencionado y collado entre ambas lomas, unido al nutrido y certero fuego contrario las detuvo acudiendo entonces en su ayuda refuerzos del Tercio, que resueltamente avanzaron al arma blanca hasta ganar las alturas a que antes se hizo referencia y, que con nuevos asaltos de los Regulares habían de determinar nuestro triunfo”.

Tizzi Azza norte. 1924. Fuente: Familia Olmedo

De lo cruento del combate da cuenta el número de bajas: 122 muertos, 209 heridos y 19 desaparecidos. Uno de los heridos fue Francisco Segalerva, con carácter grave. Estas acciones son las que merecieron la recompensa de las citadas medallas militares y varias cruces laureadas de San Fernando. En los días posteriores Francisco permaneció en el hospital de Dar Drius y posteriormente pasó al de Melilla, hasta su completa recuperación. Es en ese periodo cuando tiene lugar el destino a la Mehal-la y su posterior anulación.

El 23 de noviembre de 1923 se publica una real orden del 22 por la que se ascendía a teniente, con la antigüedad del 14 del mismo mes, a Fernando Segalerva Ruiz y otros 80 compañeros de promoción. Según disponía dicha orden, los ascendidos debían seguir en los “mismos destinos que hoy sirven”. Por esta razón Fernando continuará en los Regulares de Melilla nº 2. Tras un año de servicio en Marruecos, se le otorga la medalla militar de Marruecos y, más tarde, por real orden de 24 de mayo de 1924, se le concede la adicción de dos aspas rojas de herido en campaña a esta condecoración; estas aspas recordaban las dos heridas recibidas en los combates de Tizzi Aza.

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epistemai.es – Revista digital de la Sociedad Erasmiana de Málaga – ISSN: 2697-2468
Pérez Frías PL. Francisco Segalerva Ruiz, el héroe de Tizzi Aza y Kudia Tahar. epistemai.es [revista en Internet] 2025 octubre (27). Disponible en: http://epistemai.es/archivos/9109

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