Impartida por el Dr. José María Porta Tovar, Jefe (ret.) del Servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús (Málaga), fundador en Malawi de la ONG “Andalucía por un Mundo Nuevo” y Socio de Número de la Sociedad Erasmiana de Málaga (SEMA).
Introducción: Dr. D. Quintín Calle Carabias, presidente de la SEMA.
Viernes, 2 de febrero de 2018.
La única posibilidad de solucionar la emigración es la cooperación internacional porque permite el desarrollo de los pueblos en su propio medio. Esa es la idea central que ha llevado a a “Andalucía por un Mundo Nuevo”, la ONG que fundó el Dr. Porta Tovar, antiguo presidente también de Medicus Mundi, a crear y desarrollar con mucho esfuerzo y años de trabajo el proyecto de la Granja-Escuela de Lilongwe, en Malawi.
Malawi es la región de los grandes lagos sudafricanos. De hecho el nombre, proviene de la imagen que recuerda a la “chispitas” que se generan en la superficie del lago Malawi. Es la zona donde tuvo lugar la primera reunión antiesclavista, que fue organizada por Livingston con las tribus vecinas. Este país es uno de los más pobres del mundo. Los datos del país son muy significativos: la prevalencia del SIDA es de un 25% y la esperanza de vida de 40 años.
La cooperación es de la ONG “Andalucía por un Mundo Nuevo” empezó hace unas decenas de años. El proyecto en Malawi se ha centrado en la Granja-Escuela de Lilongwe. Los fondos provienen de los socios de la entidad y del apoyo prestado por algunas instituciones públicas y privadas a través las convocatorias de subvenciones para nuevos proyectos de cooperación internacional. No obstante, el objetivo último que se plantea siempre esta ONG es que los proyectos lleguen a ser autosuficientes y puedan financiarse con sus propios recursos.
Aunque históricamente, y normalmente por la procedencia profesional sanitaria de un porcentaje alto de sus iniciadores, de ha hecho en un sentido opuesto, la cooperación debe basarse en tres ámbitos de trabajo y por este orden: nutrición, educación y salud. En este caso, el desarrollo del proyecto ha ido planteándose objetivos temporales y apoyarse en los logros finales para avanzar al siguiente escalón.
En el área de sanidad, la construcción y el funcionamiento del hospital se ha adaptado a los recursos existentes. Como ejemplo de ello, el diseño de los edificios, con una sola planta y que no sean dependientes de un suministro eléctrico externo, con múltiples interrupciones en la vida diaria, y grupos electrógenos propios. La dirección está a cargo de enfermeros especializados y desde España se envían cada mes un equipo de distinta especialidad. En este entorno también se enseña a preparar comidas sanas, baratas y con ingredientes puedan conseguirse con facilidad. Los programas no están sólo dirigidos al ámbito pediátrico sino que también hay programas para adultos. La ayuda que llega desde el exterior se reparte entre los distintos hospitales comarcales.
Para el segundo gran área de trabajo, la educación, se creó una escuela Primaria, que en la actualidad tiene unos 2.500 niños y varias guarderías. Este es uno de los proyectos específicamente desarrollados gracias a distintas ayudas del Ayuntamiento de Málaga.
El tercer ámbito de trabajo que se ha abordado es el problema de la alimentación. Era necesario partir de varias premisas fundamentales: tratarse de un área geográfica que sólo tiene 3 meses de lluvias al año, con muchos pozos artesanales, de mala construcción e insalubres, y una alta concentración de niños malnutridos.
Los proyectos más cercanos a la actualidad se han ido terminando poco a poco: construir dos pantanos, almacenar agua en un gran estanque, crear una escuela de agricultura, una sección de granja y una piscifactoría y, por último, un tanque de almacenamiento para riego.
Dos características de la sociedad de Malawi con gran influencia de la puesta en marcha de estos proyectos son que se trata de una sociedad matriarcal, y donde es la mujer la que trabaja la tierra, y que se partía de una altísima segmentación de las parcelas de cultivos. Actualmente se ha conseguido, aparte de otras ventajas, una concentración parcelaria que permite una mejor distribución del agua y una contribución parcial de las cosechas al resultado comunal. Finalmente el régimen de cooperativa incluye los productos del campo y los de la piscifactoría que dará lugar a la sostenibilidad final del proyecto, el objetivo último de cada uno de ellos.