Conferencia: ‘Picasso. Dios o diablo’

Conferencia de D. Isidro Prat Arrojo, Doctor en Medicina, Hematólogo, fundador y director del Centro Regional de Transfusión Sanguínea (CRTS) de Málaga, escritor, escultor, pintor y Medalla de Oro de Málaga 2019.

Presentado por el Dr. D. Ángel Rodríguez Cabezas.

Martes 28 de noviembre de 2023.

Salón de Actos del Museo del Patrimonio Municipal (MUPAM) de Málaga.

 


Isidro Prat Arrojo arrancó de su conferencia sobre Picasso destacando los acercamientos que este genio de la pintura realizó a lo largo de su larguísima carrera artística a obras célebres, con motivos como el color, la luz o los compromisos. Un simbolismo en el que empezó a indagar para escribir La Trenza picassiana, una novela cuya trama relaciona a un pintor de Montamartre con un pintor malagueño, y que le hizo entender mejor a la persona y al pintor que era el genio malagueño y reconocer que “todos tenemos un lado oscuro”.

Apoyándose en una magnífica base documental gráfica, el conferenciante describió al personaje como “varios Picassos”: niño (introvertido), joven (bohemio), maduro (refinado) y por fin veterano (soltario). Para demostrarlo Isidro Prat Arrojo hizo un recorrido biográfico junto a su paralelismo pictórico en la vida de Picasso.

En una primera etapa, desde su nacimiento y sus primeros 10 años en Málaga, el pintor vive consecutivamente en A Coruña, Madrid (donde estudia en la R.A. de Bellas Artes de San Fernando), Horta de San Juan y finalmente en Barcelona, momento en el que su pintura empieza cambiar. Consigue su objetivo de llegar a París, con 19 años, de la mano de su amigo Casagemas, cuya temprana muerte le causa un golpe emocional muy duro. Describió el conferenciante cómo en esos primeros años la Ciudad de la Luz distó mucho de serlo para él. Instalado en un Montmartre que distaba mucho de ser lo que conocemos en la actualidad, y dentro del barrio en lo peor parte, la denominada ‘La colina’. Su pintura en esa época es triste, recogiendo en ella los personajes que le rodean. Pero París es mucho más para él. Comienza allí una de las características más conocidas de Picasso como persona: el poliamor.

La relación exhaustiva de parejas ‘formales’ de Picasso y la descripción en paralelo de la evolución de su pintura a partir de esos años fue el motivo de la siguiente parte de la conferencia. Afirmó Isidro Prat que el pintor malagueño sintió pasión por todas las mujeres que tuvo y que fueron sus musas en periodos consecutivos. A la primera etapa parisina correspondieron Odette y Fernande Olivier. Más adelante, viviendo ya en el centro de París, conoció la vida bohemia con un círculo de amigos en el que figuran escritores y poetas como Max Jacob, Apollinaire o G. Braque. Una de las características de las mujeres con las que se relacionó es que eran muy jóvenes, incluso más jóvenes a medida que la diferencia de edad iba creciendo. Algunas de sus parejas eran mujeres conocidas por destacar en alguna habilidad artística. A esta etapa corresponde su relación con Eva Govel y Olga Khokhlova, además de, como siempre, otras amantes. Les siguieron Marie Therese Walter y Dora Maar. Fue la época en la que pintó el Guernica para la Exposición Internacional de París de 1937. Con 62 años conoce a Françoise Gitot, de 21, con quien tiene dos hijos: Paloma y Claude, a añadir a los que ya tenía; ella lo abandona y escribe Vida con Picasso, dando a conocer las dificultades que entrañaba la relación de pareja con el pintor. Más tarde, Sylvette David, de 19 años, transformó la tristeza de Picasso en creatividad. Le siguieron Genevieve Laporte, de 17, “la chica de los miércoles” y Jacqueline Roque, que tenía 26 frente a los 71 de él y que lo retiró a ‘La Californie’.

Para terminar el ponente haciendo hincapié en las particularidades que mejor enmarcan al personaje Picasso. Así, destacó la mirada penetrante con la que Picasso aparecía en las fotografías, la relevancia de influencia de su madre y su hermana o el hecho de que por encima de todo la pintura de Picasso refleja en cada momento lo que siente. Definido como alguien que “Hacía lo que quería sin importarle nada ni nadie”, en su trayectoria, iniciaba un ciclo vital nuevo con cada nuevo amor y amo y destruyó a partes iguales a las mujeres que amaba. Como pintor no dejó de reinventarse, fue muy prolífico. Hubo mecenas que apostaron por él, como Gertrude Stein y Mera y Don Rubell. Pero también mantuvo rivalidades, como es el caso de Henri Matisse, Marcel Duchamp, Alberto Giacometti, Amadeo Modigliani, Picabía e incluso Diego Rivera, que lo demandó.

Concluyó Isidro Prat afirmando que sin duda alguna Picasso cambió la pintura, destruyó lo conocido y creó una nueva visión, una idea congruente con la opinión del propio Picasso definiendo a la obra de arte como una relación entre el espectador y el arte. Desde hace muchos años es una auténtica marca internacional y para representarla sus herederos crearon la Picasso Administration de París.


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