El Real Colegio Náutico de San Telmo, precursor en la enseñanza militar, náutica y comercial en Málaga

 
Josef Carrión de Mula, el vigía del puerto de Málaga, en su detallado plano de la ciudad de 1791 recoge ya la denominación de ‘San Telmo’ para la calle que discurría a espaldas del antiguo colegio de los jesuitas, ocupado por aquel entonces por el Real Colegio Náutico de San Telmo, el Consulado y el Montepío de Viñeros y Labradores. Esta vía, según Carrión de Mula, discurría entre la calle sin nombre que unía la de San Sebastián (actual Compañía) con la iglesia de los Santos Mártires y la calle Santa Lucía, justo a la altura de la ermita de ese nombre.

Sin embargo, en la web municipal, http://callejero.malaga.eu/, en la reseña histórica de esta calle, se indica que el nombre se debe a la Academia de Bellas Artes de Málaga, a pesar de que ésta fue creada sesenta años después de que Carrión de Mula reflejase en su plano esta vía con el ya citado nombre de San Telmo. Así dice la reseña histórica de la calle:

Toma el nombre de la escuela de Bellas Artes, cuya fachada posterior da a esta calle. En ella se impartían clases de Náutica. Posteriormente se creó en el mismo edificio la Academia Provincial de Bellas Artes de Málaga (8-junio-1850), solicitando y obteniendo José Freüller Alcalá Galiano, marqués de la Paniega, su fundador y presidente se le diera el nombre de San Telmo. (…)

Plano de la ciudad y del puerto de Málaga de Carrión de Mula, 1791

Detalle del plano

Lo cierto es que, como indicaba Isabel Grana Gil en 1995 en su libro El Real Colegio Náutico de San Telmo de Málaga, publicado por el CEDMA de la Diputación de Málaga, dicho centro había sido fundado por el rey Carlos III el 19 de marzo de 1787 (cuatro años antes de que el vigía dibujase el plano). En esa misma fecha fueron nombrados sus primeros responsables, dos miembros de la Iglesia malagueña: el presbítero José de Ortega Monroy Valenzuela y Pizarro como director; y el arcediano de Ronda Ramón Vicente y Monzón como juez conservador. Tres días después, una Real Ordenanza establecía las reglas para el gobierno del centro y la enseñanza que se daría en él, con la mayor uniformidad a las del colegio del mismo nombre establecido en Sevilla un año antes.

Discurso de inaugural del Real Colegio de San Telmo, 1787

Nemesio Ángel Cilveti Ripoll, estudió también la historia del Colegio de San Telmo en un libro titulado Real Colegio Náutico San Telmo de Málaga – 1787, publicado en 2011. Pero ya antes que ellos Mercedes Vico Monteoliva y Carmen Sanchidrían Blanco habían abordado la historia del centro en una comunicación titulada El Real Colegio Náutico “San Telmo” de Málaga (1787-1849) presentada en el III Coloquio de Historia de la Educación, celebrado en Barcelona, cuyas actas fueron publicadas por la Universidad de Barcelona en 1984 con el título Educación e ilustración en España, siendo incluida dicha comunicación en las páginas 576-588.

Ordenanzas del Real Colegio de San Telmo de Málaga, 1787

Según recordaba una Real Cédula de 13 de enero de 1794, para atender al sostenimiento del colegio de San Telmo de Málaga se le asignaron diversos fondos, entre los que destacan el sobrante de los caudales que rentase el acueducto “de dicha Ciudad de Málaga”, cuya primera fase había entrado en funcionamiento a lo largo de 1786, con los molinos, lavaderos y demás obras dependientes de él, obras que se entregarían al Consulado de Málaga en 1790.
En esa misma disposición se recordaba también un Real Decreto, de fecha 8 de julio de 1787, por el que se disponía que los colegios de San Telmo de Sevilla y Málaga, así como el resto de escuelas de Pilotaje de España, pasasen a depender de la Secretaría de Estado y del Despacho Universal de Marina, en lugar de la de Hacienda de Indias. Esta circunstancia otorgó a estos centros de enseñanza el carácter militar, como prueba el que en el colegio de San Telmo de Málaga existiese una Parroquia Castrense propia; aunque no sabemos la fecha exacta de su creación, sí que tenemos constancia de su existencia en 1789, gracias al primer registro parroquial del libro de bautizados de dicha Parroquia Castrense, el cual recoge el bautismo de Josef Salvador García de esta forma:

En la ciudad de Málaga en el día cinco del mes de Octubre de mil setecientos ochenta y nueve años. Yo D. Felipe Barón de Aguilar, Cura de la Iglesia Parroquial Castrense, sita en la de Santiago de esta ciudad; con licencia del Cura del Colegio de San Telmo esta ciudad. Bautice a Josef Cándido Francisco del Rosario Juan, hijo legítimo de Ignacio Salvador, Ropero e individuo en dicho Colegio, natural de Fuentezens, Obispado de Osma, y de Dª María Sebastiana García Arenzana, su mujer, natural de Villanueva de Cameros, Obispado de Calahorra. Declaró dicho su padre no haber tenido otro hijo de este nombre y aseguró con juramento que nació el día tres del corriente; sus abuelos paternos D. Pedro Salvador y Dª Petronila Catalina, naturales de la Villa de Fuentezens, los maternos D. Felipe García Arenzana y Dª María Rubio Mayor, naturales de Villanueva de Cameros; fueron sus Padrinos D. Juan Josef Saenz de Tejada, casado, y Dª Ana Ignacia Valero, soltera, a los cuales advertí el parentesco espiritual que con su ahijado y padres han contraído y la obligación de enseñarle la doctrina Cristiana; fueron testigos D. Antonio Ramírez y D. Cristóbal Jurado, vecinos de esta ciudad, de que doy fee = [firmado y rubricado] D. Felipe Barón de Aguilar = Doctor D. Lorenzo Ximénez

Primera partida de bautismo inscrita en la parroquia castrense, 1789

Pero lo cierto es que la citada Real Cédula de 13 de enero de 1794 tenía como único fin aprobar un reglamento unificado para los colegios de San Telmo de Sevilla y Málaga. A lo largo de más de 280 artículos se describen en esta Ordenanza obligaciones, derechos, deberes y otros aspectos de alumnos y profesores, así como el régimen escolar de los centros. Pero estableciendo una diferencia en el caso del colegio de Málaga donde se enseñaría, además, el Comercio, como se decía al inicio del artículo 170:

En el Colegio se enseñarán las Primeras Letras, la lengua Francesa, las Matemáticas inferiores, la Navegación, el Dibujo, la Artillería, y también el Comercio. (…)

 

Más adelante, se destacaba “En el Colegio de Málaga solamente y por ahora se establece una Cátedra de Comercio bajo las reglas siguientes”; éstas se contenían en los artículos 256 a 270 de las Ordenanzas y entre ellas destacaban diversos aspectos.
Así, se daba entrada a los miembros (Prior y Cónsules) del Real Consulado del Comercio de Málaga en la selección de los alumnos para su ingreso en los estudios de Comercio, pero no para su expulsión, según constaba en el artículo 265:

Se formará matricula de las personas que quieran dedicarse al estudio de esta ciencia, admitiéndose para cada curso el número de discípulos que determinen el Director y Catedrático; debiendo ser á nominación expresa del Prior y Cónsules, uno de cada cuatro de los externos; aquellos dos acordarán también el despido de los ineptos, inquietos, inaplicados, ó distraídos que después de amonestados no diesen muestras de corregirse, en lo cual no tendrá intervención el Consulado, ni aún respecto á los de su nominación.

Uniformes colegiales

También se fijaban el plan de estudios y los objetivos docentes de los estudios de Comercio, según se fijaba en el artículo 261:

Se ha de enseñar esta ciencia con toda la solidez que pide su importancia, debiendo tratarse con la extensión conveniente las relaciones del Comercio con el Gobierno; con la Agricultura, las Artes y la Navegación; con la población y su aumento; con la riqueza, prosperidad y gloria del Estado; los medios de promover la industria, de facilitar la circulación, y de proveer á la general abundancia; los obstáculos que puedan oponerse al Comercio, y el modo de removerlos. En suma, se dará una enseñanza completa de esta ciencia, bien que elemental y acomodada á la capacidad de la juventud.

 

Además, en el artículo 262, se establecía una bibliografía básica a utilizar por el profesor (Catedrático) responsable:

Las lecciones de Comercio que enseñó el Abate Antonio Genovesi, en la Cátedra de Nápoles; las cuales procurará reformar, é ilustrar según convenga á mis Reinos de España é Indias, valiéndose principalmente de los escritos de Don Gerónimo Ustariz, Don Bernardo Ward, y de las Recreaciones políticas de Don Nicolás de Arriquibar.

Maqueta de barco del Colegio

El Colegio de San Telmo fue, por lo tanto, el primer centro de enseñanza militar que existió en Málaga; pero también la primera escuela de Náutica, así como la primera escuela de Comercio de nuestra ciudad, y estuvo en funcionamiento hasta que una Real Orden de fecha 15 de agosto de 1847 determinó su cierre y la consiguiente desaparición. Aunque algunos autores fijan la disposición que lo disolvía en una Real Orden de 23 de febrero de 1849, lo cierto es que los libros de la parroquia castrense de San Telmo, establecida para atender a los empleados, alumnos y las familias de aquellos, se cerraron y entregaron a la autoridad episcopal de Málaga el 28 de noviembre de 1849.

Documento firmado por el marqués de la Sonora

Durante más de sesenta años el Real Colegio Náutico de San Telmo de Málaga vivió muchas vicisitudes quizás por ello, a pesar de su desaparición, el nombre del santo quedaría ligado definitivamente al edificio que ocupó este centro desde su creación. En efecto, el 16 de octubre de 1860 se abría el curso en la Academia provincial de Bellas Artes de Málaga, situada en el “edificio de San Telmo”, según decía la Gaceta de Madrid cinco días después. Un día antes el mismo periódico había publicado otra apertura de curso, también en Málaga, la de la escuela profesional de Náutica ubicada en el edificio del “Colegio de San Telmo”:

MÁLAGA 16 de Octubre.— Ayer se verificó la apertura del curso académico de la Escuela profesional de Náutica en el edificio del Colegio de San Telmo, habiendo asistido á este acto las Autoridades y una numerosa concurrencia.

El antiguo Colegio con su observatorio. Actual calle Compañía

Fachada actual de Sociedad Económica de Amigos del País

Fachada posterior del Colegio

Plaza de San Juan de Dios

Pero hasta casi veinticinco años después, el 25 de septiembre de 1883, no se añade a la Academia de Bellas Artes de Málaga, que ocupaba parte del edificio del antiguo colegio náutico desde 1850, el nombre de San Telmo; cambio que tuvo lugar a propuesta de su fundador y primer presidente, José Freüller Alcalá-Galiano, ya Marqués de la Paniega, título que había heredado en 1873 tras el fallecimiento de su madre.
Actualmente, dos centros de formación y enseñanza de Málaga recogen en su denominación el nombre de San Telmo: Instituto Internacional San Telmo, dependiente de la sevillana Fundación San Telmo, y la Escuela de Arte San Telmo. La primera sigue la tradición de la enseñanza del Comercio, iniciada por el Real Colegio de San Telmo; mientras la segunda sigue la línea iniciada por la Academia de Bellas Artes fundada por el Marqués de la Paniega, al crear una escuela de artes y oficios. Pero ninguna de ellas tiene relación alguna con el extinguido colegio náutico.

¿Recuperaremos algún día la memoria de este centro pionero en las calles malagueñas?

 

 

Pedro Luis Pérez Frías
Doctor en Historia y miembro del Grupo de Investigación HUM333 “Crisol Malaguide”
Universidad de Málaga


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