Matilde Cimiano Cruz, ‘la señora que convidaba a los soldados en la Alameda’

 

A punto de cumplirse el primer aniversario del Desastre de Annual, el periódico La Esfera publicó (el 1 de julio de 1922) un amplio artículo dedicado a glosar a la que, según se citaba en el texto, un año antes sólo era conocida por “la señora que convidaba a los soldados en la Alameda”; se trataba, como revelaba el mismo artículo, de Matilde Cimiano, esposa del Director general de la Compañía de Ferrocarriles Andaluces (Antonio Combet de Larenne).

Retrato de Matilde Cimiano Cruz publicado en La Esfera

El matrimonio Combet había llegado a Málaga en abril de 1921, tras haber sido nombrado Antonio para el citado cargo a finales de marzo, dejando Sevilla donde él había ejercido, hasta entonces, el mismo cargo en el departamento de tranvías de la compañía Sevillana de Electricidad. Se instalaron en una casa de la Alameda de Wilson, la actual Alameda Principal y que el15 de julio de ese año pasó a denominarse ‘de Alfonso XIII’, y allí conocieron unos meses más tarde las tristes noticias de Marruecos durante el trágico verano de ese año; así como pudieron ver pasar por delante de su domicilio a las tropas que, llegadas por ferrocarril a la ciudad, se dirigían apresuradamente al puerto para acudir en auxilio de Melilla.

El 2 de agosto de ese año el periódico malagueño La Unión Mercantil destacaba ya la iniciativa de Matilde Cimiano para auxiliar a las tropas que se dirigían al puerto, camino de Melilla. En efecto, al reseñar la llegada a nuestra ciudad de dos escuadrones del regimiento de Caballería Lusitania nº 12, en la mañana del día anterior, decía: “La fuerza fue obsequiada con refrescos en la Alameda, por la señora de Combet”.

Matilde no se limitó a la actuación individual en su casa; además se integró en la Junta de Damas de la Cruz Roja de Málaga, junto con Rafaela Grana Hurtado, esposa del alcalde de Málaga, Francisco García Almendro, y otras mujeres de la alta sociedad malagueña. Los días 3 y 4 de ese mes el periódico madrileño La Correspondencia de España informaba sobre la iniciativa de esa Junta de postular por las calles de Málaga para recoger fondos con los que ayudar a los heridos de Melilla; para ello acudieron al gobernador civil solicitando autorización, según decía el periódico: “La Junta de damas malagueñas que presiden las señoras de Martos Pérez, de García Almendro, Combet, de Jonge y algunas otras, acudieron al Gobierno Civil para pedir autorización al Sr. Salas”.

El día 4 zarparon del puerto malagueño dos buques con tropas y abastecimientos para Melilla, el vapor correo Monte Toro, a las ocho de la tarde, y el vapor transatlántico Claudio López López, a las doce de la noche; según reseñaba La Unión Mercantil al día siguiente, “las damas de la Cruz Roja repartieron medallas y tabaco a los expedicionarios” y los muelles estuvieron llenos de público que acudió a despedir a los soldados.

La desinteresada labor de Matilde Cimiano sería reconocida por el Ayuntamiento malagueño muy pronto. En efecto, el 5 de agosto de 1921 se acordaba consignar en las actas de cabildo la satisfacción de ese Ayuntamiento por “la conducta que viene observando la Sra. Combet con motivo de los sucesos de Melilla”, reconocimiento que se ampliaba, también, al marqués de Urquijo por el ofrecimiento que había hecho de crear un hospital de sangre para los enfermos y heridos que llegasen a Málaga desde la plaza melillense.

Ese día la prensa informaba de la decisión del Ayuntamiento de Málaga de habilitar la parte alta del Grupo Escolar Bergamín como hospital de sangre para los heridos y enfermos que llegasen de África. Al mismo tiempo, La Unión Mercantil insertaba una convocatoria de la Junta de Damas de la Cruz Roja de Málaga para una asamblea general que tendría lugar al día siguiente, 6 de agosto, en el salón de la Sociedad de Ciencias (plaza de la Constitución).

El vapor ‘Alicante’ antes de ser buque-hospital

El 9 de agosto La Unión Mercantil daba la noticia de la llegada de una expedición de heridos y enfermos desde Melilla en el vapor Alicante, transformado en buque–hospital. Ese mismo día, Matilde Cimiano agasajaba en la Alameda a un grupo de soldados de Artillería y de Intendencia llegados desde Burgos. El citado periódico decía al día siguiente: “Ayer, como en días anteriores, fueron obsequiados los soldados al pasar frente al domicilio de don Antonio Combet, director de los Ferrocarriles Andaluces”. También informaba sobre una reunión que había tenido lugar el día anterior en el Ayuntamiento, con la asistencia del Alcalde y las “fuerzas vivas”; entre los asistentes estaban el presidente de la Cruz Roja de Málaga, Antonio Gómez de la Bárcena, y el director de los Ferrocarriles Andaluces, Antonio Combet. El presidente de la Cruz Roja en su intervención se refirió a la ayuda altruista de los marqueses de Urquijo y elogió a la señora Combet y al personal ferroviario, que había cedido un día de haber en favor de los heridos.

Ciertamente la labor de Matilde Cimiano y sus compañeras era objeto de atención para la prensa en esos primeros días de agosto. Así, La Unión Ilustrada del día 10 publicaba una fotografía suya, junto a Rafaela Grana, haciendo entrega al presidente de la Cruz Roja, Gómez de la Bárcena, de un paquete de pañuelos para los soldados. La revista ampliaba la noticia “Estas damas, con otras distinguidísimas, obsequian a los soldados diariamente y les entregan medallas”.

El día 11 La Unión Mercantil informaba sobre la visita que en la tarde del día anterior habían realizado al Hospital Militar Isabel Roca, Matilde Cimiano, Rafaela Grana, Matilde Casanova y Concha Cámara: “las distinguidas señoras de Martos, de Combet, de García Almendro, la viuda de Cánovas y la señorita de Cámara”, todas pertenecían a la Junta de Damas, para llevar a los enfermos y heridos galletas, tabaco y vino (regalado por Antonio López Gallardo), anunciando que las damas volverían al mismo centro ese día, llevando en esta ocasión pañuelos, dulces y tabaco para los soldados.

Retrato de Matilde Cimiano Cruz publicado en La Unión Ilustrada

De esta última visita se hizo eco el mismo periódico el día 12, en un suelto titulado ‘La Sra. De Combet visita a los heridos’, en el que se refería a Matilde Cimiano como “distinguida y caritativa dama, que sin descanso labora día y noche por reportar beneficios a los soldados expedicionarios”; y contaba que Matilde, junto con Isabel Roca y Rafaela Grana, había ido al Hospital Militar la tarde anterior, donde las damas habían repartido a los soldados tabaco y dulces, y destacaba su encuentro con uno de los heridos: “Una vez que llegaron a un lecho donde descansaba un soldado con una pierna amputada, después de proporcionarle consuelo con frases expresivas, rogaron al director del Hospital, se adquiriera una pierna de goma para dicho soldado, costeada por la ilustre dama”. Como se aclaraba al día siguiente, el pago de la prótesis fue asumido por la Junta de Damas de la Cruz Roja, a iniciativa de “las esposas del Alcalde, Director de los Ferrocarriles Andaluces y doctor Martos”.

Con esta campaña mediática, no es de extrañar que una semana más tarde del primer acuerdo municipal, en el cabildo del día 12, el concejal Eduardo León Donaire propusiese ampliar el reconocimiento otorgado a los marqueses de Urquijo, nombrándolos hijos adoptivos de Málaga; circunstancia que otro de los concejales asistentes, Francisco Jiménez Platero, aprovechó para proponer que se hiciese lo mismo con el matrimonio Combet, señalando: “desde el primer momento vienen colmando de obsequios a los soldados que van de paso para Melilla, y atendiendo a los enfermos y heridos procedentes de África”. Aunque la minoría republicana, en voz de Emilio Baeza Medina, se mostró en desacuerdo con ambas propuestas diciendo “que se les exprese nuestro reconocimiento en cualquier otra forma, pero no con la declaración de hijos adoptivos, que debe reservarse para otros casos”, no votó en contra del acuerdo, por lo que éste fue aprobado por unanimidad para “declarar hijos adoptivos de esta ciudad a los Sres. de Combet y Marqueses de Urquijo”.

Composición de Moreno Carbonero sobre la carga de la caballería española en el Rif (‘La Esfera’)

Siete días después, los concejales malagueños conocían en cabildo el agradecimiento de Antonio Combet por: “el acuerdo que se le ha comunicado referente a su Sra. Esposa”. La redacción del acta capitular deja la duda de si las gracias se refieren al acuerdo del día 1 de agosto o al nombramiento de hijos adoptivos de ambos esposos; pero, en todo caso, pone de manifiesto la relevancia del trabajo realizado por Matilde Cimiano en esos primeros momentos.

La duquesa de la Victoria durante su época de trabajo en el hospital de Melilla (‘La Esfera’)

El 2 de septiembre se anunciaba que se había terminado la instalación del alumbrado eléctrico en el Grupo Escolar Bergamín, convertido en hospital de sangre en el que serían alojados muchos de los soldados que se esperaba llegasen el domingo siguiente a bordo del buque–hospital Alicante, el cual zarparía el día 2 a las nueve de la noche del puerto de Málaga para ir a recoger a los heridos y enfermos que aguardaban en Melilla. Efectivamente, a las 10 de la mañana del domingo 4 atracaba en el muelle de Cánovas del puerto malagueño el Alicante, llevando a bordo la tercera expedición de heridos. El desembarco de los evacuados duro casi tres horas, siendo repartidos entre los hospitales Militar y Civil, el sanatorio de la Cruz Roja, el dispensario y el hospital de sangre instalado en el Grupo Escolar Bergamín. La Unión Mercantil del día siguiente daba los detalles de la recepción de los heridos y enfermos, junto con la lista de los soldados llegados desde África (240 aproximadamente). Aunque el periódico no cita a Matilde Cimiano entre los que acudieron en ayuda de los evacuados, sí que menciona que estuvieron presentes las damas de la Cruz Roja, con su presidenta Isabel Rojas a la cabeza, por lo que es muy probable que Matilde fuese una de ellas.

Las expediciones se repitieron en los días siguientes. El día 15 de ese mismo mes, el Alicante desembarcó 112 enfermos y 49 heridos.

Desde que comenzó a funcionar el hospital del Grupo Escolar Bergamín se había hecho cargo de él la Junta de Damas de la Cruz Roja malagueña, a petición del alcalde García Almendro, asumiendo las damas los gastos de ropas y medicinas y el llamado ‘Comité ejecutivo de auxilio al soldado’ los restantes, así como los de instalación, comida y otros. Muy pronto se encomendaron dos salas con 30 camas a los Ferrocarriles Andaluces, quedando a su cargo Matilde Cimiano, en su doble condición de vicepresidenta de las Damas de la Cruz Roja y canalizadora de la ayuda de los ferroviarios; para lo que contó con la ayuda de “señoritas pertenecientes a la referida Empresa”. Otras tres salas fueron encomendadas a Elvira Lomas, Josefa García Buguella y Rafaela Grana.

La reina Victoria Eugenia visitando uno de los hospitales de Málaga (‘La Esfera’)

Las Damas de la Cruz Roja estuvieron a cargo del Bergamín hasta el 6 de noviembre de 1921, día en que pasaron al hospital Reina Victoria, centro que quedó completamente a cargo de la Cruz Roja, y cuya organización había sido encomendada por la reina a Ángeles Molina y Angoloti, viuda de Lersundi, la cual se había trasladado a la capital malagueña como comisionada de la soberana acompañada de varias damas enfermeras. Pero Matilde Cimiano continuó en el Bergamín como responsable de las dos salas costeadas por los ferroviarios malagueños y en diciembre de ese año recibe en él a la reina Victoria Eugenia, con motivo de la visita que la soberana hizo a Málaga.

La labor de Matilde Cimiano fue seguida y alabada por la prensa nacional y local, así Mundo Gráfico del 28 de septiembre de 1921, recogía una imagen del homenaje que le habían rendido los empleados de Ferrocarriles Andaluces, recordando su nombramiento de Hija Adoptiva de Málaga, y resumía su actuación hasta entonces de esta forma:

“Entre los rasgos de altruismo que en las actuales circunstancias se realizan por toda España, es sin duda de los más grandes y más simpáticos a la vez el que lleva a cabo, con la admiración de Málaga entera, la ilustre dama doña Matilde Cimiano de Combet, esposa del director general de la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces. Dicha noble señora, en un arranque de patriotismo y desprendimiento sin igual, interesó de la autoridad militar se permitiese a cuantas tropas llegaran a Málaga hacer alto ante la puerta de su casa, con objeto de obsequiar a los soldados con vino, café, licores y tabaco.

Y así, Málaga contempla, ante la morada de los señores de Combet, el hermoso espectáculo que forman grupos de soldados que van a incorporarse a su destino, o batallones y regimientos enteros, en filas de a dos, reponiendo sus fuerzas del cansancio del viaje.

Tan humanitaria dama, pareciéndole poco, quizá, todo esto, aun lleva a los hospitales consuelos y regalos a los heridos y enfermos… Actos como los que realiza la señora de Combet, deben ser divulgados por toda España.”

 

La reina Victoria Eugenia visitando uno de los hospitales de Málaga (“La Esfera”)

Como Dama de la Cruz Roja, Matilde fue una de las 28 solicitantes del curso de enfermera, que tuvo lugar en Málaga, y que terminó con la imposición de brazales y la entrega del título de damas enfermeras a 26 de ellas, entre las que se encontraba la propia Matilde, el día 10 de marzo de 1922, con asistencia de la presidenta de las Damas malagueñas, Isabel Roca, y el obispo de la Diócesis. Si bien antes de este acto, a mediados de febrero, se habían examinado las asistentes al curso ante un tribunal médico en el hospital de la Cruz Roja, el Reina Victoria.

La labor de Matilde en el hospital del Grupo Escolar Bergamín se extendió hasta abril de 1922, cuando este centro fue clausurado. Con este motivo decía La Unión Ilustrada del 19 de ese mes: “Hoy que deja, por reciente clausura del “Grupo Escolar Bergamín”, la dirección de las Salas para soldados que por su iniciativa costeaba el personal ferroviario, y que administró de modo envidiable, rendimos justo homenaje de admiración a la noble dama, como antes Málaga lo hiciera nombrándola hija adoptiva de la Ciudad.”. Además insertaba una foto de la “distinguida y noble señora”, destacando su labor en Málaga:

“Su labor humanitaria y altruista con motivo de los sucesos de Marruecos, la colocan en lugar preeminente entre los que prestaron su concurso moral y material a la Patria y al Ejército. La primera en dar ejemplo en cuantos actos humanitarios se realizaron en nuestra Ciudad, brilla, sobre todos, aquel original y admirable gesto de obsequiar, de su particular peculio, a todas las tropas que desfilaban camino de África. Emocionante y ardua labor que Málaga pudo contemplar durante meses enteros.”

Ejemplar de portada de La Unión Ilustrada, revista publicada por La Unión Mercantil (1)

A mediados de 1922 los empleados de Ferrocarriles Andaluces pidieron al rey que se premiase a Matilde Cimiano con un título nobiliario, en reconocimiento a su labor altruista y humanitaria durante la reciente campaña de Marruecos, solicitud a la que se sumó el Ayuntamiento de Málaga. De ello se hizo eco el 16 de junio el Heraldo de Madrid en un amplio artículo; ejemplo que fue seguido el 1 de julio por La Esfera, con el artículo que abre esta semblanza y del que tan sólo destacaremos el párrafo siguiente:

“Desde el primer momento, S. M. la Reina Victoria la honró nombrándola vicepresidenta de la Cruz Roja; el Ayuntamiento la nombró hija adoptiva de Málaga, y las autoridades no daban ya un paso en favor de los soldados, ni lanzaban una iniciativa ni celebraban un acto sin contar con ella. Málaga entera se desbordó en veneración y agradecimiento ante aquella que antes, en los días luctuosos de Julio, sólo conocían por «la señora que convidaba a los soldados en la Alameda»…, porque entonces hacía muy pocos meses que ella había llegado a la ciudad y apenas tenía amistades…”

El título nobiliario no le fue concedido, pero el 6 de abril de 1923 la Gaceta de Madrid publicaba la concesión de la Gran Cruz de la Orden civil de Beneficencia a Matilde Cimiano, según un Real Decreto de fecha 3 de abril de ese año. En el texto de la disposición se destacaban así sus méritos:

“Vengo en conceder la Gran Cruz de la Orden civil de Beneficencia, con distintivo blanco, a doña Matilde Cimiano Cruz, por su relevante y meritoria labor altruista y caritativa en pro de los necesitados y desvalidos y del Ejército de África en la provincia de Málaga.”

Hoy, a punto de cumplirse el centenario de aquellos hechos, Málaga recuerda, en cierta forma, la memoria de Matilde Cimiano Cruz con una calle dedicada a su esposo Antonio Combet, situada en Churriana y de la que el callejero municipal en internet únicamente señala: “Fueron nombrados él y su señora hijos adoptivos de Málaga el 12 de agosto de 1921”.

Sirva esta semblanza para recuperar la memoria de Matilde Cimiano Cruz, Dama de la Cruz Roja, protectora de los soldados, de los heridos y enfermos, una de las pocas mujeres condecorada con la más alta distinción civil para reconocer los actos de altruismo y que puso el nombre de su ciudad adoptiva en primera línea de la ayuda a los soldados de África.

 

 

Pedro Luis Pérez Frías
Doctor en Historia y miembro del Grupo de Investigación HUM333 “Crisol Malaguide”
Universidad de Málaga

 

Referencia de la imagen 1:

Atributtion: José Calvache "Walken" / Public domain.
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:1919-10-09,_La_Uni%C3%B3n_Ilustrada,_Pilar_Garc%C3%ADa,_Walken.jpg


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