Francisco Martínez Maldonado, aeronauta e ingeniero

 

A finales de agosto de 1924, el Ayuntamiento malagueño acordó reconocer los servicios prestados a la ciudad por Francisco Martínez Maldonado y adoptó la decisión de dedicarle una calle cerca de los cuarteles de Gamarra, uno de sus últimos proyectos. En efecto, en la Comisión Permanente que tuvo lugar el 28 de ese mes, el concejal Amador Oppelt propuso la adopción de tres acuerdos:

  1. Consignar en actas el sentimiento de la Corporación por la muerte del ilustre malagueño D. Francisco Martínez Maldonado, Jefe de esta Comandancia de Ingenieros, que tantos servicios prestó en vida a esta Ciudad.
  2. Que una Comisión de Sres. Concejales pase a dar el pésame tanto a la familia del finado, cuanto a la Comandancia de Ingenieros.
  3. Que se dé el nombre de Martínez Maldonado a la barriada o calle más cercana a los Cuarteles en construcción de Gamarra y se solicite del Excmo. Sr. Gobernador Militar igual resolución titular respecto de dichos Cuarteles, cuyo emplazamiento ideal y sus planos tan justamente alabados se deben al ingenio y laboriosidad de tan distinguido malagueño.

La Comisión aprobó la moción del Sr. Oppelt por unanimidad, en sus tres apartados, acordando dar el nombre de Martínez Maldonado a la “calle de Antequera”. Denominación que aún hoy se conserva, siendo esta vía la unión entre la calle de Mármoles y la avenida de Carlos de Haya.

 

Ubicación en el callejero de Málaga

Francisco Martínez Maldonado había nacido en Málaga el 26 de febrero de 1877, hijo de José Martínez García y Ana María Maldonado Carrión, de cuyo matrimonio nacieron otros cuatro hijos, José, Antonio, Ana María y Rafael, el último llegaría a ser general de Brigada. Era nieto por línea materna de Francisco Maldonado Rengifo y Ana María Carrión Sánchez de Rivera, ambos naturales de Vélez Málaga.

Ingresó en el Ejército el 1 de septiembre de 1894, fecha en la que causó alta en la Academia de Ingenieros de Guadalajara como cadete, aunque había sido nombrado alumno (1), siendo el número 1 de su promoción, compuesta por otros 21 compañeros. Cursó sus estudios en dicho centro durante cinco años. Al terminar el tercer curso, en 1897, fue ascendido a segundo teniente alumno (2). En marzo de 1899, tras superar los estudios reglamentarios, es ascendido a primer teniente del Cuerpo de Ingenieros, junto con otros 17 compañeros (3).

Pocos días después fue destinado al 2º Regimiento de Zapadores Minadores, cuya plana mayor estaba en Madrid (4). Éste fue su primer destino como oficial; sin cesar en él, asistió a la Escuela Práctica de la compañía de Aerostación del año 1901, que tuvo lugar durante los meses de septiembre y octubre, bajo la dirección del jefe de dicha unidad, el comandante Pedro Vives Vich. En dicha escuela participaron, además del personal destinado en la citada compañía, siete primeros tenientes del Cuerpo de Ingenieros —uno de cada regimiento de Zapadores Minadores (4) y del regimiento de Pontoneros y otros dos, uno por cada uno, de los batallones de Telégrafos y Ferrocarriles (5).

Esta fue la primera toma de contacto de Francisco Martínez Maldonado con la aerostación. Sus vuelos, tanto en globo cautivo como en globo esférico libre, serían recogidos en la prensa, al igual que los del resto de sus compañeros.  Tras regresar a su destino, a principios de noviembre de 1901, reanuda el servicio ordinario en su regimiento. Pocos meses después, el 15 de abril de 1902, llegaba a Cuenca formando parte del destacamento enviado a la capital manchega, al mando del capitán José Hernández, para colaborar en las labores de desescombro y búsqueda de posibles víctimas tras el derrumbamiento de la torre principal de la catedral (la de Giraldo). Otro destacamento del regimiento, con el capitán José Ortega Parra, se incorporaría a finales de abril a aquella plaza para auxiliar en los trabajos de derribo de la parte ruinosa, que se prolongaron hasta mediados de mayo.

El 19 de julio de ese año, una Real Orden destinaba a Martínez Maldonado a la compañía de Aerostación y Alumbrado en campaña (6); en esta unidad, integrada en el Parque Aerostático de Ingenieros, prestó servicio hasta principios de 1905. En ese año, el citado Parque estaba situado en la plaza Conde de Romanones de Guadalajara, y estaba mandado por el teniente coronel Pedro Vives Vich, mientras Francisco residía en la calle Santa Clara 16 de la misma capital.

Según RO de 11 de enero de 1905 (7), fue ascendido a capitán de Ingenieros con antigüedad de 31 de diciembre de 1904. Diez días después, era destinado en su nuevo empleo al 6º Regimiento mixto de Ingenieros (8), y apenas un mes más tarde, una tercera disposición del mismo rango le destinaba a la Comandancia de Ingenieros de Málaga (9).

Sin embargo, Martínez Maldonado quedó en comisión en Guadalajara dirigiendo las primeras construcciones que se realizaron en España de globos cometas y esféricos, hasta la finalización de los mismos. La dirección de estos trabajos se le había encomendado en enero de 1903 el citado Pedro Vives cuando era primer teniente, poniéndole al frente del taller de reparación de globos en el que permaneció durante dos años. Al ascender a capitán, siguió tres meses más en comisión para terminar el globo Urano de 800 m3, haciendo una ascensión libre de prueba en este globo el 23 de abril de 1905.

Sin contar ésta, hasta 1905 había realizado 10 ascensiones libres, mientras que su compañero Kindelán realizó 8. Entre los destinados en la compañía de Aerostación fue, junto con el capitán Jiménez, el oficial que más ascensiones libres realizó entre 1901 y 1905; igualando así las realizadas por el jefe del servicio, el ya teniente coronel Pedro Vives y Vich, en el mismo tiempo, si bien éste ya había realizado 6 ascensiones antes de 1901. En ese tiempo obtuvo el título de piloto de 1ª clase de globo esférico libre.

Fachada actual del Campamento Benítez

Su labor se vio plasmada en una extensa memoria y fue reconocida como una importante aportación a la industria militar de España y al naciente servicio de Aerostación (embrión de la aviación militar), al eliminar la dependencia del extranjero para la reparación y construcción del material necesario para los vuelos. En consecuencia, este pionero fue recompensado en diciembre de 1905 con la Cruz de 1ª clase del Mérito Militar con distintivo blanco (10).

A partir de su incorporación a la Comandancia Ingenieros de Málaga intervendrá en numerosos proyectos, algunos de ellos fueron los que relacionamos a continuación:

En junio de 1905 se traslada a Almería para hacer un estudio de la situación topográfica de Almería con relación a Melilla, sus condiciones de defensa y otros extremos que garanticen la comunicación telegráfica por cable con aquella plaza africana, así como estudiar las obras de reparación del Cuartel de la Misericordia en aquella plaza.

En 1906 participó en los reconocimientos para construir una caseta en el “Salto del Caballo” para la fuerza de Infantería del puesto de la Cala del Moral de la Comandancia de Carabineros de Málaga.

 

Al margen de su labor profesional, en julio 1906 se le concede licencia para contraer matrimonio con Doña Úrsula Alpañés y Valdivieso (11). El cual tuvo lugar en octubre siguiente en Alicante. Un mes antes de aquel, se aprobó la memoria de los trabajos ejecutados durante el año 1904 por el Parque y compañía de Aerostación y alumbrado en campaña y se comunicó “el agrado” con que el Rey había “visto los trabajos” del teniente coronel Vives y varios oficiales, entre los que estaba Martínez Maldonado (12).

 

Puerta del Campamento Benítez

En 1908 firma el Proyecto de Reparación de la Caseta de Carabineros del «Cuervo», para la Comandancia de Carabineros de Málaga.

El 28 de diciembre de 1909 firma un informe aclaratorio de las obras que se proponían para mejorar las condiciones higiénicas en los edificios ocupados por la fuerza de Carabineros de la Comandancia de Málaga.

A finales de julio de 1911 es designado por el Ministerio de la Guerra como miembro de la comisión mixta creada por el de Gobernación para el estudio y propuesta de nuevos emplazamientos para las casetas de amarre de cables submarinos que asegurasen las comunicaciones telegráficas con África y las Baleares. Junto a Martínez Maldonado, encargado del estudio del proyecto en Málaga, se nombró a los coroneles de Ingenieros Juan Montero, para las previstas en Cabo de Agua y Chafarinas, y Ramón Fort, para las de Cabrera y Formentera.

El 19 de diciembre de ese año firma el proyecto de las obras para mejorar las condiciones higiénicas de la caseta de «Torrequebrada», para la Comandancia de Carabineros de Málaga.

En 1912 firma el proyecto de obras de reparación del muro ruinoso del Palacio de la Alcazaba en Málaga, aprobado por Real Orden de 6 de diciembre de ese año.

En agosto de 1915 interviene representando al Ramo de Guerra, junto a Manuel Rivera Vera, arquitecto municipal, en la valoración de la parte de las casas números 33 y 35 de la calle de la Merced y número 1 de la de Francisco Masó que había de quedar para ensanche de la vía pública para la regularización del solar de la Merced.

Ascendido a comandante en propuesta extraordinaria de ascensos correspondiente al mes de junio de 1918 (13), con la antigüedad y efectividad de 1º de ese mes, junto a nueve compañeros más, entre los que se encontraba el ya citado Alfredo Kindelán y Duany (años más tarde general). Este ascenso le obliga a dejar la Comandancia de Ingenieros de Málaga y tres días después de ser publicado éste, ve la luz otra disposición por la que se le destina en su nuevo empleo al tercer Regimiento de Zapadores Minadores (14).

El anuncio de su marcha hace que el Ayuntamiento de Málaga acuda al ministro de la Guerra, teniente general José Marina Vega, para que el comandante Martínez Maldonado continuase en la Comandancia de Ingenieros de aquella plaza. A finales de julio se daba conocimiento, en el cabildo municipal del día 27, de la respuesta de dicho ministro a la solicitud, diciendo que: “hará lo posible por atender los deseos de este Ayuntamiento”. Esta intervención del Consistorio malagueño demuestra la alta consideración y estima que gozaba Francisco Martínez Maldonado en la capital malagueña.

Poco más de un mes después de esa notificación, el 7 de septiembre de ese año, se publica en el DO nº 201 el ascenso del que, hasta entonces, era Jefe de la Comandancia de Ingenieros de Málaga, el teniente coronel Juan Maury Urive, por lo cual quedaba vacante el cargo. No tenemos constancia de si el general Marina intervino de forma decisiva o no, pero apenas quince días después era destinado Martínez Maldonado a dicha Comandancia (15). Permanecerá al frente de ella hasta su fallecimiento.

 

Ya como Ingeniero Comandante de Málaga, Francisco Martínez Maldonado interviene en múltiples proyectos. Así, durante el año 1919 firma varios de ellos para la Comandancia de Carabineros de Málaga, en la zona de Estepona. Podemos citar el de reparación de la casa cuartel del Puesto de Sabinillas, firmado el 9 de febrero; el de construcción de una casa cuartel para la fuerza de Infantería de Carabineros del Puesto de Velerín, firmado el 31 de agosto; y el de ampliación y reforma de la casa cuartel para la fuerza de Infantería de Carabineros del Puesto del Torreón de las Cañas, firmado el 31 de agosto de 1919.

En 1921 comienza el proyecto de construcción de un cuartel para un regimiento de infantería en Málaga, situado en los terrenos de Gamarra, que se prolongará hasta 1923 sin llegar a ponerse en marcha. El 8 de julio de 1921 Francisco Martínez Maldonado interviene en la Comisión Mixta Ayuntamiento – Guerra encargada de estudiar las necesidades militares de la plaza, junto con los concejales Francisco García Almendro, José de Viana Cárdenas, Julio Gancedo y Luis Segalerva, por el Ayuntamiento, y Manuel Fernández Loaysa y Reguera (comandante del Cuerpo de Estado Mayor), Jefe de Estado Mayor de la 2ª Brigada de Infantería y Secretario del Gobierno Militar de Málaga, y Pio Aguirre Guerrero (capitán de Intendencia), pagador del Parque de Intendencia, por Guerra. En el acta que daba cuenta de los acuerdos alcanzados destacaban los concernientes a la construcción de un nuevo cuartel para un regimiento de Infantería “por el Camino de Antequera”, cuya construcción debía comenzar “a más tardar en 1923” y quedar terminada en 1928.

Martínez Maldonado fue ascendido a teniente coronel con antigüedad y efectividad de 20 de diciembre de 1922, en propuesta ordinaria de ascensos correspondientes al mes de enero de 1923 (16). En esta ocasión el cambio de empleo no le supuso cambio de destino y continuó al frente de la Comandancia de Ingenieros de Málaga.

En octubre de 1923 se dispuso, según Real Decreto del Ministerio de Fomento del día 20 (Gaceta de Madrid nº 294), la creación de diversas comisiones para examinar la contabilidad de las empresas concesionarias de los ferrocarriles de servicio general y de los de uso público, e informar sobre la situación económica de cada una. Estas comisiones estarían integradas por uno o dos Ingenieros de Caminos, o militares, un interventor de Ferrocarriles y un perito contable.

Calle Martínez Maldonado hacia calle Mármoles

Un mes más tarde se publicaba la composición de las comisiones organizadas. De todas ellas, la séptima debía centralizar sus trabajos en Málaga y estaba formada por el teniente coronel de ingenieros de la Comandancia de Málaga Francisco Martínez Maldonado y el Ingeniero Jefe de primera clase del Cuerpo de Caminos Ramón Díaz Petersen; junto al inspector perito contable, jefe de negociado de tercera clase del Ministerio de Hacienda, Santiago de los Mozos de Dios, y el Interventor del Estado (de sección) en la explotación de los ferrocarriles Alberto Ribas Beltrán. Este grupo estaba encargado de fiscalizar las compañías de los Ferrocarriles Andaluces, Caminos de Hierro (Granada, Baza, Guadix) y compañía de los Ferrocarriles del Sur de España.

Al año siguiente Martínez Maldonado tomaría parte en los comienzos del que sería el gran proyecto del Campamento Benítez, inicialmente denominado “campamento para la Brigada de Reserva de África”. La iniciativa dio sus primeros pasos en noviembre de 1923, con la oferta de terrenos por parte del Ayuntamiento de Málaga al Ramo de Guerra para que dicha unidad se instalase en esa capital. Cinco meses después, el día 31 de marzo de 1924, Martínez Maldonado presidía la comisión que reconoció los terrenos de la finca Nadales, o Viña de Velarde, ofrecidos por el Consistorio a Guerra; con él estuvieron el comandante de Estado Mayor Joaquín Alfarache Vázquez (jefe de Estado Mayor de la 2ª Brigada y Secretario del Gobierno Militar de Málaga), el de igual empleo de Infantería Luis Flores Iñiguez (del Regimiento de Infantería Álava nº 56), el de Sanidad Militar Jerónimo Forteza Martín (jefe de clínica en el Hospital Militar de Málaga) y el capitán de Intendencia Aurelio Díaz Alcrudo (pagador de varios centros y administrador del citado hospital).

El 26 de abril de ese año Martínez Maldonado pedía al Gobernador Militar, el general Cano Ortega, que reclamase a la Superioridad “las noticias, instrucciones o autorizaciones” que estimase convenientes para poder ir realizando las obras en dichos terrenos, ya que si no recibía indicaciones sobre las necesidades previstas tendría que devolver los primeros fondos ya asignados (75.000 pesetas).

 

Desgraciadamente el 15 de agosto siguiente Francisco Martínez Maldonado sufrió un grave accidente de automóvil, cuando viajaba de regreso a Málaga desde Archidona en compañía de su esposa e hijos. El accidente fue recogido por la prensa de ámbito local y nacional, aunque las noticias publicadas resultaron contradictorias y algo confusas en cuanto a la identidad de los heridos y las circunstancias del propio accidente. El semanario El Sol de Antequera fue una de las pocas excepciones y en su número del domingo 17 dio una detallada información, que ampliaría una semana más tarde con la triste noticia del fallecimiento de Francisco Martínez Maldonado, ocurrida en la mañana del lunes 18 de agosto en Antequera.

Martínez Maldonado había viajado a Archidona en la mañana del día 15 de agosto, invitado por Fernando Núñez con motivo de la festividad de la Virgen de Gracia: En el viaje le acompañaban su esposa, Úrsula Alpañés Valdivieso, tres de sus hijos, María Luisa, de 16 años, Ana, de 14, y José, de 12, y su sobrino José Ortiz Martínez, de 8 años. Después de pasar el día en aquella población, la familia emprendió el regreso por la tarde, en el mismo automóvil en que habían hecho el viaje de ida, el cual era conducido por Pedro Moya Redondo. La jornada transcurrió sin incidentes hasta Antequera, desde donde tomaron la carretera de Málaga que pasaba por Villanueva de la Concepción y Almogía; pasada la primera de estas poblaciones, a unos dos kilómetros de ella, al llegar al puente León, se quemó el freno del automóvil, perdiendo el control el conductor, lo que provocó la salida de la carretera, el vuelco del vehículo y la caída al arroyo que salvaba dicho puente.

Los ocupantes del automóvil quedaron atrapados bajo él, hasta que fueron rescatados por los viajeros de la camioneta que hacía el servicio regular entre Málaga y Villanueva de la Concepción, los cuales les acomodaron en dicha camioneta en la que fueron trasladados hasta Antequera, a la que llegaron sobre las nueve de la noche. Una vez en dicha ciudad los llevaron al hospital de San Juan de Dios, donde fueron atendidos por los doctores Rosales, Águila Collantes y Morales, auxiliados por los practicantes Campos y Paniagua y el farmacéutico Franquelo.

El diagnóstico de los heridos era preocupante pero nada hacía presagiar el fatal desenlace: Martínez Maldonado padecía una herida en el tercio medio, lado externo del muslo derecho y luxación del húmero, contusión en el ojo derecho y conmoción visceral; estado grave. Su esposa, conmoción visceral y cerebral; muy grave. Su hija Ana, también conmoción visceral y cerebral; grave. Los otros hijos y su sobrino, contusiones y magullamientos, de carácter leve. El chofer sufrió erosiones en la cara y magullamiento, calificado de menos grave.

A pesar del pronóstico, en la mañana del lunes día 18 fallecía en el hospital de San Juan de Dios de Antequera el teniente coronel Francisco Martínez Maldonado, después de haber recibido los Sacramentos junto con su esposa y acompañado de sus hermanos y cuñados. Debido a las condiciones de aquel establecimiento, que carecía de depósito, el sepelio se realizó esa misma mañana en Antequera. Al conocerse su fallecimiento, varias comisiones militares y amigos de la familia se trasladaron el martes, día 19, a Antequera para dar el pésame a su esposa Úrsula. Además se recibieron diversos telegramas, entre los que El Sol de Antequera destacaba los del obispo de Málaga y los de los subsecretarios de Fomento y Hacienda, general Vives y José Corrales, respectivamente.

Otra vista de la calle Martínez Maldonado

El aprecio y estima de su antiguo jefe, Pedro Vives y Vich, se ponía de manifiesto. Al igual que lo hizo en 1905, con ocasión del expediente para la concesión de la Cruz del Mérito Militar para Martínez Maldonado. Decía, el entonces teniente coronel jefe del Parque Aerostático:

El principal mérito de estos trabajos no lo consigna en su memoria el autor. Este mérito consiste en la minuciosidad y exactitud con que se han llevado á cabo todas las construcciones, en la instrucción que ha sabido dar á los individuos de tropa y en la perfección de las obras ejecutadas, no obstante la insuficiencia de locales, pudiendo afirmarse que este capitán ha dejado el Parque en condiciones de que puedan ejecutarse todas las reparaciones y construcciones que sean necesarias, habiendo conseguido una economía al Estado de unas 15.000 pesetas durante el tiempo en que ha organizado y dirigido el taller, todo ello sin perjuicio de prestar sus servicios ordinarios en el parque y compañía de aerostación y de tomar parte muy activa en todos los ejercicios y maniobras, demostrando mucha inteligencia, asiduidad y amor al servicio.

Este era Francisco Martínez Maldonado, del que la web http://callejero.malaga.eu/ dice al consignar la reseña histórica de la calle Martínez Maldonado:

Francisco Martínez Maldonado era el Jefe de la Comandancia de Ingenieros de Málaga, cuando falleció en accidente de automóvil, en la antigua carretera de Antequera, término de Almogía el 15 de agosto de 1924. Fue autor del proyecto del cuartel, que quedaría solo en la cimentación, situado en los terrenos donde están ubicados los pabellones militares en la calle que nos ocupa, esquina a Eugenio Gross.

 

 

Pedro Luis Pérez Frías
Doctor en Historia y miembro del Grupo de Investigación HUM333 “Crisol Malaguide”

 

Referencias

  1. Real Orden (en lo sucesivo: RO) de 4 de agosto de ese año (Diario Oficial del Ministerio de la Guerra (en lo sucesivo: DO) nº 169.
  2. RO de 24 de noviembre aunque con la antigüedad del 29 de marzo anterior, fecha de la orden de ascenso de los primeros alumnos que habían finalizado dicho curso.
  3. RO del 9 de marzo de 1899 y con la antigüedad de ese mismo día (DO nº 55).
  4. RO de 27 de marzo de 1899 (DO nº 68).
  5. RO de 8 de julio de 1901 (DO nº 148).
  6. RO de 19 de julio de 1902 (DO nº 160).
  7. RO de 11 de enero de 1905 (DO nº 10).
  8. RO de 24 de enero de 1905 (DO nº 19).
  9. RO de 22 de febrero 1905 (DO nº 43).
  10. RO de 16 diciembre de 1905 (DO nº 281).
  11. RO de 10 de julio de 1906 (DO nº 145).
  12. RO de 15 de septiembre de 1906 (DO nº 202).
  13. RO de 15 de junio de 1918 (DO nº 133).
  14. RO de 18 de junio de 1918 (DO nº 135).
  15. RO de 20 de septiembre de 1918 (DO nº 213).
  16. RO del día 8 de diciembre de 1922 (DO nº 5).

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