Conferencia: La Quinta Columna en Málaga: espías patrióticos durante la Guerra de la Independencia (1808 -1814)

Conferencia del Dr. D. Pedro Luis Pérez Frías, Doctor en Historia. Teniente Coronel Retirado. Diplomado de Estado Mayor. Académico Correspondiente de la Academia Andaluza de la Historia.

Presentación del conferenciante a cargo de la Dra. Dña. Marion Reder Gadow. Catedrática de Historia Moderna de la UMA y Numeraria de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga y de la Academia de Nobles Artes de Antequera entre otras.

Presentación del acto: Dr. D. Ángel Rodríguez Cabezas, vicepresidente de la SEMA.

Martes, 5 de febrero de 2019, a las 19:30 horas, en el Área de Cultura de Cajamar, C/ Alameda Principal 19, Málaga.


 

La Guerra de la Independencia (1808 -1814) supuso para Málaga y su provincia una época de sufrimientos, hambre, conflictos y desgracias, que marcaron la vida de sus habitantes. En la memoria de todos quedaron los nombres de diversos protagonistas de uno y otro bando.

Caudillos militares como Teodoro Reding, Joaquín Blake, Ballesteros, Serrano Valdenebro o Lacy, por parte española; Sebastiani, Maransin, Rey, Berton, por la francesa.

También pasaron a la historia guerrilleros como el capitán Vicente Moreno Baptista, Antonio Muñoz (el cura de Riogordo), el escribano de Antequera Francisco de Roa y otros muchos patriotas. En menor medida se recuerdan los nombres de aquellos españoles partidarios de José I ―los conocidos como ‘afrancesados’― que lucharon en el bando napoleónico, bien en el campo político, como el alcalde de Málaga Ordóñez, o los Prefectos Cervera, Conde de Casa-Valencia y Antonio de Zea; bien en el judicial, como Justo Martínez de Baños o en el militar, como Carlos de Reding, o Rafael Vasco.

Pero casi nadie recuerda los nombres de aquellos patriotas que, por una u otra razón, permanecieron en territorio ocupado por los franceses; pero que no renunciaron a sus convicciones patrióticas ni a su lealtad a Fernando VII.

Aquellos que no se limitaron a esperar la liberación pasivamente, en sus casas, tanto en Málaga capital como en los pueblos, y que, por el contrario, prefirieron arriesgar sus vidas y sus haciendas pasando información al bando nacional, o saboteando en ocasiones las operaciones de los franceses y sus partidarios.

A ellos, a los espías patriotas, se ha dedicado esta conferencia. Aún sin formar esa “Quinta Columna” que se acuñaría más de cien años después de su actuación en otra Guerra “Incivil”, ellos fueron hombres y mujeres partidarios del régimen legítimo en territorio hostil, “los blancos”; algunos formaron redes y otros actuaron aisladamente.

Unos llegaron a ocupar puestos destacados en la administración josefina, como Silvestre de Azua, director de Reales Provisiones de la Provincia de Málaga; otros eran militares llegados a Málaga en difíciles circunstancias, como Joaquín Ferrer y Amat; y otros, simples ciudadanos, como María García ‘la Tinajera’ y Jerónima López.

Todos ellos se esforzaron por ayudar a su Patria en la lucha contra el invasor y su recompensa, en la mayoría de los casos, fueron expedientes y juicios de purificación antes de ver reconocida su labor.


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