Francisco Xavier Abadía y Aragorri, creador del ‘Jardín de Abadía’

 

Localización del jardín de la Abadía en el callejero de Málaga

A muchos malagueños les resulta familiar la denominación de ‘Jardín de la Abadía’; en el callejero oficial de la capital se da este nombre a una plaza situada entre las calles Héroe de Sostoa, Amadeo Vives, Ayala y Goya. Además, el barrio donde se encuentra dicha plaza, perteneciente al distrito de Carretera de Cádiz (distrito 7), recibe esta misma denominación. El origen de esta nomenclatura es la construcción de un grupo de viviendas bajo esta denominación en la década de los 60 del pasado siglo; el cual fue elegido, según testimonios de la familia, por el promotor y constructor al creer que los terrenos donde se estaban levantando los edificios habían sido el jardín de una abadía; creencia surgida al interpretar erróneamente la escritura de compra o la inscripción registral de la finca.

Ciertamente, ya en 1966 el académico de San Telmo Baltasar Peña Hinojosa señalaba este error y apuntaba la verdadera denominación de la finca original: “El llamado “Jardín de la Abadía” deberá perder el artículo para denominarse escuetamente “Jardín de Abadía””. Con visión profética indicaba en la revista Gibralfaro respecto a la primera denominación:

“Como este nombre va a tomar con el tiempo carta de naturaleza en la ciudad, me parece interesante refrescar estos comentarios para referirlo exactamente a sus antecedentes históricos.”

 

Como hemos señalado, no estaba equivocado el futuro presidente de la ilustre Academia malagueña. Pero el nombre permanece, a pesar de las repetidas llamadas de atención en la prensa, al menos desde finales del siglo XX hasta fechas muy recientes, y el reconocimiento reciente del error por otros autores, como Domingo Mérida. Incluso en la web oficial del ayuntamiento malagueño https://sig.malaga.eu/territorio/callejero/ se indica en la reseña histórica de esta plaza: “Hay un error en esta denominación ya que nunca hubo en aquel lugar ninguna abadía”.

Nota de archivo con referencias de la fecha de nacimiento, carrera militar y defunción del general Abadía.

Siempre que se ha reivindicado el nombre de ‘Jardín de Abadía’ se ha justificado por su relación con el general Francisco Javier Abadía, como creador y promotor de un jardín de aclimatación en los terrenos donde a mediados del siglo XX se construía la urbanización que dio origen a la polémica. La única excepción es precisamente la web municipal citada que, tras reconocer el error, cita como creador y promotor del jardín de aclimatación a “Francisco Javier Badía, nacido en Valencia en 1774” y, recalca: “ya que Badía (y no Abadía como se rotuló la barriada) fue quien construyó y dirigió en ese lugar un jardín botánico”.

Sin embargo, un documento existente en el archivo Díaz de Escovar de Málaga refuta claramente esta última teoría. Se trata de una trascripción del informe redactado por el Archivero “paleógrafo” del Ayuntamiento de Málaga, el 28 de enero de 1876, por orden del alcalde para: “informar a esta Alcaldía acerca de la cabida y linderos del antiguo jardín de Abadía con referencia a lo que resulta de los respectivos antecedentes”. En este informe se indicaba claramente la situación, extensión y límites del jardín, así como la identidad de su promotor:

“El jardín de aclimatación que en 1820 la Excma. Corporación había cedido con aquel objeto al Excmo. Sr. D. Francisco Javier Abadía, compuesto de diez fanegas y once celemines de tierra situadas en la Dehesa nombrada del Garabato, linda por Levante al Arroyo del Cuarto, por Norte el Camino que sale de esta ciudad para Churriana y Torremolinos, por el Sur el Callejón que sirve de paso a las huertas de San Telmo y demás de la misma Dehesa, y por Poniente remataba en agudo en la apartada del camino que va a las Huertas de Córdoba, Lancha, el Cortijo de Ahumada y otros (…).”

Documento con la firma del general Abadía

Es de suponer que una de las fuentes en las que se apoyó Peña Hinojosa noventa años después fue este informe, haciendo una semblanza de la actividad del general Abadía en Málaga y su papel protagonista en los inicios de aquel jardín que tomaría su nombre. Pero ¿quién era Francisco Javier Abadía y qué relación tenía con la ciudad de Málaga?

Lo cierto es que Francisco Xavier Abadía y Aragorri, luego conocido como Francisco Javier Abadía y Aragorri, según consta en su expediente personal del Archivo General Militar de Segovia, nació en Barcelona probablemente en diciembre de 1769 (aunque una conocida web sobre genealogía indica que fue bautizado el 4 de julio de 1768 en la iglesia de los Santos Justo y Pastor de Barcelona).

Según manifiesta el propio general, era hijo de Pedro de Abadía, natural de Cariñena (Zarazoga), y Vicenta de Aragorri, natural de San Sebastián (Guipúzcoa). En cuanto a la familia, Francisco Xavier era hermano de Lorenzo y Pedro Abadía y Aragorri. Contrajo matrimonio con Antonia Hoppe y Plunkett, hija de Federico Hoppe y Pérez Solano, natural de Málaga y vicecónsul de Dinamarca en esa ciudad desde 1805, y María Luisa Brígida Plunkett y Alton, padres también de Rosa, Juana, María Victoria, Federico y Rafaela Hoppe y Plunkett; del matrimonio de Francisco Xavier y Antonia nacieron Federico y Petra Abadía y Hoppe.

Hoja de servicios hasta enero de 1803

El joven Francisco Xavier ingresó en el Ejército antes de cumplir los 16 años sentando plaza como cadete, el 5 de septiembre de 1785, en el regimiento de Infantería Toledo. Al crearse el regimiento Fijo de Málaga, en 1790, a instancias del Marqués del Vado del Maestre, el joven Abadía pasó a dicho cuerpo con el empleo de subteniente. Esta fue la primera ocasión en que tomó contacto con la capital malagueña; sin embargo, muy pronto se alejaría de ella. En efecto, en septiembre de 1793, ya con el empleo de subteniente de Granaderos, marchaba el joven oficial con el primer batallón del regimiento de Málaga hacía el puerto francés de Tolón, formando parte del ejército anglo español enviado para defender aquella plaza de los republicanos franceses. Durante esta defensa Abadía participó, el 30 de noviembre, en una salida contra los sitiadores galos; su brillante actuación en ella, tomando la batería de Arenne y ordenando clavar tres cañones, le valdría el grado de teniente.

Al año siguiente participó con su regimiento en la llamada guerra del Rosellón o de la Convención, formando parte del Ejército de Cataluña. Durante esta campaña estuvo presente en diversas acciones entre abril y noviembre de ese año; el 20 de ese mes se ordena la retirada del ejército frente al empuje francés y se envía al regimiento de Málaga a Rosas, para contribuir a la defensa de aquella plaza. Según se hace constar en su hoja de servicios, Abadía tuvo un destacado papel en este sitio:

“En la brillante defensa de Rosas, hasta que, habiendo sido evacuada esta plaza, por la mayor parte de la guarnición, quedó en ella por orden del General Gobernador Don Domingo Izquierdo para capitular, lo que realizó quedando contuso y prisionero de guerra hasta la paz, cuyo servicio se le reconoció como distinguido y por él, siendo el noveno de su clase obtuvo el grado de capitán.”

 

Según el Conde de Clonard, dicha capitulación tuvo lugar el 3 de febrero de 1795; mientras que la paz entre España y Francia no se firmaría hasta el 20 de diciembre de ese año (Paz de Bale). Tras casi un año de cautiverio Francisco Xavier Abadía se reincorporó a su regimiento llegando con él a Málaga en 1796, después de haber permanecido de guarnición en Barcelona y Madrid durante pocos meses.

Esta nueva estancia en la capital malagueña será interrumpida brevemente en 1801, a causa de la guerra con Portugal. Con ese motivo es destinado el regimiento Fijo de Málaga, a la sexta división mandada por el general José Irigoyen, marchando hasta Ayamonte donde permanece acantonado; tras la firma de la paz el regimiento queda de guarnición en Cádiz, pero antes de que finalice el año regresa a Málaga, aunque suprimiendo la condición de “fijo”.

Hoja de servicios hasta 1820

Dos años antes, en abril de 1799, Francisco Xavier Abadía había ascendido a primer teniente. Según recogía el Mercurio de España, en la misma orden se ascendía a otros miembros del regimiento de Málaga: “en el de Málaga primera tenencia de granaderos al primer teniente D. Pedro Ausel; primera tenencia al segundo teniente D. Francisco Xavier Abadía; y segundas subtenencias a los Cadetes D. Manuel Teresa Vázquez y D. Vicente Moreno”.

A finales de 1802, Abadía deja definitivamente el regimiento de Málaga, cuerpo donde había servido durante más de 12 años. Durante breves meses pasa destinado al batallón de infantería ligera de Campo Mayor, antes de ser nombrado Sargento mayor de la plaza de Cádiz, el 15 de abril de 1803, con el empleo de teniente coronel. Ya no regresará a Málaga hasta después de la Guerra de la Independencia, conflicto en el que tendrá destacada participación, primero como mayor general de Teodoro Reding en Bailén y luego en la Mancha; en mayo de 1810 fue nombrado Comandante General del Campo de Gibraltar, con jurisdicción sobre las tropas de la Serranía de Ronda y la costa de Málaga; a finales de ese año ascendió a Mariscal de Campo y pasó destinado a la Isla de León. En 1811 mandó el ejército de Galicia que operaba en Asturias, León y Zamora. En 1812 fue nombrado Ministro de la Guerra, a cuyo cargo renunció muy pronto por problemas de salud, permaneciendo en Cádiz a partir de entonces, hasta que se traslada a Coín, en 1813, para tomar las aguas minerales. Una vez restablecido sería destinado de nuevo a Cádiz.

Terminada la guerra fue ascendido a teniente general, en 1815, y en 1819, por real cédula de 30 de octubre, le fue concedida la Gran Cruz de San Fernando, orden militar creada por Fernando VII unos años antes, en consideración a los servicios prestados durante el conflicto. Aunque había intentado trasladarse a Ardales en 1817 y 1818, no fue autorizado para ello debiendo permanecer en Alicante; no será hasta mediados de 1820 cuando consiga su traslado a Málaga en situación de cuartel.

En efecto, el 14 de marzo de ese año el general Abadía se dirigió al Rey exponiéndole que se encontraba gravemente enfermo y que había perdido recientemente a su esposa, razones por las que volvía a solicitar permiso para pasar a Málaga. En esta ocasión sí que le fue concedida su solicitud y el 11 de abril emprende la marcha hacia Málaga. Una vez establecido en esta capital sería nombrado gobernador militar de aquella plaza, por Real Orden de 18 de diciembre de 1820, puesto que desempeñaría hasta abril del año siguiente, cuando por otra Real Orden del 11 de ese mes le fue aceptada su renuncia.

Será en esta época cuando el general Abadía pone en marcha el jardín de aclimatación, como vicepresidente de la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga. Como se ha señalado, durante más de cincuenta años el ‘Jardín de Abadía’ mantendría el recuerdo de su fundador, incluso después de su desaparición; después vino el olvido y, más tarde, la confusión.

¿Se reparará algún día la memoria de Francisco Javier Abadía y Aragorri? ¿Se dará la denominación correcta a la zona donde estuvo el jardín de aclimatación creado por él?

 

 

Pedro Luis Pérez Frías
Doctor en Historia y miembro del Grupo de Investigación HUM333 “Crisol Malaguide”
Universidad de Málaga


epistemai.es – Revista digital de la Sociedad Erasmiana de Málaga – ISSN: 2697-2468
Pérez Frías PL. Francisco Xavier Abadía y Aragorri, creador del ‘Jardín de Abadía’. epistemai.es [revista en Internet] 2022 octubre (18). Disponible en: http://epistemai.es/archivos/5206

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